¿Qué consecuencias tendremos al no poseer una buena interrelación con nuestro equipo de trabajo?

Chile, año 2018, una sociedad donde lo más importante para el desarrollo intrapersonal son los Mass media. Pero, ¿sabemos realmente como nos relacionamos con el otro? Al estar en un medio tan importante como lo es el sistema de salud, lo primordial para realizar un buen trabajo y dar satisfacción a nuestros pacientes que “ponen” su vida en nuestras manos, es una buena comunicación, tanto con el personal a cargo, como con el paciente mismo. Sin embargo, como las relaciones entre individuos han cambiado con el paso de los años debido en parte, al desarrollo de nuevos métodos de comunicación, los cuales nos privan de la interacción “cara a cara” refugiándonos tras una pantalla, nos resulta más difícil comprender la forma en que tiene el “otro” para expresarse.

Según los más entendidos en el tema de la comunicación, se afirma que el ser humano como tal, para su desarrollo como persona presente y activa en la sociedad, necesita de la interacción con otro individuo, además, para realizar trabajos que requieren de mayor complejidad, se precisan de otras personas que aporten al cumplimiento de ese objetivo. Sin embargo, si postulamos que las interacciones con otro individuo son complejas ¿de qué manera se nos facilita la comunicación con más de un sujeto? Más aún ¿Qué consecuencias tendremos al no poseer una buena interrelación con nuestro equipo de trabajo?

Por lo tanto, para lograr responder a estas interrogantes debemos tener en cuenta en que consiste la comunicación y los factores que influyen para realizar un buen trabajo en equipo, por lo que, consultaremos al texto “dinámica en grupos” (Eskola, 2004, págs. 31-44) y “el grupo pequeño” (Berríos, 2004, págs. 64-69) facilitando la búsqueda de nuestra respuesta.

La comunicación es un proceso interpersonal, donde el locutor y receptor se expresan a través de los comportamientos verbales y los no verbales.

Los comportamientos verbales, aluden a la comunicación explícita propiamente tal y los no verbales al tipo de comunicación donde el locutor expresa de manera implícita (con el cuerpo, gestualidades de la cara etc.) lo que quiere comunicar.

Puesto esto, como el trabajo en equipo consta de más de dos personas, es importante, para una buena comunicación, que exista un monitor que guíe al grupo para realizar un trabajo de manera clara y efectiva.

“Conocer, mediante la comunicación y la información los objetivos que nos unen en el grupo, lo que ocurre dentro y fuera del mismo, etc., permite un funcionamiento más eficaz, democrático, participativo y potencia el sentimiento de grupo y la motivación para pertenecer a él.” (Eskola, 2004, pág. 31)

El rol fundamental del monitor, es conducir al grupo en cuestión, facilitando así, que las personas del grupo estén predispuestas a exponer sus diferentes puntos de vista y aportes ante la problemática a desarrollar.

“La

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