¿Por qué eres así?

                             ¿Por qué eres así?

Un tema bastante contingente pero que para muchos aún sigue pasando desapercibido es el planeta Tierra y el cuidado de este. Alguna vez se han preguntado ¿Cómo mis acciones afectan el futuro? y no estamos hablando necesariamente de nuestro futuro, sino que también el de generaciones que falta por nacer. Nuestro actuar deja consecuencias y no solo en el medio ambiente. El humano en general actúa con preferencia para recibir los beneficios lo antes posible, dejando consecuencias negativas a largo plazo. En las personas naturales esto se ve reflejado actualmente en, las malas cotizaciones en la AFP, dejar tareas para última hora, no realizar tareas cotidianas, como lo es lavarse los dientes, etc. También existen varias empresas que no se salvan de esto, como el Banco de Chile. Esta entidad de crédito decidió por no actualizar los sistemas operativos en sus ordenadores, dejándolos en una versión bastante antigua, Windows XP. La decisión de este banco se vio afectada en las consecuencias positivas presentes, como el ahorro de tiempo y dinero que podría traer el no actualizar todos sus computadores, pero ¿Qué pasó en mayo del 2018? Un virus informático atacó virtualmente al Banco de Chile, perjudicando su reputación y preocupando a todos los clientes de esta entidad de depósito.

En primera instancia me referiré a la conciencia e información que tiene la sociedad actual. Ubiquémonos en el día a día. Nos levantamos en la mañana, vamos al baño, realizamos nuestras necesidades, tiramos la cadena y nos lavamos las manos mientras escuchamos el agua correr y correr sin ser usada. ¿Por qué no cortamos la llave? Sabemos que es un gran desperdicio, sabemos que traerá consecuencias negativas a futuro, somos conscientes de que lo que hacemos no es nada eficiente, pero ¿Por qué demonios no cortamos el agua? La principal razón, más allá de la flojera o el desinterés, es que no asimilamos lo que realmente estamos haciendo. No asimilamos el daño que causamos, debido a que este daño será recién percibido en un futuro muy lejano, en el que posiblemente ya no estemos. Sin considerar el conocimiento específico y cuantitativo de las consecuencias negativas que traemos con nuestras acciones diaria, el humano no es excesivamente ignorante en el tema, sabemos que lo que hacemos está mal, lo que realmente nos hace falta es desarrollar nuestra capacidad de asimilar la huella que dejamos e integrar esta idea en nuestras actividades cotidianas.

En segundo lugar, me referiré al actuar de las personas dependiendo de la generación en que nacieron. Los millennials han llegado al mundo en un periodo donde informarse es mucho más sencillos y con una educación que ha mejorado notoriamente, lo que favorece su capacidad de reflexión, avanzando de manera más sostenible, pero también llegaron en periodo en el cual el planeta Tierra se encuentra en un gran peligro. Estos dos factores son los que explican el actuar más “ecológico” de los millennials hoy en día en comparación a generaciones pasadas, las cuales nacieron un mundo más “sano” sin preocupaciones medioambientales inmediatas, como las restricciones vehiculares o los días de preemergencia que encontramos hoy en día. Además, es importante destacar que se criaron con una educación que no priorizaba el desarrollo sostenible, debido a que no se tenía la información suficiente que los ayudara a concientizarlos y especular sobre el lejano futuro. Las personas de las generaciones pasadas se encuentran en un status quo difícil de salir, debido a la fecha de su nacimiento. Ahora, sin importar nuestra edad, todas las generaciones se encuentran en un mismo espacio y tiempo, el presente, por lo cual es imprescindible cooperar en conjunto para dejar de perjudicar a las generaciones futuras, preocupándonos de nuestras acciones y pensando dos veces el porque de la importancia del desarrollo sustentable. Pensemos en una situación cotidiana. Nuestro amigo al terminar de almorzar en el parque decide dejar trozos de basura en el pasto, una colilla de cigarro y un envoltorio de chicle. Este amigo no tiene bolsillos y no encuentra un basurero cercano, por lo que para ahorrarse las molestias, deja la basurita en suelo y no le importa, ya que mucha personas lo hacen.  Nosotros al ver esto no hacemos nada, debido a que tampoco queremos cargar con esa basura en los bolsillos. Multipliquemos esta acción en millones y millones de personas y veamos los resultados. A corto plazo simplemente vemos un poco de basura que después desaparece y se mezclará en la tierra, pero que pasará a largo plazo.

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