Reflexiones Sobre El Libro Una Educación Emergente Para La Era Planetaria

Para comenzar el presente trabajo, retomo una de las ideas que más me llamó la atención de la obra. El planeta se ha tardado mucho tiempo en llegar a las condiciones de vida actuales. Desde ser una masa caliente, su enfriamiento, la conformación de los océanos, Pangea y el proceso de definición de los continentes, la aparición de la vida, la evolución de las formas celulares, los dinosaurios, los primeros mamíferos, los homínidos, su desarrollo y organización en sociedades, entre muchos otros acontecimientos por señalar. En algún punto en el devenir el tiempo (sin olvidar que este concepto es una creación humana), nuestra raza emprendió la dominación del medio ambiente.

En un inicio nuestros antepasados obtenían de la naturaleza lo indispensable para vivir; pedían permiso a la Madre Tierra y a los animales para tomar lo necesario. Conforme sus conocimientos y número fueron creciendo, empezaron a crear cosas más complicadas; ya no sólo era saciar el hambre y tener un lugar donde resguardarse de las inclemencias del clima. Con esta tendencia, se transforma la concepción de ser una forma de vida más en el planeta, a la idea de dominación de ésta y de los otros seres. Los motivos son variados: la implementación de designios divinos, un deseo desbordado de sometimiento y hegemonía o una combinación de ambos, sin soslayar una soberbia en grado agudo. Lo anterior no significa que entre los demás seres no existan cuestiones de poder. Sin embargo, lo crítico del caso es nuestra falta de mesura al respecto. Se nos ha olvidado casi por completo la organización holárquica de la biosfera.

Nuestra vida como especie ha ido trascurriendo, por llamarle de alguna manera, de modo ascendente. Los conocimientos fueron haciéndose cada día mayores. No cabe duda que nuestro pensamiento también evoluciona. Yo considero necesario subrayar un aspecto. A pesar de nuestro gran desarrollo intelectual (no tomando en cuenta la posible existencia de otros más adelantados en alguna parte del universo), no nos podemos despegar de esa parte irracional albergada en nuestro cerebro; en realidad si fuéramos tan racionales, al día de hoy no se deberían de presentar crímenes tan lamentables contra nosotros mismos ni debiera existir gente tan extremadamente rica por un lado y por el otro, personas buscando en los basureros algo para llevarse a la boca.

Los conocimientos que se han generado a lo largo de la historia, le han servido al hombre para contar con mejores condiciones de vida (al menos de unos cuantos sostenidos en la pobreza de muchos). En parte de la edad media estuvo de moda el metarelato de alcanzar la verdad por medio del saber; se iniciaba la conformación del paradigma de la ciencia y un énfasis en el empoderamiento del hombre como el indicado para decidir absolutamente todo lo concerniente a los destinos de los demás habitantes y del planeta; como si las otras formas de vida y

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