Problemas En La Escuela Primaria
Enviado por geramtz • 8 de Enero de 2012 • 4.990 Palabras (20 Páginas) • 1.973 Visitas
¿Qué sucede en nuestros centros escolares?
Repasando muchos titulares de periódicos y revistas se puede hacer una primera lectura
de la situación. Los medios de comunicación reflejan con mucha frecuencia situaciones
de violencia en los centros. Estos sucesos suelen adquirir, en muchas ocasiones,
tintes dramáticos: profesores que son agredidos por sus alumnos o por los padres de éstos,
crueldad muy acentuada en las relaciones entre los propios alumnos, acoso sexual de profesores
hacia sus alumnos o alumnas... ¿Qué hay de todo esto?
En una primera apreciación tenemos que decir que es cierto que ocurren todas estas
cosas. La profesionalidad es característica general de nuestros medios de comunicación.
Lo que ocurre es que muchos quieren ver en estos acontecimientos la “punta del iceberg”
de una situación general dramática o cuanto menos alarmante.
La aproximación a los estudios existentes sobre estos temas, la mayoría de ellos serios y
rigurosos, nos hace darnos cuenta que la situación de nuestro país, en cuanto a problemas
de auténtica violencia escolar, permite considerar los hechos relatados en la prensa,
la Televisión etc.como reales, claro, pero no frecuentes, sino esporádicos y, por
supuesto no cotidianos en nuestras aulas. Otra cosa son los problemas de convivencia
y disciplina que, efectivamente existen y angustian al profesorado, especialmente al
de Secundaria.Lo que decimos viene avalado por los trabajos recientes tanto del
Instituto Nacional de Calidad y Evaluación (Diagnóstico del Sistema Educativo, 1998)
como del Defensor del Pueblo (Informe del Defensor del Pueblo sobre violencia escolar,
1999).La situación de esta problemática en otros países parece ser mucho más aguda.
No compartimos, por tanto, las visiones catastrofistas que, desde determinadas posiciones,
donde no excluimos las gubernamentales pretenden crear un estado de opinión
que sólo favorece a corto y medio plazo la aquiescencia de la sociedad para tomar medidas
“duras” y estrictamente disciplinarias o bien creando itinerarios en los centros educativos
que permitan segregar a los “buenos” de los “malos” alumnos para que los segundos
“permitan estudiar mejor a los primeros”.
En la práctica y con este tipo de medidas, tan del agrado incluso de algunos sectores
conservadores del profesorado, lo que se consigue es establecer agrupaciones de alumnos
e incluso colegios de primera, segunda y tercera, disminuir las posibilidades de
aprendizaje de sectores importantes del alumnado y encaminar a otros a situaciones de
fracaso escolar y exclusión social. Además se pretende hacer ver que ésta situación afecta
única y exclusivamente a nuestros centros públicos.
Es en estos momentos, cuando los problemas derivados de la convivencia, aún no alcanzan
dimensiones alarmantes cuando se hace preciso reflexionar detenidamente. Esta
reflexión debe incluir un diagnóstico de la situación actual de la convivencia en sentido
genérico consultando con los sectores implicados del que se derivará, lógicamente,
un plan de actuación.
Retardar aún más la toma de medidas,favorece la creación de un ambiente que acabará
por ahogar las posibilidades de intervención educativa favoreciendo la adopción
de posturas únicamente sancionadoras y duras que no creemos que sean la verdadera
solución de estos problemas.
Pero, volviendo a nuestro tema, el problema existe y, en la medida en que afecta a todos
los sectores de la comunidad escolar, es preocupante. Se dan situaciones, según los
estudios, en la totalidad de los centros españoles (públicos y privados) en las que porcentajes
nada despreciables de muchachos agreden, además de forma continuada, a
sus compañeros.
La situación es todavía más lamentable cuando nos dicen que muchas veces la víctima
lo es por padecer alguna discapacidad psíquica o física o, sencillamente, ser diferente.
Los científicos nos dicen que las víctimas, por supuesto, pero también los agresores
y los meros espectadores de estas agresiones pueden padecer por largo tiempo
de las consecuencias de su participación en estas actuaciones.
Las agresiones pueden ser físicas (golpes), verbales (insultos), contra las pertenencias (hurtos)
o simplemente de exclusión del grupo. Pero al tener carácter continuado en el tiempo
(cosa que sucede la mayoría de las veces) pueden generar mucho sufrimiento.
12 LOS PROBLEMAS DE LA CONVIVENCIA ESCOLAR: UN ENFOQUE PRÁCTICO
Otros problemas que alteran el ritmo normal de la vida escolar son los derivados de la
llamada disrupción, o sea problemas de convivencia entre profesores y alumnos, normalmente
en el ámbito del aula. Esta problemática habitualmente se denomina como
de disciplina, palabra que, debido al uso peyorativo que se ha hecho de ella en el sentido
de identificarla con la adopción de medidas exclusivamente punitivas, se puede rechazar.
No obstante, hay que tener en cuenta que etimológicamente disciplina viene de discipulus,
palabra ajena a toda connotación negativa. Por lo tanto nosotros utilizaremos
el vocablo, si bien entendiéndolo como el que se denomina disciplina democrática.
La disrupción figura como el segundo problema que afecta al profesorado, especialmente
de la ESO hasta el punto de constituir una de las causas más importantes del llamado
malestar docente. (La salud laboral docente en la enseñanza pública. Federación de
Enseñanza de CCOO. Mayo de 2.000).
No cabe duda de que para gran parte del alumnado las alteraciones en los periodos
de clase también deben constituir fuente de malestar.
Lo cierto es que los fenómenos asociados a la disrupción distorsionan el ambiente de trabajo,
provocan una disminución en el rendimiento escolar y docente, enrarecen el clima
de tolerancia y respeto y son el origen de serias alteraciones psíquicas en parte del profesorado.
En el estudio sobre la salud laboral de CC.OO. se señala el estrés, la fatiga psíquica,
la depresión y el síndrome del burnout como las dolencias psicológicas más frecuentes
en el profesorado. Nos caben pocas dudas de que algunas de estas enfermedades
están provocadas o acentuadas por fallos en la convivencia en el centro de trabajo.
Como consecuencia de la llegada a España de un creciente número de inmigrantes, un
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