SUJETOS DEL SEXO
Enviado por Salvador Navarrete Cerda' • 28 de Mayo de 2019 • Biografía • 1.420 Palabras (6 Páginas) • 113 Visitas
[pic 1][pic 2][pic 3][pic 4]
El género en disputa, es considerado como el análisis más complejo de la distinción entre género y sexo (Elam245). Los planteamientos de Butler en el capítulo de este libro que reseño aquí, parten de la necesidad del desarrollo de un lenguaje que represente de manera adecuada a las mujeres, en el camino hacia su visibilidad política, como una de las prioridades de la teoría feminista. En ese ámbito existiría poco consenso sobre la categoría “mujeres”. Butler sigue a Foucault en relación con que los mismos sistemas jurídicos de poder que dicen representar a los sujetos, se encargan antes de “producir” a esos mismos sujetos.
"Esta ruptura radical del sujeto genérico plantea todavía otro grupo de problemas ¿Podemos referirnos a un sexo "dado" o a un género "dado" sin antes inquirir acerca de cómo sexo y/o género se da mediante qué medios? Y en cualquier caso ¿qué es el sexo? ¿Es natural, anatómico, cromo somático, hormonal, y cómo va a una crítica feminista a evaluar discursos científicos que pretenden establecer tales "hechos" por nosotras? ¿Tiene el sexo una historia? ¿Tiene cada uno de los sexos una historia o historias distintas? ¿Hay una historia de cómo se estableció la dualidad del sexo, una genealogía que pudiera exponer las opciones binarias como un constructo cambiante? (...) Si el carácter inmutable del sexo es criticado, quizá este constructo llamado "sexo" sea cultural en la misma medida en que lo es el género, de hecho, quizá siempre fue género, con la consecuencia de que la distinción sexo y género resulta no ser una distinción en absoluto" (Butler, 1997
Si este análisis es correcto, entonces la formación jurídica del lenguaje y de la política que representa a las mujeres como el sujeto del feminismo es, de suyo, una formación discursiva y el efecto de una versión determinada de la política de representación. De esta manera, el sujeto feminista resulta estar discursivamente constituido por el mismo sistema político que, se supone, facilitará su emancipación.
El problema con el que Butler se encuentra en su contexto es la exclusividad del feminismo, frente a la impugnación de mujeres con experiencias heterogéneas. No es esta autora, sino las protestas desde dentro del propio movimiento feminista las que ya habían convertido a la idea de las «mujeres» en un problema, en un término problemático, un lugar de refutación, un motivo de angustia». Por eso, la cuestión con la que comienza su texto es la de la identidad de las mujeres, el sujeto del feminismo.
Lo políticamente problemático de esta cuestión está en que la construcción política del sujeto se produce por medio de unos objetivos de legitimación y exclusión que luego son naturalizados a través de un análisis político que deviene fundamento de las estructuras jurídicas. Es decir, que no bastaría con investigar sobre las posibilidades de representación de las mujeres en el lenguaje y la política, sino que la crítica feminista debería preguntarse sobre cómo las mismas estructuras de poder a través de las cuales estas buscan la emancipación producen la categoría “las mujeres” como sujeto del feminismo.
Por otro lado, la categoría “mujeres”, pensada desde una atribución de género, deja de lado que éste se produce de formas distintas en contextos históricos distintos, además de que se intercepta con variables raciales, de clase, étnicas, sexuales y regionales; lo que hace imposible pensar el “género” fuera de las intersecciones políticas y culturales en que se produce y reproduce. Para Butler es vital comprender que al ser imposible tener una posición fuera de las estructuras jurídicas del lenguaje y la política, una postura crítica dentro del campo de poder actual debe partir de la crítica de las categorías de identidad que son creadas y naturalizadas por las estructuras jurídicas contemporáneas (37). Es allí donde ve emerger el mandato, desde una perspectiva feminista, de construir un sujeto del feminismo del que la categoría “las mujeres” no resultaría el representante más adecuado, al quedar atrapado en la “matriz heterosexual”, entendida como. Una “rejilla de inteligibilidad cultural a través de la cual se naturalizan cuerpos, géneros y deseos”
.La disyuntiva estaría sin embargo en el sinsentido de pretender ampliar la representación a sujetos que han sido construidos desde la exclusión de aquellos que no cumplen con la normatividad requerida para ser sujetos..
¿Hasta qué punto las prácticas reguladoras de la formación y división del género, constituyen la identidad, la coherencia interna del sujeto, es más, el status de identidad de uno mismo de la persona? ¿Hasta qué punto es "la identidad" un ideal normativo más que un rasgo descriptivo de la experiencia? ¿Y cómo se gobiernan las prácticas reguladoras, que también gobiernan el género, las nociones culturalmente inteligibles de identidad?
...