Respeto hacia nuestros viejos
Enviado por ASHY • 23 de Octubre de 2015 • Informe • 492 Palabras (2 Páginas) • 98 Visitas
Respeto, atención y cariño son los tres principios básicos en la relación con nuestros mayores. Respeto a su momento psicofísico, a su ritmo propio, a sus valores y concepciones, a sus comportamientos, a sus deseos y querencias, a su propia organización de la vida. La atención al anciano será siempre desde una escucha abierta, positiva y sin juicios de valor ni prejuicios. Esta atención lleva la dedicación de un cierto tiempo para escuchar cómo está esa persona mayor, que le gusta, que quiere, cómo percibe sus recuerdos y experiencias. La escucha de la que hablamos es humana y está teñida de aprecio, consideración, cercanía y acompañamiento. El cariño debemos dárselo a mayores porciones, porque en esta edad se valora más que nunca el afecto, la sensibilidad que dejamos escapar a menudo por la servidumbre que mostramos ante la seriedad, el trabajo, el sagrado concepto del deber, los prejuicios, la timidez y la vergüenza. No me refiero a ese cariño ”ñoño” sino, a ese cariño que se trasmite a través de ese interés por lo que les ocurre a nuestros viejos, por el respeto, la escucha, ese tiempo de dedicación… y que se traduce en nuestros gestos, nuestra mirada, nuestro tono cálido a la hora de dirigirnos a ellos. Y también, por qué no, el cariño manifestado mediante la caricia: esa mano que se posa, que presiona, que agarra, ese abrazo que funde la distancia y ese beso que hace sentir que no se está solo y que se es querido y valorado.
Basado en el modelo ecológico tendría como ejemplo el concepto del microsistema ya que, personalmente estoy viviendo este enlace con mi abuela materna. Desde que murió su hermana por la enfermedad de cáncer hace tres años, mi abuela ha decaído bastante. Se le olvida comer, no sale de su casa, siempre está encerrada en ella, se le olvidan las cosas entre otros. Siempre que salgo de trabajar voy a su casa para hablar con ella, brindarle mi cariño, y para que me cocine porque mira que no hay cosa más rica que la comida de tus viejos y sentarte con ellos a tomarte una deliciosa taza de café con galletitas. Hay veces que solo me siento a observarla y veo su mirada tan perdida que no sé cómo reaccionar, como o que hacer para no esté así. Es triste ver a esa persona que te crió, que es como tu segunda madre en esas circunstancias. Es desilusionante que existan personas que no le dediquen el tiempo a sus viejos, a sus mayores, pero si a cosas insignificantes como el salir a fiestas. Ellos, quienes dan o dieron todo por vernos felices merecen los mejor del mundo y existen veces las cuales nosotros somos unos engreídos y no somos agradecidos por todo lo que han hecho por nosotros. Ahora no se dan cuenta pero ya será tarde el día que falten y no estén con nosotros.
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