Posverdad

El diccionario de Oxford define la posverdad como un fenómeno donde “los hechos objetivos son menos influyentes en la formación de la opinión publica que los hechos subjetivos, donde imperan la emoción y la creencia personal”.

Es cierto que se popularizo el termino posverdad con el triunfo de Donal Trump como presidente de los Estados Unidos y la salida de Reino Unido de la Unión Europea, pero, amparados en esta definición, no estamos hablando de algo novedoso. La posverdad, está aquí para quedarse.

A partir de la campaña del Brexit que permitió, a través de un referéndum la salida del Reino Unido de la Unión Europea, se empezó a hablar en medios anglosajones (pueblos germanos que en el siglo V invadieron Inglaterra) de la posverdad que se centraba en visibilizar que los argumentos utilizados durante la campaña y que permitieron convencer a muchos ciudadanos de los beneficios de la salida de su país de la Unión Europea eran falsos.

Se asume que la retorica utilizada en la política no suele ser honesta porque apela argumentos que privilegian aspectos emocionales, así como descontextualizan y exageran datos para movilizar la opinión pública a su favor.

Durante la década del 90 del siglo pasado eran los sectores conservadores quienes reclamaban el espacio de la verdad en contra del supuesto relativismo cultural reivindicado por los políticos progresistas, ahora los sectores conservadores han dejado de argumentar desde nociones que apelan a un estatuto de verdad como trascendental, natural o tradicional.

Actualmente parece resultarles más cómodo defender su postura desde un plano supuestamente intuitivo y cotidiano que se ampara en un razonamiento como este: “esto es lo que creemos, esto es lo que necesitamos y sabemos como lograrlo…” y si alguien lo rechaza o cuestiona será ignorado.

En el caso de la posverdad enfrentamos un fenómeno caracterizado por la creencia individual o grupal que la distinción entre verdadero y falso.

En la medida en que el sujeto o el colectivo se sienta cómodo y complacidos con el enunciado se suspende la capacidad de juicio que debería contrastar alguna forma de critica ante la idea presentada. Visto así la posverdad puede describirse como una suerte de renuncia concertada a la capacidad de pensar críticamente.

Tal renuncia parece ser propia de una época que se siente agusto homogenizando varios aspectos de nuestra forma de vida, pues a pesar de vivir en condiciones que deberían hacernos creer que pertenecemos a una sociedad hiper-informada e hiper-comunicada piénsese en la web, lo real es que en la actualidad a reducido en un gran grado la calidad de la información.

Si en la primera versión de la red existían nodos (punto de intersección, conexión o unión de varios elementos que confluyen en el mismo lugar) muy bien articulados entre si y representaban espacios científicos y académicos

...