Teletrabajo

La manera en la que el trabajo ha sido presentado hacia la sociedad en la antigüedad se ha visto modificada, esto ha dado origen a nuevas maneras en las que las personas pueden ejercer sus responsabilidades. Una de estas modalidades innovadoras se refleja en el teletrabajo, por lo que es pertinente interrogarse sí laborar desde casa puede ser considerada una práctica viable y eficiente, tanto para los empleadores como para los empleados en la actualidad. “El teletrabajo puede definirse como una forma de trabajo flexible que capacita a los empleados para acceder a sus actividades laborales desde localizaciones distintas y remotas, mediante el uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones” (Pérez, Sánchez, Carnicer y Jiménez, 2003, p.24). El teletrabajo se ha presentado como una actividad que no ha beneficiado a las organizaciones empresariales por los desafíos tecnológicos que ha involucrado su desarrollo. Mientras que a la misma vez, se ha convertido en una solución ante una problemática que ha repercutido en la rutina de la vida de las personas, de esta manera se ha analizado su influencia en la trasformación en varios ámbitos como el social, el económico y el ambiental.

El teletrabajo ha dado frutos que son reflejados en la sociedad actual, lamentablemente la creación de estas nuevas rutinas no han sido consideradas como un beneficio para las personas que participan en ella, ya que no han contribuido al desarrollo digno de la responsabilidad de los empleados de la empresa, por diferentes factores. En primer lugar, ha traído consecuencias negativas como son la desintegración, la pérdida del trabajo en equipo y la dificultad de mantener la comunicación activa en el entorno laboral a distancia, ya que en este ámbito las personas ya no tienen la oportunidad de expresar sus sentimientos ni tampoco de establecer una conversación con su grupo de compañeros, todos los mensajes son comunicados a través de video llamadas o simplemente de correos electrónicos. A la misma vez, el hábito de intercambiar información a través de pantallas, ha sido contraproducente ya que la seguridad de los trabajadores y los dueños de las empresas se ve puesta en riesgo, por lo que se necesita de un mayor control de los movimientos y acciones del personal. De igual manera, el tener que trabajar en casa ha traído serios problemas psicológicos para las personas, las cantidades excesivas de trabajo han producido que las dosis de esfuerzo y de estrés aumenten y se acumulen, esto ha comprometido la salud física y mental de los teletrabajadores. Asimismo, la motivación, la entrega, la interacción y el espíritu, factores importantes dentro del ambiente de una empresa, se han visto excluidos por la condición de aislamiento que viven los empleados.

Pese a los resultados positivos, se han identificado desventajas del teletrabajo entre las que se destaca la disminución de la calidad de vida laboral, la baja participación e interacción con el personal de la organización, el poco sentido de pertenencia y en ocasiones menor posibilidad de ascenso y proyección laboral (Benjumea, Villa y Valencia, 2016, p. 67).

        Por el contrario, el trabajo desde el hogar ha brindado comodidades y ha permitido que los empleados de diferentes empresas puedan experimentar nuevas herramientas tecnológicas, las cuales han sido muy útiles para el desarrollo social. Un primer motivo es la generación de nuevos horarios, más flexibles para los operarios de las organizaciones, de esta manera, los turnos de trabajo estarán en constante cambio, por lo que el servicio y la atención al cliente mejorarán, al estar disponibles y activos sin importar la hora ni el día. Igualmente, una consecuencia positiva se ve reflejada en el aumento de tiempo que las personas pueden destinar hacia sus familias y hacia sus pasatiempos favoritos u otras actividades de una manera directa, esto no puede convertirse en una realidad debido a que, al tener que estar presente en una oficina para trabajar, el tiempo se consume en viajes y desplazamientos necesarios para llegar a un destino. De igual forma, el teletrabajo ha dado la oportunidad de crear un ambiente lleno de diversidad entre los empleados, tanto racial, étnica, de género, de religión y de edad. Lamentablemente esto no es posible dentro de un entorno laboral presencial debido a la discriminación hacia las ideologías o los rasgos físicos de algunos miembros. Gracias al teletrabajo se valora más el conocimiento técnico y el desempeño de un empleado sobre sus características físicas. “Otro de los aspectos relevantes desde una perspectiva social es su potencial de desarrollo desde el implícito de inclusión para mujeres, jóvenes y discapacitados, configurándose como un posible medio para generar igualdad de oportunidades laborales en este grupo poblacional” (Gareca, Verdugo, Briones y Vera, 2007, p. 87).

        Dentro del aspecto económico, el teletrabajo no ha sido un instrumento útil para algunas entidades, ya que ha implicado generar nuevas estrategias que la mayoría de veces no garantizan la prosperidad ni el éxito de los mismos, ya sea por sus altos costos administrativos u operativos que han tenido que asumir, para que sus empleados trabajen desde sus casas. Desgraciadamente, algunos miembros no disponen de los suficientes medios ni recursos para adquirir ningún aparato electrónico como computadoras portátiles, tabletas o celulares, con una buena conexión a internet para conectarse a sus plataformas profesionales. Y en el caso de poder acceder a ellos, el valor del gasto de energía eléctrica que tienen que asumir los empleados, aumentaría de una manera exagerada.

Por el lado del teletrabajador, el incremento en costos podría iniciar desde la adecuación de una habitación para destinarse a funciones de oficina, compra de equipo y consumibles, costos fijos (como pago del servicio de energía eléctrica, arrendamiento, pago del servicio telefónico), entre otros. (Salgado y Espíndola, 1999, p. 43).

De la misma manera, al ser el tiempo de trabajo más amplio y no contar con un control constante de parte de las autoridades, los tele-empleados se ven en la libertad de ocupar más allá de las horas necesarias para cumplir con sus responsabilidades, lo que acarrearía un aumento de la remuneración de las horas extras trabajadas, esto significaría un alto gasto salarial, por lo tanto la empresa generaría menos utilidades. A parte de todas estas pérdidas económicas y financieras, las organizaciones se ven obligadas a gastar en un sistema de seguridad para sus plataformas de conexión remota y para sus páginas web, con el fin de que personas ajenas o hackers no tengan la posibilidad de ingresar a la información ni robar datos confidenciales.

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