Realidad Nacional
Enviado por ricmay • 1 de Mayo de 2013 • 35.297 Palabras (142 Páginas) • 672 Visitas
“Año del centenario de Machu Picchu para el Mundo”
UNIVERSIDAD PERUANA DEL CENTRO
MODULO DE LECTURAS
ANALISIS DE LA REALIDAD PERUANA
INDICE
1. REALIDAD NACIONAL 3
2. CONSTITUCIONALISMO 5
3. LA CONSTITUCION POLITICA DEL PERU 12
4. REFORMA UNIVERSITARIA DE 1918 16
5. NECESIDADES BÁSICAS DEL SER HUMANO Y SU SATISFACCIÓN A TRAVÉS DE LA CULTURA 20
6. LA PERSONA HUMANA Y LOS VALORES 23
7. EL PROCESO DEL CONOCIMIENTO Y LA CIENCIA. 27
8. LA CONCIENCIA NACIONAL EN UN PAIS PLURICULTURAL Y MULTILINGUE 31
9. CRISIS EN LA IDENTIDAD NACIONAL: POSIBLES SOLUCIONES 35
10. LA SEGURIDAD SOCIAL EN LA FUERZA ARMADA NACIONAL 38
11. REALIDAD, PODER Y POTENCIAL REGIONAL Y NACIONAL 44
12. ENFOQUE METODOLOGICOS DEL ANALISIS DE LA REALIDAD NACIONAL 50
13. EL PODER POLÍTICO, EL ESTADO Y EL GOBIERNO PERUANO 56
14. ECONOMÍA- LA REALIDAD NACIONAL, LA NEOLIBERALIDAD, LA PRIVATIZACIÓN Y EL REAL IMPACTO SOCIAL 65
15. LA FEMINIZACIÓN DE LA POBREZA 62
16. CIENCIA Y TECNOLOGÍA EN EL PERÚ Y AMÉRICA LATINA 76
17. LA GLOBALIZACIÓN EN LA EDUCACIÓN PERUANA Y EL DESEMPLEO 79
18. MADRES ADOLESCENTES Y SU DERECHO A LA INFORMACIÓN 84
19. PLANES Y PROGRAMAS 88
REALIDAD NACIONAL
El Perú, es un país con un régimen democrático,- desde el año 2,000 -, y una larga historia; enmarcado en una cultura de paz, mega diverso, multiétnico, pluricultural y multilingüista. Se asienta en un territorio de 1.25 millones de Km2. Tenemos una población de 27,219.264 millones de habitantes, divididos en tres zonas geográficos: costa (zona árida), sierra (valles interandinos y alta montaña) y selva (amazonía). La mayoría de la población se asienta en la zona urbana (74%) y la población rural representa el 26%. de la población. Lima, capital de la Republica, concentra a casi 8.5 millones de habitantes.
Con un crecimiento económico sostenido en los últimos 7 años de una tasa que se ha elevado del 4% al 6% anual, pero con una redistribución inequitativa de la riqueza, que limita el desarrollo económico, propiciando patrones de injusticia social. Los principales problemas en del Perú de hoy se pueden sintetizar en la situación de pobreza en que se encuentra el 48 % de la población del campo y en la ciudad; el cambio climático: la desertificación y pérdida de la biodiversidad biológica y cultural; y con una gran dependencia alimentaria y dependencia de los mandatos del mercado; y teniendo un Estado absolutamente centralista, no solo en términos económicos sino también políticos. Ello solo se puede explicar por un régimen económico y social excluyente, que privilegia la extracción y explotación indiscriminada de los recursos naturales, la inversión de las grandes transnacionales y extranjera; además de una política agraria que discrimina al pequeño agricultor y a las comunidades campesinas, cuyo principio básico es el libre mercado como el único asignador de los recursos. Pero este sistema y políticas, encuentran resistencia en el sector rural, gracias a una agricultura de subsistencia, a una no dependencia del mercado y a una cada vez mayor articulación de los diferentes sectores agrarios en defensa de sus intereses.
La inequidad se traduce en la situación de pobreza en la que vive el 48.7% de la población peruana a nivel nacional; la zona urbana alcanza el 36.8%, mientras que en la zona rural alcanza un 70.9% de pobres del total de la población rural; y esta se eleva en la sierra rural al 77.3%. Por ello se dice que la pobreza tiene un sello predominantemente andino y rural. Pero ello no invalida la cantidad de personas que viven en situación de pobreza en las zonas urbanas, lo cual también requiere un tratamiento especial.
Como se ve el sector rural es el más empobrecido e invisibilizado del país, siendo necesario resaltar que son las mujeres y los jóvenes campesinos el grupo más vulnerable y afectado por el desarrollo económico imperante; por ello se dice que la «pobreza tiene rostro de mujer».
A pesar del proceso de regionalización puesta en marcha, en el cual se han establecido gobiernos regionales, el Perú sigue siendo un país profundamente centralista, teniendo a Lima, como concentradora del poder político y económico, de las principales empresas, órganos de gobiernos, universidades, etc. Y ello se acentúa porque el proceso de regionalización, encuentra a los pueblos y comunidades campesinas, con organizaciones debilitadas y a las instituciones regionales y municipales con escasas capacidades organizativas y técnicas para enfrentar los retos del nuevo contexto político, social y económico que vivimos. Y al mismo tiempo la descentralización tiene debilidades en los procesos realmente democratizadores, los mecanismos de participación regional y local no están garantizando ni la participación de las comunidades campesinas ni su incidencia en la toma de decisiones; ni mucho menos existe una autentica delegación de responsabilidades y decisiones desde el Estado central hacia los espacios de poder regional y local.
La historia reciente de violencia política y dictadura fujimorista, hizo que los movimientos y organizaciones del espacio rural perdieran fuerza en la década de los 80 y 90, produciéndose desplazamientos forzados y asesinatos de líderes y miembros de las comunidades campesinas y del movimiento popular; y destruyendo el tejido social e institucional existente, como de los partidos políticos, los sindicatos, los movimientos campesinos, etc. Así la comunidad campesina quedo relegada, hasta ahora en pleno 2007 y 2008 que los sistemas de explotación de sus recursos naturales (la minería) provocaron que retome fuerza el movimiento campesino, esta vez de manera espontánea y sin una organización fuerte, pero con actores que creen en la necesidad de empoderarse y poner en agenda pública sus derechos y demandas.
Otro aspecto son las consecuencias de un mundo crecientemente globalizado, que aplica políticas neoliberales a todo nivel, privilegiando la incidencia del capital externo y privado. Y que en el Perú,- a partir de la década de los 90´s -, no sólo se vende y concesiona la propiedad del Estado al sector privado, principalmente de capitales extranjeros, sino que además la propiedad privada nacional
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