Situación de la desnutrición infantil en comunidades indígenas del Ecuador

Situación de la desnutrición infantil en comunidades indígenas del Ecuador

Sofía H. Urbina O.

Escritura Académica

Universidad San Francisco de Quito

A lo largo de la vida, el ser humano pasa por varias etapas que determinan su desarrollo físico e intelectual, su comportamiento y su personalidad; la infancia es una de las etapas más importantes para el desarrollo de las capacidades físicas, intelectuales y emotivas de cada niño y niña (Ramos, S, 2014, Obesidad y mal nutrición infantil). La buena alimentación y una correcta nutrición son factores claves para el desarrollo pleno de éstas capacidades que menciona Ramos. Sin embargo, es una pena decir que el Ecuador está muy alejado de todo esto ya que la desnutrición infantil es un problema que aún no se lo puede erradicar a pesar de todo el esfuerzo que se pone. En las comunidades indígenas del Ecuador este problema tiene más peso ya que para una buena nutrición es necesaria la disponibilidad de alimentos y por ende una economía sustentable y lastimosamente la mayoría de las familias indígenas no la tiene. Esto me lleva a pensar en los niños y niñas indígenas de dichas comunidades y me pregunto ¿qué consecuencias trae la desnutrición a estos niños?

Para entender un poco mejor el texto es necesario definir ciertos términos. En primer lugar, la alimentación, según la FAO, es un proceso consciente y voluntario que consiste en el acto de ingerir alimentos para satisfacer la necesidad de comer (2003, p. 125). Es una necesidad básica que cumplen los seres humanos, ya que de ésta manera se adquirieren nutrientes esenciales para el crecimiento y desarrollo óptimo de la persona.

Por otro lado, la nutrición se centra en el estudio de los alimentos y su relación con la salud. Es un proceso involuntario mediante el cual un ser vivo recibe, procesa y utiliza los nutrientes ingeridos para producir energía que es utilizada para el correcto funcionamiento del cuerpo (Ibáñez, sf). La desnutrición es un trastorno metabólico, caracterizado por el consumo insuficiente de nutrientes esenciales (Ibáñez, sf). De acuerdo con la UNICEF (2011, p) existen 4 tipos de desnutrición:

“Desnutrición crónica: un niño que sufre desnutrición crónica presenta un retraso en su desarrollo. La desnutrición crónica indica una falta de los nutrientes necesarios durante un tiempo prolongado, por lo que aumenta el riesgo de que contraiga enfermedades y afecta al desarrollo físico e intelectual del niño. Siendo un problema de mayor magnitud en cuanto a la cifra de niños afectados, es a veces invisible y recibe poca atención. Si no se actúa durante el embarazo y antes de que el niño cumpla los 2 años, las consecuencias son irreversibles y se harán sentir durante el resto su vida.

Desnutrición aguda moderada: un niño con desnutrición aguda moderada pesa menos de lo que le corresponde con relación a su altura. Se mide por el perímetro del brazo, que está por debajo del estándar de referencia. Requiere un tratamiento inmediato para prevenir que empeore.

Desnutrición aguda grave o severa: es la forma de desnutrición más grave. El niño tiene un peso muy por debajo del estándar de referencia para su altura. La desnutrición aguda grave, altera todos los procesos vitales del niño y conlleva un alto riesgo de mortalidad. El riesgo de muerte para un niño con desnutrición aguda grave es 9 veces superior que para un niño en condiciones normales por lo que requiere atención médica urgente.

Carencia de vitaminas y minerales: la desnutrición debida a la falta de vitaminas y minerales (micronutrientes) se puede manifestar de múltiples maneras. La fatiga, la reducción de la capacidad de aprendizaje o de inmunidad son sólo algunas de ellas.”

Los cinco primeros años son esenciales para que un niño/niña tenga un desarrollo correcto, a la vez que esto determinará el desarrollo físico y cognitivo, el desarrollo social y otras esferas que serán imprescindibles para su adultez. La desnutrición durante estos años puede generar un futuro problemático en los niños; de esta forma es que Papalia, Feldman, & Martorell (2012, pág. 118) mencionan que los niños que sobreviven a la desnutrición durante los primeros 5 años, tienen riesgo de sufrir daños irreversibles posteriormente, trastornos en el desarrollo e inclusive una salud precaria, condenando su vida a una situación problemática.

La desnutrición es una realidad latente que se puede palpar en la sociedad, que con el paso de los años ha sido de mayor repercusión, especialmente en las poblaciones más vulnerables como es el caso de los niños y niñas. A nivel mundial existen estadísticas variadas dependiendo del estado económico y desarrollo de cada país, pero enfocándose en el contexto latinoamericano, la situación es bastante compleja. El Banco de desarrollo de América Latina (2020) comenta que entre el año 2000 y 2018, la desnutrición crónica se ha reducido desde el 16,7% al 9%, sin embargo, existe alrededor de 4,8 millones de niños y niñas menores de 5 años que presentan una talla baja dentro de los parámetros establecidos para esta edad.

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