Solidaridad

A diferencia de la solidaridad, que es horizontal y se ejerce de igual a igual, la caridad se practica de arriba hacia abajo, humilla a quien la recibe y jamás altera ni un poquito las relaciones de poder: en el mejor de los casos, alguna vez habrá justicia, pero en el alto cielo. Aquí en la tierra, la caridad no perturba la injusticia. Sólo se propone disimularla”. – Eduardo Galeano

Con esta frase o pensamiento Galeano trata de clarificar la gran diferencia entreCaridad y Solidaridad. No se pueden disfrazar las palabras y debemos llamar a las cosas por su nombre.

La caridad es una virtud teologal con sentimiento religioso, una acción caritativa del momento, especialmente, para tranquilizar conciencias o sentirse libres de culpa. Te hace sentir bien cuando das una limosna, o entregas algo, casi siempre, lo que sobra o no necesitas pero, son gestos, no cambias la forma de actuar, ni luchas contra las injusticias que hacen que esas personas sigan en situación de mendigar limosnas. La mayoría de las personas que practican la caridad viven en una constante hipocresía, se dan golpes en el pecho por las desgracias ajenas pero luego se oponen radicalmente a que las cosas cambien o se aplique la justicia social.

Sin embargo, la solidaridad es un compromiso y sentimiento colectivo, su concepto, nace de la justicia social e igualdad, como dice Galeano, se ejerce de igual a igual. La solidaridad es ponerse en el lugar del otro e intentar dar soluciones a los problemas, no se trata de dar limosnas, sino de proporcionar herramientas para que las personas luchen con dignidad.

Vivimos en una sociedad, competitiva e injusta, donde una parte muy importante de personas se mueven por la codicia e inmoralidad, corrompiendo la política e instituciones, donde el ansia de lucro es desmedido y, todo ello, ante una sociedad indiferente, que critica en los bares y centros de trabajo pero que luego no hace ningún movimiento para cambiar esta realidad. ¿Hasta dónde vamos a aguantar?

Es necesario luchar por una sociedad más justa y solidaria, estando al lado de las personas y educar en solidaridad y no en caridad, cada uno puede optar por lo que quiera o considere. Yo me quedo con la SOLIDARIDAD

Caridad y solidaridad, son dos términos que parece que hablan de los mismo, pero no son lo mismo. Me explico, la caridad la ejercitamos cuando nos hacemos participes y solidarios de las situaciones de los demás: de ahí se deriva la acción caritativa de la Iglesia: la preocupación en todas sus circunstancias por los mas necesitados, soledad, comida, vestido,trabajo, etc...La solidaridad, a su vez, tiene que ver con la justicia social. Ser solidario, es ayudar en la medida de nuestras posibilidades a los demás, de manera voluntaria y sin pedir nada a cambio, dar la vida por los demás, y luchar por la justicia y por los más pobres de los pobres como decía la Madre Teresa de Calcuta.

Tambien hay que partir del hecho evidente que la sociedad es injusta, egoísta, competitiva; y elimina a la persona y pone como preocupación el dinero, no existe nada más que la economía; y la vida esta en función del trabajo y la remuneración económica. La economía neoliberal y capitalista, se basa en el interés y la productividad, competitividad y máximo de beneficios, se rescatan antes a los bancos que a las personas. Yo por eso soy partidario del hundimiento de la Bolsa, sobre todo del IBEX 35, de algunos bancos que engañan a sus clientes y al propio Estado que defiende al rico y al poderoso, frente a los asalariados. Soy consciente que he dicho una barbaridad desde el punto de vista de la Economía.

A las ongs, se le a encomendado que haga lo que no es capaz de hacer el Estado: ser justo, contemplar las necesidades físicas de las personas y dar soluciones a nivel de la justicia social. La Iglesia, aunque se le critique es una institución que de manera callada y desde que existe Cáritas y otras instituciones, como Almería Acoge o Proyecto Hombre; trata los problemas de la drogodependencia, hambre, necesidades humanas, inmigrantes,etc..Como también hay que recordar los demoledores Informes de CARITAS, que años atrás no eran reconocidos ni en la era de Felipe González, ni de José María

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