Palabras Despedida Prescolar

Y una mujer que sostenía un niño contra su seno pidió a un Hombre sabio: Háblanos de los niños.

Y él dijo:

Sus hijos no son hijos de ustedes.

Son los hijos y las hijas de la Vida, deseosa de sí misma. Vienen a través de ustedes, pero no vienen de ustedes.

Y, aunque están con ustedes, no les pertenecen.

Pueden darles su amor, pero no sus pensamientos.

Porque ellos tienen los suyos propios.

Pueden albergar sus cuerpos, pero no sus almas.

Porque sus almas habitan en la casa del mañana que ustedes no pueden visitar, ni siquiera en sueños.

Pueden esforzarse en ser como ellos, pero no busquen hacerlos como ustedes.

Porque la vida no retrocede ni se entretiene con el ayer. Ustedes son el arco desde el que sus hijos, como flechas vivientes, son impulsados hacia delante.

El Arquero ve el blanco en la senda del infinito y lo dirige con su fuerza para que la flecha vaya veloz y lejana.

Señoras y señores

Hoy, el arco esta preparado y a punto de disparar un grupo de pequeñas flechas con rumbo al infinito, van orientadas con la guía que en esta escuela y en sus familias han recibido, también van acompañadas con los sueños y el amor de todos los que participamos de su formación.

Estas flechas volarán y llegarán tan lejos como haya sido el impulso que nosotros como arco podamos darles.

Recorrerán una distancia y caerán, pero nosotros estaremos ahí para volver a impulsarlas, hasta que llegue el momento en que vuelen solas, tan lejos y tan rápido que no podamos alcanzarlas, tomando rumbo al infinito. Llegado ese momento, sabremos que hemos cumplido la misión.

Este día es muy especial y estoy segura que será recordado por todos nosotros, porque es el inicio de un nuevo viaje, de un recorrido desconocido para ellos en el que hallarán obstáculos, muros y vientos que los harán caer, sin embargo estaremos cerca, muy cerca para hacerlos volar de nuevo, hasta lograr el cometido.

Honorable presidium y personas que nos acompañan, con el apoyo y esfuerzo de nosotros, estos niños que egresan de esta escuela, alcanzarán el triunfo haciéndonos sentir orgullosos por el resultado de nuestro amor y dedicación.

Hoy dejan lugares vacíos que serán llenados por otros niños, pero el recuerdo de sus alegrías y sus tristezas, vagarán por los patios y pasillos de esta escuela haciendo sentir su presencia. Esta ha sido su segunda casa y sus maestras y maestros copartícipes de nuestras angustias y satisfacciones, es difícil decir adiós por eso este día prefiero decir: Muchas gracias y hasta pronto.

Junio 2005

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