Politica En Mexico
Enviado por claudis0903 • 9 de Octubre de 2013 • 1.816 Palabras (8 Páginas) • 288 Visitas
Nuestro país enfrenta la siguiente situación política:
Inseguridad, un modelo económico que propicia la desigualdad y el intento de imponernos un modelo social homogéneo. La vía para superar estos males es elevar la conciencia cívica de su población y un supremo esfuerzo de política realista para corregir los problemas sociales. De no ser así su camino se puede convertir en el de una nación inviable.
México necesita encender la chispa de la participación cívica y de la toma de conciencia de una realidad gravísima en su fondo y su trasfondo económico, social y poblacional. Sin ello el país seguirá errando entre las medidas de gobierno, de emergencia, hasta llegar quizás, al autoritarismo, y la imposición de modelos excluyentes, como ya está sucediendo. Así hasta llegar a la anomia, caos y desesperanza, como también ya está sucediendo. México tiene una alternativa única en materia de gobierno: generar consensos, legitimidad hacia las instituciones, dinamizarlas y hacerlas del control de la situación de anomia, que hoy priva, o la caída en una sociedad y un Estado anárquico, donde probablemente se da paso a la violencia del autoritarismo, para frenar la violencia social. Es lo que hoy estamos viendo en el Norte de México, pues ¿Qué pasaría si se decretara estado de sitio u ocupación militar de los territorios de Chihuahua, Tamaulipas, Sinaloa o Guerrero? Aparte del colapso de sus economías, se suscitaría en tal caso una inquietud social entre la población limítrofe con el caos y la zozobra. Sin comentarios.
Por otro lado, como la población de México cojea de analfabetismo y falta de civismo no se excluyen de la visión del futuro estos cuadros de zozobra social y caos, donde aparte del malestar que se generaría hacia el gobierno, caerían de la agenda nacional, y serían postergados, temas como la lucha contra la pobreza, el mejoramiento de la educación, la atención a la salud, la protección del medio ambiente, que son tareas que exigen estabilidad y paz social, y civismo.
Como conclusión apuntaríamos: No es la debacle ideológica de la izquierda, mundial y de México, la causa del postergamiento de sus banderas y de sus ideales de redención social al nivel perseguido. El programa social de las izquierdas sólo tiene sentido como acción política gradualista, responsable y en entendimiento con las demás fuerzas políticas. Toda acción aventurera está condenada al fracaso y le hace el caldo gordo a las que desean la extinción de la corriente social humanista. La realidad del mundo es dramática. La de México lo es doble. Y triplemente. Nos enfrentamos a un panorama de déficits fiscales, abismales en algunos estados, que de no ser resueltos, darán paso a la protesta. Pero sobre todo a una ausencia de legitimidad de las autoridades que alumbrarían el camino de un régimen de fuerza. Hay que tomar en consideración la proximidad de las elecciones presidenciales y el desorden social y político que pueden generar los pleitos entre los partidos políticos.
En este marco, a manera de hipótesis, aparecen los perfiles políticos: La lucha contra la pobreza no es ya la de un sector sino la de un régimen: la del gobierno. Aparecen temas como discriminación, la ecología, la contaminación, los migrantes, los derechos de las minorías, elevar la producción económica para impedir la hambruna. Esto ya sucede. México es un pueblo muy golpeado y olvidado que ante la nueva situación mundial se volvió a la defensiva, el miedo de quien no maneja información y no participa. ¿Quién resuelve los problemas? ¿Quién decide ante la falta de una ciudadanía responsable, y que fuera capaz de opinar y evaluar las opiniones políticas? Al gigante del norte no le conviene un país en peligrosa ebullición política al sur de sus fronteras y tratará de marginar a la izquierda de la institucionalidad. Se nos impone un modelo tecnocrático-militar para México. Los políticos deciden.
P.D. A todo esto añadimos, el mundo de hoy es ante todo un mundo del consumo, luego del conocimiento y no deja casi espacio a la política. Esto es mi percepción de la realidad mexicana de hoy que debería modificarse para provecho y progreso cívico de la población. Dicho de otra manera franca: para que tomen en sus manos su destino mediante la participación política. De esta manera veo muy difícil que se suscite alguna forma de oposición, y alteración, para lo que dije: se impone a México, a su población y a su economía, un modelo de crecimiento de acuerdo a una tecnocracia que juega rudo y apelará a fuerzas militares para acallar la protesta social.
El mundo del siglo veinte no estaba preparado para el cambio en los modos de vida, pensamiento y trabajo, que acarreó la invención y el uso de la computadora, pero tuvo que afrontarlo y asimilarlo. Las cosas de la economía, la publicidad y la política, se modificaron. El mundo se hizo virtual y más real y más lucrativo para aquellos que disponían del conocimiento, la ciencia, la riqueza, y los medios de lucro. En cambio, las franjas atrasadas de la sociedad se retrasaron más aún, aumentó la pobreza. Éste es el caso de México. Las clases dirigentes han aprendido la lección y tratan de asimilar los cambios preparando a la población. En cuanto a la economía, el cambio se ventilará en la plaza pública, la prensa, los especialistas; pero en cuanto a la política se nota la ausencia de un ingrediente único: El consenso y la legitimidad que debe ostentar cualquier sistema político. Si al ciudadano de México no se le ve, no se le nota en
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