PROTOCOLOS Y MAS

El artículo destinado para la participación en el foro de esta semana resulta interesante no solo por la importancia del tema sobre los impactos ambientales del uso de hidrocarburos para las soluciones energéticas mundiales, sino que plantea una reflexión sobre los esfuerzos que se deben considerar para la conservación del planeta y la salud de sus habitantes y solicita una intervención urgente de organizaciones, empresas y demás interesados para establecer regulaciones sobre las producción y control de emisiones a la capa de ozono. El artículo pertenece a una publicación del año 2006, época en la cual el tema no era desconocido o se inscribiera algo novedoso, sin embargo, para la época se estaban asimilando las medidas para dar cumplimiento a las metas de los acuerdos y protocolos mundiales sobre el asunto y se analizaba y proyectaba si se cumplirían estas metas para las fechas propuestas (alrededor de 2010 – 2020).

El protocolo de Kyoto pretende reducir y regular la emisión de gases de efecto invernadero en un porcentaje aproximado de al menos un 5%, dentro del periodo que va desde el año 2008 al 2012, en comparación a las emisiones al año 1990. Sus propuestas resultan interesantes al promover el uso de energías más “limpias”, incrementar las áreas de bosques así como la protección de los ya exisitentes, limitar el desarrollo nuclear e hidroeléctrico y fomentar la investigación y desarrollo por soluciones energéticas menos nocivas. Se encuentra vigente desde 2005 y son más de 190 países los que han firmado y ratificado tal acuerdo. El caso de Estados Unidos sobre este acuerdo es controversial, dado que a pesar de ser firmado inicialmente por este país, durante el gobierno de George Bush, Estados Unidos se retiró del protocolo por considerarlo ineficiente e injusto al involucrar exclusivamente a países industrializados, aun cuando existen países que no cumplen esta condición pero sus emisiones de gases de invernadero son bastante altas. Cabe resaltar que Estados Unidos es el mayor emisor de gases contaminantes del mundo y representa solo el 5% de la población mundial.

El Protocolo de Montreal, en busca de la protección de la capa de ozono plantea la reducción en la producción y uso de sustancias responsables por su destrucción, como son los CFC’s y los HCFC’s. Se ha considerado hasta el momento como el acuerdo ambiental internacional más exitoso. Se ha evidenciado una reducción discreta de sustancias que agotan el ozono e igualmente hay indicios de recuperación de la capa destruida. Aún queda la meta de eliminar los HCFC’s para 2030.

Otros acuerdos como La conferencia del mar vigilan la protección y conservación de los recursos de mares y océanos y su explotación eficiente y regulada. De forma que se asegure el equilibrio de los ecosistemas y se prevenga la sobre explotación y posible extinción de especies en mares y océanos.

La Cumbre del Agua favorece la

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