Seminario La religión y el aborto

^[1]Una forma en la que se pueden conectar la religión, política y sexualidad es si se tiene en cuenta que la religión es un dogmatismo que va en contra de la libertad y diversidad sexual de las personas, sean estos seguidores de dicha religión o no. ^[2]Esto quiere decir que cualquier acto que vaya en contra de lo establecido por dicha religión es algo prohibido y que merece ser castigado. Los que practican estos actos indebidos, son oprimidos y sufren el rechazo de esta y de sus seguidores. En América Latina, las creencias religiosas se han considerado como una influencia muy importante en su cultura, que dificulta la democratización de la sexualidad, lo que afecta directamente la hipotética legalización del aborto. La religión que más influye en América Latina es la católica y esta genera restricciones culturales y morales al momento de querer ejercer una sexualidad libre y diversa. Sentimientos asociados a la culpa o al pecado impiden que la población católica sea dueña de su sexualidad. Si esto se asocia a la decisión de abortar o legalizar esta norma, dicho sentimiento de culpa afecta la perspectiva de la población hacia esta y les inculca un rechazo hacia este acto. Por otro lado, al ser la mayoría de la población católica, no es de extrañarse que un gran número de trabajadores de los poderes de los Estados latinoamericanos sean de esta religión. Si se lleva esta inferencia al ámbito judicial o legislativo, se podría decir que decisiones judiciales o legislativas con respecto a la legalización del aborto sean afectadas por la religiosidad de los jueces o autoridades a cargo de estas. Sobre lo mencionado, se puede agregar lo siguiente:

“En una región como América Latina, donde la influencia del catolicismo como religión y como cultura se superponen, no es extraño encontrar referencias directas y concretas a la doctrina religiosa para justificar determinada postura legislativa o sentencia judicial, particularmente en temas como (…) despenalización del aborto.”(Cabal en Vaggione 2009 13-14)

^[3]Si bien las jerarquías religiosas tienen sus distintas reglas estrictamente establecidas, esto no significa que los creyentes las cumplan cabalmente. Esto se debe a que los sistemas de creencias son permeables a los cambios culturales. ^[4]Aunque la modernidad no ha logrado que la identificación religiosa de las personas se retraiga, si ha hecho que estas tengan un mayor nivel de autonomización y reflexividad al momento de creer. Según algunos estudios, lo que ocurrió es que hubo un desplazamiento desde lo institucional hacia lo personal. ^[5]Esto quiere decir que los creyentes moldean estas reglas de distintas maneras sin que se pierda la relevancia de lo religiosa, superando la dependencia hacia las autoridades religiosas. Al momento de quebrarse la aceptación “pasiva” de las doctrinas religiosas se crea un grado de autonomía mayor al que se tenía antes. Esto hace que las personas se alejen un poco de las posturas tomadas por las jerarquías religiosas. Una serie de estudios respaldan este enunciado al mostrar que existe una armonía entre las creencias religiosas de algunos individuos con posturas a favor de los derechos sexuales y reproductivos. Si bien, la Iglesia católica no condona el aborto por ningún motivo, sino que lo criminaliza si interviene el ámbito legal. Sin embargo, la población católica diferencia los distintos casos que podrían llevar a tomar la decisión de abortar, lo que ocasiona que casi la mitad de estos lleguen a la conclusión de que el aborto se deba despenalizarse en algunas o varias circunstancias. Esto se podría tomar como una disminución en la influencia que la Iglesia Católica tiene en Latinoamérica, pero no es del todo cierto. Se menciona esto porque, los dogmas religiosos no solo se encuentran establecidos en la mentalidad de la gente, sino que han traspasado esta barrera y son parte de las leyes de los distintos países latinoamericanos. Esto es un poco contradictorio si se toma en cuenta que los países latinoamericanos son Estados laicos según sus distintas constituciones. ^[6]Estos conceptos se encuentran en el derecho constitucional como figuras jurídicas, que si bien no explicitan una orden religiosa, se entiende que son heredadas de la Iglesia Católica. En lo que respecta al aborto, la figura del derecho a la vida desde la concepción denota una herencia católica sedimentada en el derecho.

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