Sadomasuquismo En Argentina
Enviado por • 3 de Septiembre de 2014 • 393 Palabras (2 Páginas) • 245 Visitas
Buscar el placer en conductas aberrantes y transgresivas como el dolor físico, la humillación, latigazos y fustazos, parecen ser un placer natural que el mismo hombre lo intenta percibir como comportamientos normales o el escape de un pasado culposoBuscar el placer en conductas aberrantes y transgresivas como el dolor físico, la humillación, latigazos y fustazos, parecen ser un placer natural que el mismo hombre lo intenta percibir como comportamientos normales o el escape de un pasado culposo del que les cuesta zafar intentándolo calmar con el deleite al dolor propio.
En un reportaje publicado por la revista “Rolling Stone” en 1999, sobre el sadomasoquismo que se vivía en argentina, titulado “Esclavos del deseo” se refleja el gozo morboso por parte de mujeres que con cepos, látigos, pezoneras y muchos otros instrumentos de tortura, satisfacen los deseos de sus clientes calificándolo como una terapia alternativa a una situación liberadora sin necesidad de algún acto sexual.
Dentro de esta jaula de incertidumbre, supongo que las personas que van en busca de este tipo de placer, no son esclavos del deseo, sino esclavos de sí mismo, esclavos de su culpabilidad por actos cometidos en lo largo de su vida, una sombra que llevan cargando como si fuera una cruz y que al momento de llegar al cuarto de las “amas” reciben la penitencia de sus pecados, de sus ruegos de lo que tanto anhelaban el dolor.
del que les cuesta zafar intentándolo calmar con el deleite al dolor propio.
En un reportaje publicado por la revista “Rolling Stone” en 1999, sobre el sadomasoquismo que se vivía en argentina, titulado “Esclavos del deseo” se refleja el gozo morboso por parte de mujeres que con cepos, látigos, pezoneras y muchos otros instrumentos de tortura, satisfacen los deseos de sus clientes calificándolo como una terapia alternativa a una situación liberadora sin necesidad de algún acto sexual.
Dentro de esta jaula de incertidumbre, supongo que las personas que van en busca de este tipo de placer, no son esclavos del deseo, sino esclavos de sí mismo, esclavos de su culpabilidad por actos cometidos en lo largo de su vida, una sombra que llevan cargando como si fuera una cruz y que al momento de llegar al cuarto de las “amas” reciben la penitencia de sus pecados, de sus ruegos de lo que tanto anhelaban el dolor.
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