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Renovación como tesis para el cambio de la sociedad


Enviado por   •  6 de Diciembre de 2015  •  Ensayo  •  2.554 Palabras (11 Páginas)  •  101 Visitas

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Gonzalo Criollo, Henry Rodríguez, Nicolás Patiño

3ro BGU “D”

Renovación como tesis para el cambio de la sociedad (ensayo)

Si la personalidad humana no adquiere toda su fuerza, toda su potencia, entre las cuales lo lúdico y lo erótico son pulsiones fundamentales, ninguna revolución va a cumplir su camino”. Julio Cortázar

Vivimos en un mundo lleno de hipérboles. Sí… Todo se exagera y a la vez se ve tan natural. La fantasía se ha perdido poco a poco en mucho a mucho, pero nos preocupamos menos cada día más. Parece que tenemos más máquinas que humanos. ¿Por qué pasa esto? Porque precisamente formamos más máquinas que humanos, aunque suene repetitivo. ¿Cuándo fue que beber una taza de café mientras realizamos 500 ejercicios de matemáticas a las 04h13 de la madrugada se volvió tan normal y más importante que saber qué pasa en el país, qué pasa en el mundo; se hizo parte de la rutina? ¿Esa es la educación que buscamos? ¿Memorística, limitante y repetitiva? ¿Nos educan para ser felices o para ser útiles a un sistema que poco a poco se cae? Es tiempo de renovar. Nuestro modelo educativo posee un gravísimo error; error que docentes y estudiantes alimentamos de lunes a viernes; error que cuesta que millares de personas, millares de familias, millares de vidas –“nada más”– se vean afectadas ante el problema de sentirse desubicadas en un mundo en el que nos hablan de los intereses que deberíamos tener, no que tenemos; pensamos en el «¿qué dirán acerca de mí?», pero olvidamos el «¿qué digo yo acerca de mí?»; nos inmiscuimos en el amor, sin salir más allá de un diccionario; investigamos qué es la pasión, pero se olvida en cuadernos universitarios de 100 hojas tirados a la basura, porque nos enseñaron que para eso sirven los cuadernos, ¿verdad?

¿Cuál es ese error? ¿Cuáles son sus consecuencias? ¿Cuál es su solución? ¿Cómo debería ser el mejor sistema educativo del mundo y cuál es su papel en la transformación de la sociedad? Este documento se ha realizado con el afán de responder estas dudas, analizar las falencias de nuestro modelo educativo y, en base a esto, crear sus posibles soluciones, con un contexto más latinoamericano y desde el punto de vista de “inexpertos expertos”: nosotros, hijas e hijos de las brujas que no pudieron quemar, las y los estudiantes.

Parte I. De los pilares de cuadernos en una caja a la construcción de pilares de conocimiento

En la última década, dentro de Latinoamérica no ha sido raro escuchar de manifestaciones estudiantiles; muchas de estas –como las realizadas en Paraguay con la MNCPP, un verdadero éxito del movimiento secundario en este 2015– mantuvieron demandas totalmente fundamentadas en la búsqueda de una educación progresista y nos conllevan a pensar si el modelo educativo, semejante en la mayoría de países de Latinoamérica, brinda comodidad, bienestar y conformidad a las y los estudiantes de la región. Variadas opiniones nos dicen que esto se debe a que el modelo educativo aplicado aquí no está reflejando las verdaderas capacidades de los alumnos. Incluso decimos que solo es un sistema basado en nuestra memoria y, además, que  nos enseña para el mañana, olvidando el hoy; y este es un punto clave. ¿Qué tan cierto es que este sistema solo mide nuestra memoria, promoviendo una planificación del mañana sin una construcción del presente? Tomemos como antecedente que la facultad de la memoria humana, según Endel Tulving, ganador del Premio Internacional Pasteur-Weizmann/Servier 2009, está dividida en Memoria Episódica y Memoria Semántica. La primera, también conocida como Memoria Autobiográfica: almacena recuerdos de eventos experimentados en un momento y lugar en específico; recuerdos personales –como un primer beso–, mas no hechos históricos; la memoria episódica es como una especie de diario que nos permite retroceder en el tiempo. La segunda, la Memoria Semántica, es como una especie de diccionario o enciclopedia, llena conceptos, como la fecha de un evento histórico, el significado de una palabra, etc.; ahí almacenamos lo que aprendemos en el colegio. (Tulving E., 1972. Episodic and semantic memory). Entonces, determinando que en nuestro modelo educativo el mejor camino para aprender las matemáticas es memorizar y repetir muchos ejercicios mientras nos encerramos en nuestra habitación (supuestamente para trabajar mejor), el mejor método para aprender química es memorizar al revés y al derecho la tabla periódica sin siquiera comprender cómo y para qué fue estructurada y la mejor estrategia para aprender historia es memorizando muchas fechas y muchos autores sin saber de los contextos sociales, políticos y económicos en los que se desarrollaron (incluso sin saber en cuál nos desarrollamos), comprendemos que nuestro modelo educativo sí está basado en la memoria, sobretodo, semántica y, a la vez, en conocimientos fugaces no aplicados. ¿Qué quiere decir esto? Que nuestra memoria semántica será la que determine nuestras capacidades y todos estos conocimientos, si se da la oportunidad, algún día los aplicaremos, pero por ahora no; cuento de todos los años... La mayoría de nuestra vida académica lo hicimos así, porque nos dijeron que es la única y la mejor vía. ¡No! ¡No es la mejor ni la única vía! Al abuzar del segundo tipo de memoria, perdemos mucho de la capacidad y personalidad humana y a la vez solo dejamos los conocimientos en cuadernos y libros, enviando estas letras al olvido. Nos han enseñado a memorizar para una prueba, nada más; es decir, solo recordamos, no aprendemos. Llevándonos poco a poco a la sociedad menos humana de la que hablamos al principio. Hay que empezar con un cambio y una verdadera revolución educativa impulsada al buen vivir. Debemos  aplicar un modelo educativo que no trabaje solo con la memoria semántica, sino con todo tipo de capacidad más allá de la memorística, desarrollándose en la aplicación de conocimientos al diario vivir. Así lograríamos aprender y no solo recordar, de vivencias y experiencias, para que todo conocimiento sea útil para el hoy y así sembrar todavía más para el mañana. Que todo conocimiento sea visto, por ejemplo, como el acto de atarse los cordones: parece algo tan cotidiano y normal, pero lo vemos así porque precisamos aplicarlo todo el tiempo; ¿por qué no hacer eso con todo tipo de conocimiento? Que sea cotidiano y normal; sin sufrimiento; conocimiento humano. Aprender matemática y biología aplicándolo en un huerto o aprender historia y ciencias sociales al momento de hacer un debate dentro del aula con un determinado tema. Pequeños grandes cambios que harán un gran bien a nuestro futuro. Las falencias del modelo educativo son pequeñas, sin embargo afectan mucho dentro de la sociedad y ya estamos experimentando las consecuencias que esto conlleva. ¿Qué esperamos para ser parte del cambio? Estudiantes y docentes, la ruta es larga, pero ya es hora de unirnos para luchar por el cambio en nuestro sistema educativo impulsado al bienestar humano. ¡Llamado a la construcción!

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