ROL DEL ESTADO MODERNO EN LA GLOBALIZACIÓN: Un Sistema Apremiado Frente A Las Imposiciones De Una Sociedad Universal
Enviado por Nichi • 20 de Enero de 2013 • 3.912 Palabras (16 Páginas) • 1.050 Visitas
ROL DEL ESTADO MODERNO EN LA GLOBALIZACIÓN:
Un sistema apremiado frente a las imposiciones de una sociedad universal
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo busca desarrollar un esquema que permita presentar las principales imposiciones que está planteando la universalización de las sociedades al Estado actual, a la luz de las tendencias globales que, de una u otra forma, estarían condicionando el desenvolvimiento, al menos de las sociedades occidentales. A continuación, se pretende determinar cuáles serían aquellos aspectos del esquema estatal y social que se encuentran mayormente afectados por las corrientes contemporáneas y que requieren de adaptaciones para enfrentar de manera consistente y coherente el desafío que se presenta. Y, finalmente, se buscará establecer una visión acerca de la configuración a la que podría tender el Estado moderno para satisfacer las necesidades sociales que demandan sus ciudadanos.
Es así que podemos decir que durante la última década, gran parte del mundo ha sido testigo de transformaciones fundamentales, tanto en las relaciones entre los Estados y sus sociedades nacionales, como en los patrones de organización económica y política en el plano internacional.
Fenómenos como la apertura de los mercados, el ajuste del Estado y la economía, el desempleo y la flexibilización laboral, la privatización de empresas y servicios públicos, la descentralización administrativa y la integración regional, están redefiniendo las funciones tradicionales del Estado nacional. Al mismo tiempo, la historia reciente registra progresivas corrientes democratizadoras, luchas por nuevos derechos sociales, desequilibrios sociales cada vez más profundos, recrudecimiento de la xenofobia y los fundamentalismos religiosos, todos fenómenos que se han sumado a la contribución para transformar radicalmente las relaciones sociopolíticas dentro de los Estados, y entre ellos.
1. La sociedad universal, las influencias globales y el Estado.
La creciente vorágine de cambios que enfrentan las sociedades del mundo moderno, tal como lo estamos presenciando, abarca una serie de aspectos radicales, entre los cuales los más importantes son la aceleración de la globalización, la necesidad de internacionalización de las relaciones entre los Estados y la importancia de la integración estatal a nivel, al menos, regional. A raíz de esta situación, los aspectos antes señalados generan una serie de inquietudes e imposiciones, las cuales pueden ser agrupadas en tres grandes áreas: económica, social y cultural. Con el fin de comprender mejor las características del movimiento mundial actual, y así poder establecer cuáles serían las imposiciones e imperativos sociales que están recayendo sobre el Estado moderno, se describirá brevemente cada una de las áreas indicadas.
En cuanto a la economía, se puede decir que a partir de la década de los años 70 asistimos a una transformación radical del concepto de espacio económico, inducida por el capitalismo internacional, su reubicación a escala mundial y la redefinición de las relaciones entre actores económicos y unidades de producción. La división que aún prevalecía hasta el siglo XIX entre el mundo occidental, mercantil y en vías de industrialización, y el mundo de las civilizaciones estancadas y de los pueblos indígenas, fue sustituida a principios del siglo XX por una división Norte- Sur entre países ricos e industrializados, por una parte, y países pobres y subdesarrollados, por la otra, lo que prevalece aún hasta nuestros días.
Sin embargo, aquel enfoque se ha vuelto más complejo a partir de la segunda mitad del siglo XX debido a la conformación de espacios económicos integrados, o en proceso de integración, en torno a las grandes urbes económicas del Norte, en las cuales se maneja hoy la mayor parte de la actividad económica y de la riqueza mundial.
Dichos bloques, que se caracterizan por un alto nivel de intercambios internos y relaciones comerciales significativas, así como por importantes flujos de inversiones internas y externas, se encuentran hoy estructurados alrededor de los tres polos de la llamada tríada, constituida por los Estados Unidos de Norteamérica, la Unión Europea y Japón. El proceso de universalización del capital, que se inició en los años setenta y se aceleró a partir de los 80, considera en realidad la existencia de tres fenómenos: la penetración de los grandes mercados existentes y de los llamados emergentes por la vía de la inversión extranjera directa; la reubicación de amplios segmentos de la cadena productiva en países con bajo costo de mano de obra y débil organización sindical, por la vía de las transferencias de capitales; y, finalmente, la conformación de un vasto mercado financiero a escala mundial, articulado en torno a una docena de plazas con proyección global.
Como resultado de esta transnacionalización de la economía, hoy en día se ha constituido una red global de intercambios económicos y financieros que, al igual que la red Internet, trasciende las fronteras nacionales, se configura en torno a un número limitado de nodos metropolitanos estratégicos, y sobre la cual los Estados no ejercen más que un control marginal. En consecuencia, las influencias económicas mundiales están afectando significativamente a las sociedades, en cuanto a que se observa una marcada tendencia a perturbar el funcionamiento económico local, lo cual es reclamado permanentemente a la respectiva autoridad estatal. El problema está en que actualmente los Estados carecen de mecanismos para regularizar esta situación y así evitar los efectos negativos sobre la masa social.
Respecto de lo social, la universalización de la brecha entre los individuos, la tecnología, la seguridad y la justicia, constituyen nuevos puntos de partida para nuevas imposiciones de la sociedad al Estado. Así mientras ciertas zonas del planeta declinan en términos de actividad económica y de empleo, otras emergen como resultado de la reubicación industrial y de los movimientos de capital; de este modo, nuevas áreas deprimidas y nuevas zonas de prosperidad se constituyen, como resultado de dichos movimientos. Esta evolución ha traído consigo fuertes tensiones sociales causadas principalmente por la búsqueda de mejores condiciones laborales, por el aumento en la cesantía producto de una mayor tecnificación de los procesos productivos, por la exigencia de mejores remuneraciones y por un creciente interés de las sociedades por acceder a los beneficios ofrecidos por un mundo de puertas abiertas.
Dentro de este ámbito también aparecen problemas como el acceso a la salud, las drogas, el SIDA, etc. Es por ello que los Estados se encuentran enfrentados a un gran reto tendiente
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