Tengo El Orgullo De Ser Peruano

Tengo el orgullo de ser peruano

En algún momento de nuestras vidas habremos escuchado o escucharemos pronunciar el nombre de una persona que durante su época, y hasta ahora, ha causado gran revuelo por sus magníficas obras literarias, aquellas obras que reconocieron en cada hoja, lo que significaba ser peruano. ¿Pero quién es este hombre? ¿Quién cumplió con la ardua labor de mostrar al mundo entero lo que simbolizaba ser peruano? Todo se reduce a un gran nombre: José María Arguedas.

Vino al mundo un 18 de enero del 1911, al morir su madre solo le quedó su hermano mayor y su padre, este posteriormente contraería matrimonio con la señora Grimanesa, que sin la más mínima intención sería aquella persona que como forma de castigo y desprecio lo llevó a vivir experiencias inolvidables con indígenas que impulsarían su carrera en el futuro.

Fueron varias las ocasiones en donde Arguedas tuvo la oportunidad de compartir con indígenas, es más, llegó a conocer más de 200 pueblos. En ese entonces, todos los peruanos nos encontrábamos en un pirámide donde solo importaba que tan cerca te encontrabas de la cumbre, el dinero y la raza que poseías eran fundamentos importantes para estar en el escalón más alto. Los indígenas no pertenecían y no eran aceptados a la parte urbana del país, eran explotados y despreciados por personas con dinero, que tenían control sobre ellas, colocándolos en el último escalón, hasta se podía observar esta pirámide en cárceles y burdeles de las ciudades, donde los indios era colocados en los últimos rangos de los locales, actualmente se puede observar esta pirámide, pero los tiempos van cambiando, las personas van cambiando y con ello la pirámide pronto desaparecerá.

Lo que también tendría que ser parte del pasado sería el maltrato y la discriminación entre las diferentes personas que conforman las tres regiones del Perú. El hecho de vivir en diferentes zonas geográficas no hace que seamos desconocidos, pues todas las personas peruanas tenemos las mismas raíces sólidas y ancestrales que provienen de la cultura indígena, una cultura que nos identifica como tal. Somos un solo país, debemos dejar de lado las burlas y ofensas sobre lo que le caracteriza a cada persona en su respectiva región y no dejar que suceda de nuevo lo que le ocurrió a Arguedas, que al ser procedente de Andahuaylas, sufrió en carne propia el desprecio de los costeños a los serranos, al ingresar a una escuela en la ciudad de Lima, era motivo de burlas, pero él al ser maltratado por sus compañeros y maestros, no se rindió y se propuso romper el mito de que las personas provenientes de la Sierra tienen un bajo nivel académico, y dio a conocer sus mil y una habilidades ocupando el primer puesto en todos los cursos, no necesariamente la proveniencia puede revelar la capacidad de una persona, pues así como Arguedas depende de cada uno, depende de las ganas y el entusiasmo que uno le pone a los estudios para así poder triunfar, no el ser más adinerado te convierte en el más inteligente.

Ingresó a la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, unió sus mayores ambiciones: la literatura y la etnología, y se convirtió en un insigne escritor que reflejaba en sus obras la diversidad cultural así como los problemas de esta en nuestro país. Aunque los problemas entre dos mundos diferentes era el más reputado, no era el único, pues tal y como lo escribió Arguedas, en El Sexto, una cárcel muy temible y posteriormente escenario de una de los peores motines en el Perú, y además uno de los títulos de una de sus magníficas obras, donde una vez más Arguedas mostró lo que siempre tuvo en mente y lo que siempre quería dar a comprender a las personas, allí ocurrían tal y como lo escribe, injusticias, maltratos y violaciones a los derechos de una persona, pues en este caso, eran atentados a las personas de ambos mundos, existían disputas entre los apristas y los comunistas, pues al ser partidos que iban contra el régimen dictatorial de Benavides, estaban fuera de la ley y de esa manera eran heridos por sus superiores, que al parecer no eran consientes del mal que estaban ocasionando,

Un mal que era contagioso en nuestras tierras, pues los maltratos a las personas “inferiores” eran algo corriente, en especial si eran provenientes de personas adineradas y que poseían el pensamiento erróneo que el tener más te hace dueña de otra persona, a pesar que estas personas procedentes de las zonas urbanas poseían más oportunidad que los indígenas, estos nunca se rindieron y dieron a conocer sus derechos posteriormente, derechos que actualmente son muy respetados, ya que son ellos los que representa al país, son la imagen por la cual nos conocen a nivel internacional, nuestra cultura es lo que nos hace diferentes. Y de aquella diferencia nos tenemos que sentir orgullosos, de nuestros trajes y bailes típicos, comidas conocidas a nivel mundial, lugares turísticos que poseen un alto índice de visitantes procedentes de diferentes partes del mundo, de las personas que llevaron en alto el nombre del Perú y en especial de nuestras costumbres y tradiciones. Pues todos debemos sentirnos como Ernesto, el personaje principal de la obra maestra de Arguedas, Los ríos profundos, allí se puede apreciar como este adolescente se deslumbra con cada rincón de los lugares del Perú que va conociendo mientras va viajando con su progenitor, en especial en el Cuzco, donde aún se puede observar que preservan la cultura indígena, lo cual nos tiene que llenar de orgullo y de admiración, pues todos se embelesan ante los majestuosos muros de los palacios de los Incas, cuyas piedras finamente talladas parecen contarte un gran historia llena de misterios e incógnitas.

Pero así como Arguedas quiso reflejar en su obra las manifestaciones peruanas y construcciones dotadas de bellezas e historia, que fueron edificadas hace mucho tiempo atrás, también nos dio a conocer parte de su vida, lo que vivió y presenció en aquella época, ya que esta obra posee un corte autobiográfico, pero en especial, darnos a comprender los problemas que tenía el indio al vivir en un mundo cada vez más urbano, donde era explotado por sus superiores. Pues para mí y para muchos él quiso defender a los indios, darles una mejor vida, evitando la discriminación para apreciar lo nuestro.

Ese fue el objetivo de Arguedas, dar a conocer nuestra cultura, pero lamentablemente lo que pasa hoy en día, es que nos avergonzamos de ella, preferimos seguir influencias de otros países a usar y difundir lo nuestro. Los padres de familia y las diferentes escuelas tienen la importante labor de enseñar desde pequeños a los niños nuestra historia y así como también enseñarles a amarla y a respetarla. Pues debemos comenzar desde muy temprana edad, para que este orgullo hacia nuestro

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