Sobre La Televisión Pierre Bourdieu
Enviado por SofiiCallaci • 16 de Junio de 2014 • 2.635 Palabras (11 Páginas) • 436 Visitas
Pierre Bourdieu – “Sobre la televisión”
Bourdieu, Pierre (1930-2002) fue un sociólogo contemporáneo francés. Reflexionaba sobre la sociedad por medio de la investigación de forma sistemática según su punto de vista y que nos resulta de suma importancia, basado en mecanismos de producción de jerarquías sociales con un cierto hincapié en la diversidad cultural y simbólica.
Este texto fue extraído de un articulo que fue dado en un ciclo de conferencias en el College de France en 1996. Surgió en un contexto donde los medios de comunicación, como la televisión, han llegado a influir fuertemente en la sociedad del siglo XX.
Para comenzar, el autor establece la idea de que la televisión pone en peligro a la cultura (el arte, la literatura, la ciencia, el derecho, entre otros) y cree al contrario de lo que piensan los periodistas más conscientes de sus responsabilidades, que ponen en peligro también a la vida política y democrática. Como ejemplo de este trato que tiene la televisión para obtener la mayor audiencia posible, secundada por la prensa, a los autores de declaraciones y de actos racistas, y por la visión que hace cada vez más estrecha y nacionalista, cita el tratamiento mediático del juicio de O.J. Simpson o sino también el montaje que transformó un asesinato en un crimen sexual con consecuencias jurídicas incontrolables.
Establece, además, una diferencia entre el discurso y la práctica habitual en la televisión donde estima que las imágenes sirven como argumento y demostración y que ocupaban un tiempo muy valioso; en contraste con la televisión habitual que se basa en la autonomía de un discurso pesado, analítico y crítico y que por lo tanto el discurso articulado había quedado excluido de ella y sigue resistiéndose a la manipulación afirmando la libertad de pensamiento.
Bourdieu es consciente de que está situado en el combate con todos los profesionales de la imagen comprometidos en la lucha por la “independencia de su código de comunicación”. Lo hace citando al cineasta, Jean-Luc Godard, que proponía que esta labor significaba empezar a interrogarse política y sociológicamente sobre las imágenes y los sonidos, y sobre sus relaciones. Significaba no decir más “Es una imagen acertada” sino “Es simplemente una imagen”.
El propósito de sus análisis no son “ataques” contra los periodistas o la televisión sino que servirán para complacer lo narcisismo de un mundo periodístico que proyecta sobre sí mismo una mirada engañosa y crítica. Tiene la esperanza de que puedan contribuir a dotar de medios a todos aquellos que trabajen con la imagen y que luchan para que no se convierta en una opresión simbólica en lugar de ser un instrumento de democracia.
El sociólogo dice tener un dominio de los medios de producción que no es habitual, donde existe una cierta falta de preocupación dado que, si se acepta participar sin preocuparse por saber si se podrá decir alguna cosa, se manifiesta que no se está allí para decir algo sino para dejarse ver y ser visto, es decir, estar bien visto por los periodistas. Esto se logra apareciendo con mayor frecuencia en la TV y escribiendo intervalos lo más cortos posibles. Como consecuencia de esto, la televisión se convierte en una fuente para que se mire en ella Narciso, en lugar de exhibición narcisista; es decir, una invitación para salir en ella.
Pierre Bourdieu desea que los periodistas reflexionen sobre la búsqueda de los medios para superar las amenazas de instrumentalización. Piensa que a veces el hecho de aparecer en televisión constituye un “deber” en condiciones razonables y enumera la especificidad de dicho instrumento:
• La televisión es un instrumento que ofrece la posibilidad de llegar a todo el mundo.
• Plantea cuestiones como: ¿Está lo que tengo que decir al alcance de todo el mundo? ¿Estoy dispuesto a hacer lo necesario para que mi discurso, por su forma, pueda ser escuchado por todos? ¿Debería serlo?
• Una de las funciones de los investigadores es hacer llegar a todos los logros de la ciencia. Somos “funcionarios de la humanidad” que cobran del Estado para descubrir cosas y forma parte de nuestras obligaciones el difundirlos.
El sociólogo francés afirma que el acceso a la televisión tiene como contrapartida una censura invisible, una pérdida de autonomía ligada al hecho de que el tema es impuesto de tal forma que las condiciones de comunicación son impuestas y que la limitación del tiempo impone al discurso y resulta, de este modo, poco probable que pueda decirse algo. Esta censura política se ejerce sobre los invitados y los periodistas que contribuyen a imponerla. La gente se deja llevar por una autocensura (conciente o no) en una época como la actual donde hay escasez en el empleo y aumento de aspirantes a ingresar en profesiones de la radio y la televisión, donde la propensión al conformismo político es cada vez mayor.
Existen, también, ciertas censuras económicas en la TV (coerción económica). Los mecanismos anónimos invisibles por los cuales se ejercen las censuras, hacen de este medio un colosal instrumento de mantenimiento del orden simbólico.
En su análisis sociológico, el autor determina que los periodistas, quienes forman parte del objeto analizado, tienden a pensar que el trabajo de investigación y descripción de sus mecanismos es una labor de denuncia dirigida contra alguien, un ataque personal; ya que no les gusta que la conviertan en objeto. Lo que en realidad sucede es que cuanto más se avanza en el análisis de un medio más forzado se ve uno obligado a liberar a los individuos de su responsabilidad y cuanto mejor se entiende cómo funciona más se comprende que las personas que intervienen en él son tan manipuladoras como manipuladas (en este último caso, manipulan más).
El autor expone una serie de mecanismos que hacen que este medio de comunicación ejerza una forma de violencia simbólica, la cual se hace con la complicidad de quienes la padecen y de quienes la practican (no siendo conscientes de ello). La Sociología tiene como misión descubrir cosas ocultas: al hacerlo, minimiza la violencia simbólica antes mencionada que se ejerce en las relaciones sociales y en la comunicación mediática.
Los sucesos son elementos de distracción; son hechos que llaman la atención a todo el mundo y son para todos los gustos. Son parte de la acción simbólica de la televisión. Dichos acontecimientos no deben escandalizar a nadie, no tratan nada importante que perjudique. La crónica de sucesos es una especie de sucedáneo elemental y rudimentario de la información; ocupa un tiempo que podría emplearse para decir otra cosa. Aunque sucede que el tiempo es escaso en la TV y si se emplean, sin embargo, unos minutos para decir
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