Pa que se acabe la vaina.

Infortunada herencia

Jennifer Daniela Laxco Cadena.

Agosto 2015.

Universidad Piloto De Colombia.

Bogotá D.C.

Negocios Internacionales II

Ficha bibliográfica.

           A partir del colonialismo la herencia más triste es el no poder reconocernos, atados a la manipulación de las élites las cuales siempre se preocupan por cuidar el tesoro que heredaron, y sin embargo no contentos con cuidar lo suyo, deben seguir el progreso ajeno para construir una sociedad ejemplar, que nos haga ‘ORGULLOSOS’,  pero la gran diversidad que en todos los aspectos tenemos no hace parte de ese proceso, es un problema para nuestros gobernantes ya que por su mediocridad e ineficacia al incluir a un pueblo que los necesita, prefieren destruirlo a cambio de cuidar la herencia preciada del colonialismo.

           Como lo menciona (Ospina, 2013) una de las herencias más crueles del colonialismo, es borrar sus diferencias con las metrópolis y a veces esos países sometidos tardan siglos en dejar asomar sus verdaderos rasgos, y efectivamente eso sucede, cuando Gaitán le demostró a un pueblo sometido generación tras generación, que ya había perdido la esperanza en sus dirigentes poder confiar en su palabra, generar la posibilidad de la inclusión, poder creer en el verdadero sentimiento de igualdad, la mejor oportunidad de crear una identidad propia la cual abarca a un pueblo que quiere participar en su futuro.

        Pero el miedo de perder la herencia del colonialismo no dejo progresar a un pueblo estancado en el pasado ajeno, mientras todos los países de Latinoamérica tomaron como discurso inicial el liberalismo estableciéndose sin dejar a un lado sus raíces. Al tiempo que en Colombia la lengua castellana tomaba fuerza dejamos sin un motivo racional que tal lengua opacara nuestra historia, escondiéndola y oprimiendo a las generaciones que ya vendrían y si bien lo demuestra Barba Jacob en sus obras las cuales quieren demostrar que existe un pueblo más decidido a sentir que a simular, pero tristemente como sucedió luego del mandato de Rojas Pinilla y el regreso del  bipartidismo en esa frenética carrera de poder como destrozamos la esperanza de quienes abrieron camino para que Colombia entrara en un mercado global, y sin escrúpulos los expulsaron a las grandes ciudades sin pensar que poco a poco estábamos perdiendo la diminuta civilización que se había construido luego de independizarnos.

...