Reforma carcelaria

Reforma carcelaria

Entró en vigencia el nuevo Código Penitenciario y Carcelario. De entrada la reforma genera una situación harto singular: la salida inmediata de las cárceles de por lo menos siete mil presos, beneficiados justamente por la nueva normatividad.

Según las cuentas del Inpec, ese grueso número de personas recobrarán a partir de hoy su libertad, bien sea condicional o bajo detención domiciliaria, como uno de los principales efectos del Nuevo Código Penitenciario y Carcelario, que entró en vigencia el martes. Se van a sus casas porque la reforma establece que los condenados a menos de 8 años de prisión, sin rebajas, y que no tengan antecedentes penales pueden acceder al beneficio.

Sin embargo, aquellos responsables de delitos contra la administración pública y el Derecho Internacional Humanitario no tendrán esta gabela. Tampoco, los condenados por estafa, hurto calificado, extorsión y secuestro, violencia intrafamiliar y sexual y otras conductas graves.

Para tranquilidad de los colombianos, las autoridades afirman que no va a haber excarcelación de asesinos, violadores o personas que hayan depredado el erario público.

En el Código que rigió hasta el martes, la excarcelación estaba restringida a delitos con penas de hasta 4 años. Una medida que busca, en el fondo, disminuir el hacinamiento de los penales, con una cifra superior hoy de más de 120 mil personas privadas de su libertad.

Ahora bien, en cuanto al enorme contenido de las reglas bajo las cuales se moverán las cárceles del país, y la tarea del Estado para intentar resocializar a quienes han defraudado la confianza de la comunidad, se establece por primera vez que los internos podrán trabajar en las obras de los ingenieros militares para rebajar condena, beneficio que solo aplicará para los condenados de mínima seguridad, previa coordinación del Inpec con el Ministerio de Defensa. Igualmente habrá beneficios tributarios a las empresas o personas naturales que se vinculen a los programas de trabajo y educación en las cárceles. Y los presos podrán cotizar a pensión.

Es relevante señalar que el nuevo Código agiliza el trámite para resolver las peticiones de libertad por pena cumplida, que es uno de los grandes trancones del sistema carcelario. Y se le impone a la Policía la obligación de coordinar con el Inpec la tarea de verificar la detención domiciliaria, que en muchos casos no pasa de ser una fachada de prisión.

Un Código más. En poco tiempo seguramente lo reformarán de acuerdo con la respectiva coyuntura.

El nuevo Código Penitenciario sin duda, flexibilizará los parámetros para permanecer privado de la libertad y con seguridad reducirá el alto hacinamiento carcelario. Será un punto de partida pero no la reforma integral que se requería para conjurar la grave crisis carcelaria.

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