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Surgimiento De La Economia Romana


Enviado por   •  27 de Agosto de 2013  •  3.907 Palabras (16 Páginas)  •  352 Visitas

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La historia de la economía romana no presenta un proceso continuo. También en ella, aunque de forma distinta a la época contemporánea, hay alternancias de desarrollo y crisis y cambios de las fuerzas productivas. Estos fenómenos ya se inician en la época primitiva; en la monarquía se puede señalar dos fases: la latina, de formación de un estado unitario, y la etrusca, de gran pujanza económica y avanzando desarrollo de las institucionesestatales en las formas clásicas de la ciudad – estado. El siglo IV se caracterizo por los primeros progresos económicos en el campo de la economía por considerarlas logros sociales, que permitieron algunas grandes reformas, políticas y económicas a un tiempo, aunque sin que se modificaran de forma radical los caracteres de las fuerzas productivas. En la época de los orígenes, Roma fue una pequeña aldea de origen indoeuropeo, que estaban descubriendo la agricultura, como se deduce de la existencia de grandes bosques, cuyo nombre recordaba la toponimia, como Querquentual, Fagutal, Viminal. También la religión conserva indudables elementos de carácter pastoral de la economía arcaica. La propia leyenda sobre los orígenes de Roma, elaborada por historiadores griegos, como Timeo y Jerónimo de Cardia, que tuvieron un conocimiento directo de las noticias, tomándolas primero, según los historiadores posteriores, de las poblaciones agrícolas de la región , parece entrelazarse con elementos de una sociedad pastoril. Analistas, arqueólogos y naturalistas subrayan el carácter silvestre y pastoral de Roma primitiva y una de las puertas de Roma, que daba a camino de los pastos de verano, se llamaba Mugonia. El medio de intercambio y la medida de las multas, a diferencia de otras economías antiguas antes de la moneda, era el ganado. Varrón, el mas famosos de los arqueólogos y de los economistas romanos, nos dice que el nombre del dinero, pecunia, se deriva de pecus, ganado, porque para los pastores, en la antigüedad, el dinero consistía en el ganado. Por lo que respecta a la cría del ganado, sin duda los bovinos existían desde época antiquísima; las normas arcaicas prohibían matar bueyes, definidos como compañeros del hombre en el trabajo rustico y ministros de Ceres; al trasgresor se le castigaba con la muerte. Pero esta prohibición pertenece a una época en la cual ya se había desarrollado la agricultura. También el caballo era conocido en la edad prehistórica. Su empleo era más requerido en el ejército que en el trabajo agrícola. Por ultimo, cabras y ovejas pertenecen al más importante pastoreo primitivo de Roma. Diversos historiadores consideran desde la época antigua existía la necesidad de trasladar los rebaños, según las estaciones, a lugares adecuados, pero no es cierto que en la Roma primitiva hubiera tal posibilidad hacia zonas vecinas, ni puede decirse que las primeras guerras se originaran por disputas en torno a los pastos. El primitivo asentamiento de pastores en parajes adecuados para la cría estable de los rebaños se beneficiaba de la favorable condición de los lugares, boscosos y húmedos en las alturas y ricos de las aguas. Pero la llanuras expuestas a las inundaciones del Tíber y pantanosa en diversos puntos no era el lugar ideal para el ejercicio de actividades humanas. Sin embargo una comunidad, por primitiva que sea, no puede vivir solo del pastoreo y por lo tanto muy pronto se desarrollaron formas estables de cultivo del suelo. Una conjetura sobre la que no tenemos elementos de prueba en la época romana supone que el trabajo de la mujer en la agricultura primitiva fue declinado con el empleo del arado, y de ahí nació el predominio de los ordenamientos patriarcales sobre los matriarcales. Los cambios acaecidos en la base económica y la aparición de la agricultura no carecieron de la influencia sobre la estructura social. La originaria, constituida por grandes grupos gentilicios dedicados al pastoreo en tierras comunes del grupo, se transformo en una nueva estructura, la de la familia, sobre la base de la propiedad individua de la parcela de tierra para la agricultura, mientras que el pastoreo seguía realizándose en las tierras comunes de los grupos gentilicios. De esta transformación perdura un eco en la tradición según en la cual Rómulo asigno a los ciudadanos dos yugadas de tierra, lasbina iugera, es decir el heredium, como le llaman las fuentes. La tesis mas común de la prioridad del pastoreo ha sido discutida con la objeción de que sin productos de la tierra no se podio ni siquiera criar ganado. Pero la crítica no es convincente, pues en la época primitiva el ganado se alimentaba de pastos naturales, que no necesitaban cultivo, o de los frutos del bosque, que eran abundantes para las exigencias de la población primitiva. Por lo que respecta a la tradición sobre la tierra dada por Rómulo, dos yugadas, correspondiente a media hectárea, constituye una extensión demasiado reducida para las necesidades, por sobrias que fueran, de una familia de cuatro personas, y que hay que creer que la antigua familia romana solía ser mas numerosa. En épocas posteriores los nombres propios como quinto, sexto, hasta décimo, hacen pensar en familias en las que, a partir de ciertos números de hijos, se solía poner los nombres según la sucesión de nacimientos. Pero, prescindiendo de esto, las bina iugera era una tierra demasiado escasa incluso para cuatro personas. Ha habido muchas discusiones de los eruditos sobre este punto pero, por muchos esfuerzos que hagamos, la conclusión sobre la posibilidad de que dos yugadas bastaran para nutrir a una familia solo puede ser escéptica. No estamos en condiciones de decir cual era en aquel en aquel tiempo la productividad, teniendo en cuenta que por un lado la tierra era todavía rica en sales minerales, pero por otro lado se cultivaba con métodos rudimentarios y quilas sin abonos naturales. El propio uso del arado, un tipo de arado primitivo del que tenemos noticia principalmente por las geórgicas de Virgilio, era poco aconsejable en extensiones no grandes de terreno, porque ni siquiera el producto de siete yugadas es suficiente para alimentar a la vez a los animales y a los hombres.

El producto de la tierra no era constante, no el suelo del Lacio tan renombrado como otras tierras de la Italia, en Campania, Etruria o el país de los Volscos. Para impedir que la tierra se agotara en breve tiempo convenía dejarla descansar en años alternos, con el barbecho o terreno noval, que los agrónomos romanos de épocas mas recientes conocían bien, o alternar con siembra de leguminosas, que daban a la tierra bases nitrogenadas, sobre todo cuando se aporcaban. No sabemos si estas prácticas, conocidas mas tarde, se utilizaban ya en la época antigua, pero todo induce a pensar que el agudo juicio de los primeros habitantes de Roma pronto dedujo de la experiencia estas reglas de conducta. Otros cereales antiquísimos, quizás

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