Relato sexista: incidencia de la mujer asiática en la esfera política
Enviado por Tatiana Vasquez • 2 de Mayo de 2019 • Ensayo • 1.971 Palabras (8 Páginas) • 114 Visitas
Relato sexista: incidencia de la mujer asiática en la esfera política.
Por: Tatiana Vásquez
Universidad Central.
Las tradiciones patriarcales que conservamos impiden la equidad entre hombres y mujeres. Existen frases y actitudes que condicionan a la mujer a conservar un rol blando, es decir, se gestionan una serie de conductas que la supeditan a la hegemonía del hombre. En Asia, por ejemplo, el protagonismo político sigue siendo ejercido en su mayoría por hombres y en muchos casos, las costumbres culturales suponen una barrera que bloquea esta lucha.
Como punto de partida, es de vital importancia revisar el contexto histórico y cómo éste ayuda a entender y reconocer que los relatos inciden en el tratamiento que se da desde la política. Acto seguido, se argumentará con cifras las desigualdades que existen en los países donde el hecho de ser mujer impide su participación en los altos cargos de la esfera política, o por el contrario, aquellos países en los que los mandatos ejecutivos, legislativos y el gabinete están bajo la dirección de mujeres.
Acontecimientos
Según la ONU “en la región de Asia y el Pacífico se encuentran algunas de las economías más poderosas del mundo, pero también dos tercios de los habitantes más pobres del planeta” por ello, éste continente se enfrenta a desafíos derivados de estas causas socioeconómicas, como lo es la desigualdad de género; y, aunque se asumen compromisos legislativos para otorgar mayor participación de las mujeres en los escenarios políticos, estos no tienen suficiente firmeza para aplicar las leyes con vigor. Razón por la cual, es una tarea que recibe apoyo internacional de organizaciones como “ONU Mujeres” para respaldar estas luchas en la historia.
Es relevante resaltar que de 15 mujeres jefas de gobierno, 13 llegaron al poder apoyadas por partidos ubicados a la izquierda (según Norris, tienden a ser más partidarios de la paridad entre géneros y a la introducción de cuotas voluntarias), las dos que llegaron por partidos de derecha fueron Khaleda Zia en Bangladés y Park Geun-hye en Corea del Sur. También se destaca que los 4 países asiáticos con mayor trayectoria de mujeres en el Ejecutivo pertenecen a un país con un nivel de desarrollo medio y “aquellas 15 presidentas y primeras ministras que ha habido en Asia en los últimos 50 años, 11 eran hijas, esposas o hermanas de anteriores primeros ministros o presidentes varones” (Inguanzo 2016).
Ahora bien, Filipinas ha demostrado que si la mujer llega a escenarios políticos relevantes, su visibilización será contundente, legitimando en el marco constitucional procesos que representen políticas para las mujeres, impulsando una agenda de género que destaque el rol de la mujer construyendo conciencia de la importancia que tiene empoderarse de la participación política.
La historia de este país se encuentra en 1975, año internacional de la mujer con la llamada Comisión Nacional sobre el Rol de la Mujer Filipina y, en la creación de La Carta Magna de la mujer que velaría exclusivamente por mejorar la igualdad de género y disminuir las brechas entre mujeres y hombres. Dos grandes representantes de su política fueron Corazón Aquino y Gloria Macapagal Arroyo.
Haciendo un barrido de mujeres que han liderado en el espectro político, está Indira Gandhi, ejemplo notorio del arraigo de la mujer en las dinastías políticas en la India; fue apartada de la carrera electoral de la mayor democracia del mundo mediante el asesinato político. En Bangladés tres cuartas partes del censo votó por Hasina Wajed, hija del prócer de la independencia, jeque Mujibur Rajman. En el Estado de Sri Lanka, de religión mayoritariamente budista, aquí dos mujeres, madre e hija gobiernan -con aceptación sociológica generalizada- Chandrika Bandaranaike Kumaratunga es la presidenta de la República y su madre, Sirimavo Bandaranaike, es la primera ministra (se convirtió en 1960 en la primera jefa de Gobierno del mundo, antes de que llegara a serlo en la vieja Europa la noruega Gro Harlem Brundtland). Sobresalen tambien Megawati Sukarnoputri en Indonesia, Myeong-Soon Han en Corea del Sur, Otunbayeva en Kirguistán, Sirimivo Bandaranaike en Ceylán en 1960, etc.
Mirada a partir del relato
Analizando diferentes textos, se observa que existen diferencias importantes en la aplicabilidad y el ejercicio de la política en las regiones asiáticas. Se evidencia que hay un elevado número de Jefas de Gobierno en comparación con los bajos porcentajes de mujeres legisladoras. Varios autores sostienen que dicha presencia dependerá de una relación de oferta y demanda de mujeres en política (Paxton y Kunovich, 2003). Sabiendo que los líderes políticos provienen desproporcionadamente de las élites económicas y sociales (Manin,1998) y de ciertas carreras profesionales (Norris e Inglehart, 2008), factores estructurales tales como una amplia desigualdad económica o educativa entre hombres y mujeres en una sociedad puede estar detrás de una baja tasa de presencia de mujeres en la esfera política de ese país.
En el gabinete hay carteras más feminizadas como Política Social, Familia, Vivienda, etc; que de alguna manera se siguen asociando a determinados conceptos o funciones a las mujeres y otras carteras detentadas habitualmente por hombres, como Defensa, Interior, Economía, etc, en las que las mujeres no han tenido presencia. Según Paxton, la accesibilidad a otros cargos sería consecuente según el momento histórico, la forma de gobierno, el sistema electoral, el régimen político, y la ideología de los partidos políticos.
En una línea argumental del relato, se concibe la religión y la actitud cultural como partes para la construcción de éste, se le ha asignado obligaciones a la mujer que debe asumir en la sociedad y de acuerdo a eso podrá participar activa o pasivamente en la política. Algunos estudios han apuntado a que determinadas concepciones de la mujer, como dóciles, pacíficas, y tendentes al consenso pueden facilitar el acceso de las mujeres a la jefatura de gobierno, especialmente en tiempos de crisis política, transición a la democracia o en el periodo inmediatamente posterior a un conflicto armado.
Según las cualidades ya mencionadas, la mujer que accede a algún cargo político se establecerá en un ámbito blando (como los nombrados en las carteras de los gabinetes), puesto que, se cree no tiene determinación o la habilidad suficiente para implementar sus órdenes, y llevar a cabo el trabajo. Lo anterior lo podríamos recoger en la frase típica: “El sexo débil”. Este constructo también lo podemos identificar en un ejemplo que da Swers (2001), respecto a que las mujeres en materia penal tienden a legislar más a favor de medidas de reinserción mientras que los hombres tienden a legislar más a favor de medidas punitivas; me atrevería a decir que las mujeres por tener las cualidades del “sexo débil”, estando en el poder gobiernan con un método diferente. Otro ejemplo, surge en Bangladesh, país que celebró una de las elecciones generales más pacíficas de su corta historia, habitualmente caracterizada de acontecimientos bélicos cuando estaba al mando de los hombres.
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