Sistema de correcion Puerto Rico

En este breve ensayo estaré hablando sobre el sistema corrección y rehabilitación de Puerto Rico. Este sistema correccional es unos enfoques de estructurar formas más eficaces de tratamiento individualizado estableciendo o ampliando programas de rehabilitación en la comunidad. Una de su misión es ampliar las oportunidades de empleo y reeducación de la clientela correccional y de justicia juvenil, así como de cualquier menor transgresor o ex-convicto que esté en la libre comunidad o bajo cualquiera de los programas de sentencia suspendida, libertad bajo palabra, libertad supervisada, tratamiento de rehabilitación u otras.

El sistema correccional del País tiene que moverse al establecimiento de un programa efectivo y humanizarte de rehabilitación que trascienda los recintos carcelarios y practique con el ex confinado una política de seguimiento no punitivo, dirigida a ayudarlo a reinsertarse en la sociedad mediante la participación laboral. Sus funciones básicas son proveer experiencia de trabajo y empleo remunerado en diversas tareas técnicas e industriales al mayor número de clientes aptos para ello y proveer los medios para desarrollar destrezas. Así como, también facilitar la ubicación de los participantes de los programas de la Corporación en empleos remunerados que están disponibles en la comunidad. A distintos niveles, voces expertas han vinculado la ausencia de esos programas que fomenten la cultura laboral al fracaso de nuestro sistema carcelario, con un promedio de más del 50% de ex confinados que vuelve a delinquir.

Para concluir hoy en día, según las propias estadísticas del Departamento de Corrección, sólo entre el 40% y el 42% de los confinados participa de las alternativas de empleo que tiene disponibles esa agencia, un número desalentador si se tiene en cuenta que en la Isla hay una población de más de 12,000 presos. La realidad del País es compleja y el alto índice de desempleo también afecta la contratación de confinados. Por otra parte, no se puede culpar del todo a los empleadores, que están conscientes de las enormes lagunas que existen en el proceso de rehabilitación: un sistema que poco o muy mal prepara a la población penal para enfrentarse a la experiencia de una vida productiva.

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