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RELIGIÓN NATURAL Y LITURGIA CRISTIANA


Enviado por   •  26 de Octubre de 2017  •  Práctica o problema  •  1.404 Palabras (6 Páginas)  •  195 Visitas

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SEMINARIO DIOCESANO DE MEXICALI

Facultad de Teología

Nombre del alumno: Luis Armando Noriega Zatarain

2 de Teología

Mexicali Baja California a 22 de enero del 2016

EL RITO Y EL HOMBRE

(Síntesis)

RELIGIÓN NATURAL Y LITURGIA CRISTIANA

Las creencias cristianas son los propios pensamientos de Dios expresados en unos términos cuya elección inspiró Él directamente. Las instituciones cristianas no son obras humanas. Pero si es la obra de Dios, lo es del Dios hecho hombre, es decir, si Dios ha marcado con su sello personal todo el cristianismo, empezó por revestirse de nuestra humanidad para que asi hubiera un cristianismo.

Cuanto más se aclara nuestro conociemiento de lo que hay de humanao en el cristianismo más clara, por contraste, lo que allí se encuentra, es la huella de la intervención divina.

La primera tendencia de la historia comparada de las religiones en el siglo XIX fue la de reabsorber el cristianismo en la religiosidad común de la humanidad. Una tendencia científica tanto en la psicología como en la historia quería reducir todo lo que es religioso en la vida y en el alma humana a algo humano.

El carácter primitivo e irreductible de la religión, como hecho social y como experiencia individual, resalta hoy tanto más cuanto podemos describir con más exactitud su arraigo en la naturaleza humana.

El progreso de estas ciencias del hombre, sin dejar de afirmar la plena humanidad de la religión, y de toda la religión, no permite ya mantener la ilusión de que ésta es un factor secundario, reductible a otros factores, en la evolución humana, y que en el cristianismo no es nada más que una religión entre otras.

Por lo tanto el interés apologético de este estudio no es el más profundo, es decir, no es únicamente la refutación de las objeciones de los modernos hacia la religión especialmente al cristianismo, sino una nueva inteligencia de nuestra fe y de nuestras practicas cristianas.

En cuanto a las practicas de ritos en el cristianismo se dice lo siguiente: lejos de que el cristianismo pueda o deba aceptar para su uso litúrgico nada de la sacralidad ritual de las religiones no cristianas, no conocería en principio otros ritos que las acciones de la vida corriente, simplemente consagradas por la presencia de Cristo. De la misma manera que en lugar de los sacrificios rituales de as antiguas religiones Cristo puso su muerte en cruz y así habría puesto, en lugar de las liturgias más o menos formalistas, una comida fraternal, como las otras, simplemente iluminada, consagrada, por su presencia en medio de los suyos.

La tendencia natural del espíritu humanao ha contribuido a revestir las acciones tan simples y tan naturalmente humanas de la última Cena de todo un aparato ritual, sacral. Así se llegaría a las formas más elaboradas de la liturgia eucarística.

Todo debe ser de Dios en un sentido, pero todo debe permanecer humano, de la humanidad común, no solamente incambiada, sino despojada de todo lo que podría afirmar en ella la trascendencia, la personalidad separada del Dios hecho hombre.

Los liturgistas ultra-conservadores del tipo calificado de integristas quieren justamente mantener esta trascendencia y la autoridad soberana de esta única personalidad del salvador. Pero se equivocan queriendo que la liturgia se haga inhumana. Nuestros liturgistas reformadores y renovadores quieren, por reacción, salvar la humanidad de la liturgia y de toda la religión cristiana, en nombre del Evangelio.

La encarnación no va a conducirnos a una desaparición de la sacralidad natural, sino a una metamorfosis. Esta sacralidad a pesar de todas sus insuficiencias e incluso sus deformaciones, permanecía en el hombre como piedra de espera de la encarnación. El mismo Dios que se encarna es el que no ha existido jamás sin dejar en el hombre y hasta en la humanidad más caída, algún testimonio de su existencia, de su presencia y de su soberanía.

El error típico de nuestros contemporáneos consiste en creer que la humanidad, en el cristianismo y fuera de él, para ser verdadera y real ha de permanecer o hacerse profana. Es la ilusión que amenaza a todas las civilizaciones.

CAPÍTULO II

LOS RECIENTES PROGRESOS DE LA HISTORIA DE LAS RELIGIONES

La ciencia de las religiones es entre las demás ciencias particularmente reciente. Pero tiene una larga prehistoria. Que va desde el antiguo Egipto hasta las mitologías griegas.

Los primeros en percibir ciertas originalidades irreductibles y similares en los relatos religiosos fueron los cristianos de la época patrística, en cambio los historiadores tienen una preferencia por el documento escrito, hasta el punto de descuidar los hechos que tienen ante sus ojos.

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