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¿Saber el nombre de algo, es realmente saber algo?


Enviado por   •  21 de Noviembre de 2017  •  Ensayo  •  1.358 Palabras (6 Páginas)  •  240 Visitas

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UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS
LICENCIATURA EN FÍSICA

¿Saber el nombre de algo, es realmente saber algo?

Por:
Alejandra Sutaneme Lizarazo
20132135024

“Nos encontramos en los comienzos mismos de la era de la raza humana. No es ilógico que tengamos o que tropecemos con problemas, pero hay decenas de miles de años en el futuro. Es responsabilidad nuestra hacer lo que podamos, aprender lo que podamos, mejorar las soluciones y transmitirlas a nuestros sucesores. Es responsabilidad nuestra dejar las manos libres a las generaciones futuras.” (Richard P. Feynman)

Pocos han sido capaces de hacer las cosas que el gran físico estadounidense Richard Phillips Feynman realizó a lo largo de su vida. Recibió de su padre la mayor influencia, de este aprendió dos importantes lecciones las cuales serían el pilar de su trabajo, la primera de ellas fue que se debía preguntar por la razón de todo lo que ocurría a su alrededor para intentar encontrar por sí mismo una explicación y a su vez despertar en él una curiosidad inquisitiva por el mundo que le rodeaba y la segunda fue diferenciar entre el conocimiento y la erudición, esto es, entre “saber el nombre de algo” y “saber algo”.  

Para Feynman, se debe pensar, analizar y resolver los problemas que plantea la naturaleza. Por esta razón la manera de hacer física de este personaje es básicamente intuitiva, su pensamiento no avanzaba de manera lógica de un paso al siguiente, sino que una vez planteado el problema intentaba relacionarlo con todo lo que él sabía para encontrar un punto de apoyo que le permitiese encontrar la solución; por eso los trabajos de Feynman sorprenden siempre por esa combinación de simplicidad y genial originalidad. Esta es la razón por la cual dice que, interesarse por un tema significaba convertirse en un auténtico experto, ya que la persona busca cualquier forma de empaparse del tema, de llenar todos los vacíos que se tenga al respecto y al hacer esto se complementan los conocimientos con diversos campos y con los conocimientos que se tienen previamente.

Para Feynman ponerle el nombre a algo no significaba entenderlo y este era y es aún uno de los grandes problemas que tiene la educación ya que nos esforzamos por memorizar un montón de información, pero muchas veces no sabemos ni qué es ni qué significa, ni cómo se usa, decía Feynman “No sé qué le pasa a la gente: no aprenden comprendiendo; aprenden de alguna otra forma, por la rutina, o de algún otro modo. ¡Qué frágil es su conocimiento!” (Feynman, 1984, p.27).

Durante gran parte de su vida, Feynman criticó duramente el sistema educativo estadounidense, llegando a concluir en más de alguna ocasión que carecía totalmente de sentido. Se percató de que la gran mayoría de escuelas y universidades únicamente mostraban a sus alumnos la manera de aprobar los exámenes. Yendo más allá llegó a afirmar que la educación muchas veces frenaba grandes facultades de los alumnos, tales como la creatividad o el pensamiento crítico. Pero pronto se dio cuenta que esto no solo pasaba en Estados Unidos, durante un periodo de 10 meses tuvo la oportunidad de trabajar en la Universidad de Río, en una clase averiguo que sus estudiantes se habían aprendido bastantes cosas de memoria, pero que el significado no lo sabían y que si preguntaba algo que no se hubieran aprendido de memoria no podrían contestar. Además de esto, en una conferencia que realizó al terminar el periodo académico dejó en claro que el sistema está mal y que la ciencia no se enseña de manera adecuada, este fragmento de su charla muestra claramente su descontento,

¿Qué razones serias hay para enseñar ciencia?... Si es preciso enseñar ciencias, tendrá que serlo por alguna buena razón, por una razón sensata, y no solamente porque otros países lo hagan... ¡El principal propósito de mi charla es poner de manifiesto que en Brasil no se está enseñando ciencia!... Lo que se descubre es que los estudiantes aprenden a base de aprender a pronunciar las letras, después, las palabras, y después, frases y párrafos. Son capaces de recitar, palabra por palabra, sin darse cuenta de que esas palabras en realidad significan algo… He descubierto algo más, si abrimos el libro al azar, y leemos las frases de esa página, podré hacerles ver lo que pasa, a saber, que no es ciencia, sino memorismo, en todos los casos... metí el dedo, abrí el libro y comencé a leer: «Triboluminiscencia. Triboluminiscencia es la luz que emiten los cristales al ser comprimidos o triturados…». Dije: «¿Tenemos ciencia aquí? ¡No! Lo único que tenemos es la explicación del significado de una palabra por medio de otras palabras. Nada se ha dicho acerca de la naturaleza, ni cuáles son los cristales que producen luz al comprimirlos, ni por qué producen luz. ¿Han visto ustedes a algún estudiante ir a casa y comprobarlo? No puede». «En cambio, si se hubiera escrito: Si tomamos un terrón de azúcar y lo trituramos con unos alicates en la oscuridad, se puede ver un destello azulado. Algunos otros cristales manifiestan el mismo efecto. Nadie sabe por qué. Este fenómeno se denomina “triboluminiscencia”. Seguramente alguien intente comprobarlo en cuanto vuelva a casa. Entonces aprenderá algo sobre la naturaleza por experiencia» … Finalmente dije que no alcanzaba a ver cómo podía ser nadie educado en este sistema auto propagante, en el cual la gente aprueba exámenes y enseña a otros a aprobar exámenes, pero en el que nadie sabe nada. (Feynman, 1984, p. 214-217).

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