Resumen El Futuro De Las Prisiones
Enviado por • 21 de Agosto de 2014 • 388 Palabras (2 Páginas) • 2.152 Visitas
En El futuro de las prisiones, libro de Norval Morris, el autor hace un recuento histórico de la reclusión punitiva. Señala que ésta formó parte de la explotación de mano de obra en la antigua Roma, en Egipto, China, India, Asiria y Babilonia y estaba firmemente establecida en Europa hacia el Renacimiento. Como sanción penal, agrega el autor, la prisión también se aplicó ampliamente, pero sólo a la gran masa de delincuentes menores como vagos, ebrios, enfermos mentales, individuos molestos y mendigos pertinaces.
A los verdaderos criminales se les aplicaba el exilio, la proscripción, la deportación y una variedad de castigos corporales degradantes y dolorosos como el azote, el corte de la oreja o la nariz, la marcación con hierro caliente y, en casos extremos, la pena de muerte. Paradójicamente, las cárceles para los criminales surgieron como una reacción contra el carácter bárbaro y los excesos de las penas anteriores.
El invento de las prisiones tal como las conocemos es estadounidense, más precisamente de los cuáqueros de Pennsylvania de la última década del siglo XVIII. Con su penitenciaria, los cuáqueros pretendían que los delincuentes se arrepintieran y aprovecharan los efectos edificantes de los preceptos de las Escrituras y la lectura solitaria de la Biblia. “Las prisiones crecieron y florecieron por toda Norteamérica, y después por todo el mundo; son un difundido producto norteamericano de exportación. Los cuáqueros norteamericanos tienen el mérito o la culpa de haber inventado la prisión.”
Destaca Morris que, sin embargo, hoy existe un consenso entre los estudiosos de la materia, comentaristas y los presidiarios en el sentido de que es urgente un cambio radical que conduzca a un nuevo modelo de pena de prisión. La pena, señalan, se ha usado demasiado, ha discriminado, entre razas y entre las clases, se han impuestos condenas demasiado largas, y demasiadas de ellas han sido cumplidas en condiciones degradantes y embrutecedoras. “Existe un tendencia generalizada por el batimiento gradual, si no por la abolición, de la pena de prisión”.
¿Pero de qué manera encaminarse hacia ese destino?, cuestiona Morris. Por tres vías: “Primero, deben reducirse los ‘excesos’ de las leyes penales. Segundo, quienes de otro modo se enviarían a la cárcel, deben ser sometidos a otros mecanismos de control social. Y en tercer lugar, debe depositarse mayor confianza en los correctivos de base comunitaria”.
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