Se Retoman Los Juegos Tradicionales De Loja
Enviado por DANIELGONZALEZ10 • 14 de Noviembre de 2012 • 584 Palabras (3 Páginas) • 652 Visitas
Me viene un sentimiento de nostalgia, cuando me toca recordar pasajes de mi niñez. Entre ellas están los juegos tradicionales, antes de que aparezca la monería de los videojuegos, a los cuales como buen alcanfor, también dejé atrás.
Y es que la niñez transcurre, en medio de juegos a veces raros y hasta peligrosos. Quien en su vida no puede decir que tuvo tropiezos por querer imitar a algún ídolo en los juegos. A mi memoria vienen por ejemplo algunos:
Coches de madera: para ello es necesario un par de tablas, un volante que puede ser de hierro y también un pedazo de caucho, para hacer de freno. Lo mejor es poderlo disfrutar en una pendiente, o empujado por algún amigo, que lo hacía, con la finalidad que le presten el famoso “cochecito” Claro que no todos corríamos con buena suerte, pues más de una vez perdíamos el equilibrio y entonces venían los moretones. Pero igual y a pesar de las caídas terminábamos por reír y hasta irnos de golpes por jugar con el bendito carro de madera.
Trompos: que gusto poder jugar con trompos de madera, los cuales elaborados de fina madera de capulí, se lo podía hacer bailar de diferentes maneras, algunas claro exóticas. También se armaban cruentas guerras por que cuando te ponías a jugar a las “quiñadas” terminabas por hacer pedazos los trompos ajenos. Y entonces era el acabose. Pero lo importante era hacerlo bailar en la mano, hacerlo girar, hacerlo bailar en el cuello de un amigo, entre otras destrezas que eran conseguidas con un importante esfuerzo.
Canicas: ¿Quién en su vida no se robo la bola de acero de un molino? Estas bellas prendas eran solicitadas y muy cotizadas, pues se trataba de una herramienta capaz de destrozar las bolitas de cristal, y más aún los “huevillos” que no era otra cosa que una bola blanca y altamente tasada. Luego estaban las bolas doradas, las cuales tenían su peso de precio muy elevado. Finalmente quien podía darse el lujo, tenía una bola gigante, que más que jugarla, era más bien un adorno, que te daba status.
La soga: consistía en un juego, en el que hay que ir saltando mientras hace circular una soga. Por cierto pierde la que se traba y se cantan una serie de rondas que lo hacen divertido. En lo personal, al haber crecido un poco aislado de este citadino mundo, era momento para departir con los escasos vecinos de la época. Y en este juego se prolongaba por horas de la noche. Hasta que a las cansadas nuestros padres reclamaban nuestra presencia en la casa.
La rayuela: en este juego, es divertido, pero aquí en Loja, no lo conocemos mucho con ese nombre. Lo llamamos el gato, o el avión. Se dibuja en el suelo una forma de gato o de avión y se lo divide en cajones, que se tiene que ir saltando en un pie o en dos y regresar nuevamente. Naturalmente te tienes que saltar el cajón que continua y así ganábamos los que no topábamos las líneas.
Y
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