SER HUMANO RACIONAL, LIBRE Y SOCIAL
Enviado por Mafe Amor • 19 de Septiembre de 2015 • Ensayo • 1.298 Palabras (6 Páginas) • 632 Visitas
SER HUMANO: RACIONAL, LIBRE Y SOCIAL
Para comenzar, a propósito de la temática a desarrollar, es idóneo definir al ser humano y ubicarlo en el entorno en el que se desarrolla, ya que si bien, pretendo destacar aspectos fundamentales del mismo no podría hacerlo sin antes establecer aquello que circunstancia las características que lo hace diferente de los demás animales. Sabemos que nos encontramos en un amplio universo, con variedad de seres, encontramos plantas e incluso microorganismos que quizás muchos no han sido descubiertos, con diferentes características, formas de vivir y de desarrollarse en el medio, lo cual nos lleva a encontrar propiedades en el hombre que nos hace localizarlo en el reino animal. Sin embargo, el ser humano no es uno como los demás, posee algo que lo diferencia y lo hace “único” entre las otras especies, de ahí que con respecto al estudio de la pregunta ¿qué es el hombre? el filósofo griego Aristóteles defina: “el hombre es un animal racional[1]”, determinando el concepto de racionalismo como: Doctrina filosófica cuya base es la omnipotencia e independencia de la razón humana[2].
Al hablar de la racionalidad, nuestra mente nos dirige hacia la inteligencia, puesto que es un concepto tratado quizás con anticipación en las ramas de la filosofía, y por qué no, la ciencia. Siendo así resulta más sencillo explicar ¿por qué la racionalidad hace del hombre un ser diferente? y ¿cómo utiliza el hombre esta racionalidad dentro de su entorno y modo de vivir? A estas preguntas es fácil responder que la racionalidad hace del ser humano un animal diferente porque plasma en él la capacidad de pensar, conocer y ser consciente de su comportamiento, características que evidentemente no se encuentra en los demás animales; puesto que estos últimos se comportan de acuerdo a su instinto y a la naturaleza.
De igual forma, al establecer las características que otorga la racionalidad al hombre, (siendo esta también una), nos encontramos con que le permite al ser humano tener una responsabilidad respecto a las acciones que lleva a cabo, puesto que conocería de cierta forma, cuáles son sus consecuencias, por tal razón afirmamos que se encuentra en la facultad de obrar de acuerdo a su criterio y no siguiendo el instinto de la naturaleza y/o comportamiento de los demás seres, afirmamos, entonces, que se encuentra en la facultad de ser libre.
De esta manera, es idóneo afirmar que la racionalidad condiciona un nuevo factor que diferencia al ser humano de los demás animales, a lo cual se le ha llamado desde tiempos inmemorables “libertad”, estructura importante en el desarrollo de la personalidad de cada individuo, puesto que le permite al hombre proyectarse y centrar sus acciones según sus gustos, en decisión propia de seguir o no seguir las normas de conducta que intenten limitar de alguna manera esa libertad que por su simple condición humana, le otorga la racionalidad. Respecto a lo anterior, el jurista Aníbal Torres Vásquez, aporta que el ser humano por ser libre puede realizar actos voluntarios y asumir las consecuencias de estos, sean positivas o negativas[3], citando en su libro INTRODUCCIÓN AL DERECHO a su vez, al jurisconsulto Karl Jaspers, quien afirma que es la libertad la que le permite al hombre “llegar a ser aquello que puede y quiere ser” [4]
No obstante hoy por hoy, muchos de nosotros, (seres humanos racionales y libres) ponemos en duda esa segunda estructura que creemos, diferencia al hombre de los demás. Muchos se hacen la pregunta ¿en realidad es libre el ser humano?, y si la respuesta es afirmativa, surgen otras dudas ¿qué hace que no sea tan evidente esa aparente libertad del ser humano ante la sociedad? El jurista, filósofo y politólogo italiano Norberto Bobbio, en su capítulo primero, tras haberse hecho la misma pregunta, diserta que el hombre se encuentra encerrado en una estrechísima red de reglas de conducta, que desde el nacimiento hasta la muerte dirigen sus acciones en una u otra dirección[5], concluyendo que sometemos nuestra libertad a aquellas reglas para poder encajar en una sociedad.
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