Populismo en el Ecuador con Velasco Ibarra

Universidad Central del Ecuador

Nombre:  Dayana Sigcha

Carrera: Trabajo Social Licenciado: Dr. Galo Basantes

Populismo en el Ecuador con Velasco Ibarra

Objetivo:

Analizar y aprender más sobre el populismo de Velasco Ibarra en la época republicana, que fue uno de los politicos idiologistas más importante de la historia ecuatoriana, teniendo 5 triunfos en las elecciones, , que cuestionaba la modernización capitalista del país desde una perspectiva moral, se lo podría considerar que perteneció a la izquierda, y también tenía una gran acogida por parte del pueblo, aunque hubo personas contrarias a su gobierno.

Resumen:

El populismo en el Ecuador se ve claramente representado por el presidente Velasco Ibarra, ya que el trato de que la clase baja no se vea perjudicada, sino más bien que tenga una mejor vida,

tratando de ver cuáles eran las necesidades del pueblo, para lograr la incorporación de las masas a una vida democrática del país.

El populismo es un movimiento social e ideológico que surge con la crisis del modelo agroexportador y del Estado oligárquico, y se asocia a la primera fase del proceso de industrialización por sustitución de importaciones, además de la movilización  socio-política en la cual sectores "marginados" son manipulados por líderes demagógicos,  se asocia este fenómeno a la pobreza y marginación de amplios grupos sociales, esperando la mejora socioeconómica y la integración, que están unidas a la constitución de partidos políticos que canalicen las demandas de la sociedad civil hacia el Estado, terminarán con esta "anomalía", con esta "hechicería del siglo veinte". (Burbano y Torre, 1989, pág. 13).

Velasco Ibarra al tener 5 elecciones como presidente de la república estuvo un largo tiempo desempañando ese cargo, aunque no todos sus periodos hayan sido finalizados y no hayan sido uno tras otro, sino que fueron intermitentes, gano gran popularidad en nuestro país aun si el velasquismo no contó con un aparato sindical que lo respaldara, ya que él se opuso a pertenecer a un partido político, que no lo representaría ni a él, ni mucho menos a sus ideologías.

Era un hombre honesto e incorruptible, no se casaba con nadie, y nada le impedía defender los derechos populares y someter a las leyes a los explotadores. Su sabiduría le permitía conocer los más diversos asuntos y su abnegación en el cumplimiento de la suprema misión de servir al pueblo, le llevaba a atender sus problemas y a recorrer los lugares más apartados, constatando necesidades, el caudillo contó con la permanente y leal adhesión de amplios sectores populares, representados principalmente por los marginados, no usaba el poder para robar en términos personales, la idea de la representación autoritaria populista, el discurso maniqueo por la oligarquía y la idea de democracia como ocupación de espacios públicos era muy buena, deshacía entuertos y castigaba a los culpables. Los ataques que sufrió de la oligarquía demostraban la solidez de su compromiso y, sin embargo, el equipo de asesores le jugaba malas pasadas, por entonces imposibles de controlar. (Tinaco, 2008, pág. 9).

Tenía un contenido democrático y liberal, procedimientos  democráticos y las constituciones y que solo él, como líder estaba en la capacidad de interpretar lo que el pueblo quiere como: la implantación de la libertad electoral, de educación y religiosa, la construcción de centenares de escuelas, carreteras en el país, ceder los sistemas de simple autoridad tribal o aldeana ante los

sistemas de sufragio, los partidos políticos, la representatividad, las burocracias civiles, al esforzarse con la sociedad por combatir el analfabetismo y aumentar las aptitudes exigidas por la producción económica, en la esfera religiosa, al comenzar a ser desplazadas las religiones tradicionales por sistemas seculares de creencia, en la esfera familiar, al dejar de invadirlo todo las unidades de parentesco extenso y en la esfera estamental, al producirse un relajamiento de los sistemas fijos, jerárquicos y descriptivos gracias a la movilidad geográfica y social , además de luchar por reivindicaciones popular-democráticas contra la oligarquía, rearticula las  interpretaciones democrático burguesas como antagónicas con respecto a la ideología dominante. En este sentido lo que produce es una reinterpretación del contenido ideológico en un momento histórico concreto, además sus discursos populistas fueron el instrumento personalísimo de la acción ante las masas, donde se conjuga el hombre y la palabra, la personalidad y su visión de las cosas, siendo quien inaugura y resume ese estilo de discurso que cautivó a muchas personas con su frase célebre que hasta la actualidad se sigue escuchando "DADME UN BALCÓN Y SERÉ PRESIDENTE" y la cual también vino a ser la fórmula para sus triunfos electorales sorprendiendo a bastantes.

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