Problemas Sociales Y Economicos
Enviado por josoto1 • 3 de Marzo de 2015 • 3.857 Palabras (16 Páginas) • 304 Visitas
Política para el Desarrollo
En estos momentos en que la globalización está siendo esencialmente económica, capitaneada por las finanzas; cuando las mayorías del mundo son los excluidos y los perdedores del proceso de mundialización del capitalismo avanzado; ahora que a los poderes mundiales solo les interesa atender al 30% de la población, concentrada en los países desarrollados y las élites de los países en desarrollo, con los que tienen la seguridad de la pervivencia del sistema. Hoy que el capital rompió los pactos que venía haciendo con el trabajo, desde la postguerra europea, y que dieron origen al estado de bienestar. Hoy, cuando la acumulación de capital y de poder está en muy pocas manos y los pobres son la mayoría. Hoy, cuando el conocimiento, la tecnología, la energía barata, las fuerzas productivas, y el comercio han hecho posible la abundancia, las mayorías del mundo están en la pobreza, en la informalidad y, aún se siguen muriendo de hambre 25.000 personas cada día. Por todo esto, afirmo, que es necesaria una Política para el Desarrollo sustentada en la Solidaridad, con el principio básico de que "todos los pueblos tienen derecho al desarrollo".
La pobreza, la ignorancia, la injusticia, la corrupción y los conflictos violentos, siguen siendo causas de grandes sufrimientos para la mayoría de las personas que viven en América Latina. La diversidad de culturas y nuestra identidad iberoamericana, han demostrado estar por encima de las fronteras ficticias creadas por los estados y las oligarquías, y nuestros valores humanos compartidos han facilitado el siempre difícil arte de la convivencia. En los países desarrollados hemos elegido la democracia como forma política, aunque tenemos que profundizarla, para resolver las diferencias de forma pacífica. Tenemos que comprometernos con las mayorías para que el desarrollo se extienda a todos los pueblos, en el ánimo de conseguir sociedades libres, justas y prósperas.
Hoy los beneficios del desarrollo no se comparten equitativamente y la desigualdad entre ricos y pobres es más grande que nunca. Tenemos grandes valores éticos que no ponemos en práctica. Sabemos que es más importante ser que tener, pero la mayoría de la gente pasa su vida luchando por tener algo para poder subsistir. Las mayorías están dotadas de fuerza vital, espiritualidad popular y solidaridad, pero al estar oprimidas por la pobreza y luchando para subsistir les es muy difícil participar en los procesos creativos. Es necesario y urgente que las mayorías tengan acceso a los conocimientos, medios y técnicas para hacer el desarrollo desde abajo y desde adentro, para crear riqueza en abundancia y distribuirla equitativamente, y para erradicar la pobreza y conseguir la inclusión educativa, social y económica.
Se ha demostrado que países como España han consolidado la democracia, erradicado la pobreza y conseguido el desarrollo. Con el esfuerzo de dos generaciones de españoles durante 30 años, se ha forjado una sociedad en la que han presidido los valores de libertad, igualdad y solidaridad, justicia, dignidad, derecho, tolerancia, diálogo o competencia, con un estado fuerte y descentralizado, una economía de mercado competitiva, con aumento de la productividad, prosperidad y equidad, una seguridad social para todos y una sociedad civil vital, emprendedora y solidaria. Y aunque siempre, toda sociedad tendrá sus problemas de convivencia, y la española no es más. Como lo demuestra el caso de España, podemos afirmar, sin ningún sesgo teórico-voluntarista, que es posible erradicar la pobreza, consolidar la democracia y conseguir el desarrollo para las mayorías.
No podemos seguir admitiendo la inmoralidad de que millones de personas sigan sufriendo humillación para sobrevivir, sabiendo que nunca disfrutarán de la libertad con dignidad. Tenemos que actuar con imaginación y pragmatismo, la imaginación para forjar ideas y el pragmatismo para resolver los problemas concretos que oprimen a la gente y dar satisfacción a sus necesidades básicas. Las sociedades justas no vienen marcadas por el destino, ni por las ideas políticas, ni por las creencias religiosas, se requiere el esfuerzo de millones de seres humanos convencidos y dispuestos a combatir la injusticia.
Hay que proclamar el derecho al trabajo, a la riqueza y a la calidad de vida para todos. La libertad de trabajar y la libertad de emprender, que se sustentan en la igualdad de oportunidades. La distribución equitativa de la riqueza según la productividad y la solidaridad, y no sólo según el capital. La calidad de vida de hombres y mujeres, que disfruten de los bienes sociales, los derechos humanos y ecológicos, comenzando por la educación, la salud y la seguridad alimentaria.
Proclamar el derecho al desarrollo de todos los pueblos es entender el DESARROLLO como la liberación del hombre y la mujer frente a la pobreza y a la opresión. Es hacer compatible la libertad y la igualdad, la productividad y la solidaridad. Es conseguir una sociedad organizada, productiva y solidaria que resuelve las necesidades básicas de todos. Es conseguir la equitativa distribución de los bienes sociales, económicos e intelectuales que junto a la ordenación de los territorios y el respeto al medio ambiente ofrecen calidad de vida a las personas. Es entender el bienestar individual y social de las personas y sus descendientes como objetivo final de la política del desarrollo.
A lo largo de las páginas de este libro se presentan el porqué, el cómo y el cuánto de propuestas para conseguir el desarrollo y erradicar la pobreza. Se ha expresado con claridad meridiana cual es, a nuestro entender, el sujeto del desarrollo, de la democracia y de la paz, por tanto, al plantear políticas de desarrollo tenemos que enunciar que, ante las injusticias y las desigualdades actuales, el sujeto preferente de la acción política son las mayorías pobres, indígenas, campesinos e informales, y que la confianza en el progreso reside en los emprendedores surgidos de esas mayorías.
El compromiso por la liberación de las mayorías pobres y dominadas, debe estar inspirado por el valor supremo de la libertad. Guiados por el impulso de cambio y transformación, los actores de la política de desarrollo y cooperación deben estar cerca y trabajar junto a las personas y los pueblos que luchan por su liberación. Liberación de todo tipo de dominio o imposición de poderes autoritarios, ya sean sociales, políticos, económicos, laborales o familiares. Como las formas de dominio cambian, también deberán cambiar las formas de combatirlo. En un ejercicio ético y solidarios diarios debemos crear valores, métodos e impulsar actitudes para dar soluciones a los problemas cambiantes, siendo necesarios: los análisis
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