Procesos Historicos

1. La «crisis» del siglo XIV

LA FRACTURA DEMOGRÁFICA

Durante el siglo XIII no hubieron muchas epidemias ni carestías por lo que el hombre se sentía confiado.

Pero el siglo XIV, modifica esta seguridad debido a una carestía general en toda Europa, podemos encontrar una población debilitada por la mala alimentación y malas cosechas.

Todo esto lleva a una población susceptible a enfermedades y a la reducción de mano de obra, debido a las epidemias, provoco la carestía del resto de la sociedad. A principios del Siglo XIV, se observa una diferencia entre recursos y población, por lo que se busco un nuevo equilibrio. Hubo también un desorden económico ya que hubo muchas subas y también periodos de precios muy bajos. Se produce una imposibilidad de juntar dinero o cualquier otro tipo de bienes.

Luego de las epidemias se producen movimientos migratorios de gente acomodada, también del campo a la ciudad, por lo que la ciudad superpoblada atrae también la peste, creando enormes vacios. No se puede saber si sufrió más la ciudad o el campo.

Las pestes van acompañadas de carestía ya que el alto índice de mortalidad también dejo sin mano de obra para las cosechas.

Se produce una desorganización económico-social, mucho de los que dejaron el campo nunca regresaron, el campo se despuebla y los hombres se urbanizan.

También provoco movimientos espirituales, se rompen los vínculos personales, familiares, sociales, etc.

Se busca saber cuáles son realmente los motivos de la crisis del Siglo XIV, hemos hablado de los problemas demográficos ahora veremos otros posibles motivos.

Se pone atención en la agricultura ya que en europea era lo que más ayudaba económicamente, pero en los comienzos del

No hay duda, pues, de que la población europea se vio fuer-témeme reducida por la acumulación de las carestías-epidemias desde 1315 a 1350; la peste negra extendió pavorosamente los vacíos que ya se habían producido

II. EL CAMBIO DE LA ESTRUCTURA AGRÍCOLA

De estas fugas de la tierra, de estos abandonos de pueblos agrícolas, resulta, justamente con las pérdidas derivadas de las epidemias, una reducción de la mano de obra, con el consiguiente [11] perjuicio del señor, al que no le quedan más que dos caminos:

a) arrendar sus tierras, a precios cada vez más bajos, a los campesinos que quieran aceptarlas;

b) proceder a la explotación directa de sus propiedades, sometiéndose a las exigencias de salario, cada vez más altas, de los trabajadores.

III. FACTORES DE LA «CRISIS» AGRÍCOLA Y SUS CONSECUENCIAS SOCIALES

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