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Sobre el Estado de Vigilancia


Enviado por   •  8 de Octubre de 2022  •  Ensayo  •  1.620 Palabras (7 Páginas)  •  64 Visitas

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¡EL OJO AVIZOR DEL CAPITALISMO TE ESTÁ OBSERVANDO! (Y sus máquinas también)

Santiago Alejandro Baracaldo Cuervo

6/08/2022

Cuando la realidad logró superar a la ficción

En 1949 salía a la luz la novela 1984, en la que se planteaba una sociedad de control qué vivía en una burbuja de desinformación, en la cual, una entidad gubernamental superior, manipulaba, creaba, y difundía los hechos y las “verdades” su antojo.

Ésta novela plantea una fuerte crítica a los métodos de gobernanza que regían la sociedad europea en ese entonces, y de cómo los derechos humanos y la libertad intelectual iban in decrescendo.

Años más tarde, y dando continuación a una trama, en la que, la premisa era ya una sociedad mortecina, con conciencias tenues y moribundas, era lanzada a cines la película Matrix (1999).

El largometraje narra una realidad en la que las máquinas terminaron por tomar control de toda la sociedad, induciendo a los seres humanos en un retorcido estado de coma, en el que vivían sesgados y controlados, viviendo una vida llena de estímulos falsos, qué facilitaban la tarea de mantener la conciencia de los humanos apagada.

La maravillosa (y no tan distante en ese entonces) idea de una entidad que nos resultaba ardua y engorrosa de reconocer, cayó en manos de una profesora de Harvard, socióloga y filósofa, que había dedicado su vida a desentrañar a las grandes empresas del mundo tecnológico, en especial las que comprenden las redes sociales, siendo esta la introducción para Shoshana Zuboff.

Zuboff ha sido la creadora de conceptos como el del Capitalismo de la vigilancia (del cuál hablaré más adelante), que resultan trascendentales para el estudio psicológico/económico respecto a la repercusión de la tan conocida “revolución 4.0” en la sociedad, y de cómo, poco a poco, hemos estado sometiéndonos al control externo de nuestras propias emociones y acciones.

Si espera que ahora hable de cómo Shoshana ha creado innumerables obras ficticias respecto a esta idea de un dócil y sumiso ganado humano, que se deja arrear por una economía, y poder que juntos, se encuentran culpables de la mayor cantidad de apagados y desconexiones colectivas de consciencias humanas, está en el lugar indicado. Excepto que, a diferencia de 1984 o Matrix, Zuboff no nos va a exponer una distopía ficticia, todo lo contrario, nos expondrá la realidad en la que usted vive. En la que yo vivo. En la que todos vivimos.

¡Pero claro que Internet es seguro! Ahora escriba todos sus datos personales, por favor.

Google, Facebook, Amazon, YouTube. ¿Qué tienen en común estas grandes empresas tan decorosas, integras y honestas con sus usuarios? Que, de decorosas, integras, y honestas con sus usuarios no tienen nada.

Para empezar a andar en el pedregoso camino de la cibervigilancia, primero debemos empezar con la definición de la misma.

Y es que es muy fácil inferir de qué se trata con solo escuchar su nombre, que tal y como sugiere, es el conjunto de técnicas virtuales qué cautelosa y escrupulosamente, supervisan y recolectan datos de todo tipo (si, hasta de su comportamiento) acerca de una persona, a la cual estos sistemas ven como un simple número más del cual se ramifican diferentes posibilidades de accionar frente a lo que el Internet le ofrece.

Ahora bien, Shoshana nos introduce el capitalismo hablándonos de una materia prima muy distinta a la que todos conocemos ya (materia que, por cierto, es parte de un proceso económico lineal donde termina siendo basura que nunca conocerá un final que no sea dañino para el medio ambiente), mediante la exposición de lo que la autora reconoce como datos de comportamiento humano.

Es en este momento, en que Zuboff realiza un comparativo clave, entre dos clasificaciones que dejamos registradas en el internet. El primer tipo de dato, es el básico. Los “típicos” que sirven para la adquisición de un producto deseado, o por defecto, para lo que se puede entender como un servicio (y digo típico entre comillas, ya que si usted trata de corroborar si google conoce hasta el número de seguridad de su tarjeta de crédito, evidentemente no va a obtener resultado alguno, porque es como preguntarle a un captor si sabe el nombre de su víctima), y el tipo de dato del que su paradero no se conoce, excepto claro, para la empresa con la cual se ha relacionado. Shoshana describe esta categoría de datos como excedente conductual, que, para mejor entendimiento, son los datos que sobran, y que nadie pensaría en usarlos, a menos que claro, la mente visionaria y obviamente ética y moralmente correcta de las grandes mentes detrás de las aplicaciones que usamos, quieran vender para ayudar a un mercado que se beneficia de estos datos al aire. ¿Cómo?

Cuando los datos llegan a este mercado, se usan para generar análisis que permitan una predicción respecto a las decisiones de una persona, y así poder asfixiarla y bombardearla con incesable propaganda que vuelven al usuario, en un consumista más.

Podemos pues, hacer un imaginario de un campo en el que se cultiva con poca paciencia, datos y predicciones detalladas sobre un usuario en Internet, siendo así, que cada empresa, tendría un específico campo de cultivo para cada uno de los usuarios presentes en su plataforma. ¿Pero para que se cultivan estos datos? La respuesta es simple.

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