Teoría De La Ventana Rota

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

GOBERNACIÓN DEL ESTADO LARA

SERVICIO DESCONCENTRADO ESCUELA DE POLICÍA

“GRAL. DE DIVISIÓN JUAN JACINTO LARA”

ANÁLISIS DE LA TEORÍA DE LA VENTANA ROTA

INTEGRANTES:

ANDRADE FRANKLIN

AZUAJE ENYERSON

GARCÍA ARNALDO

LUNA LEISER

MARTÍNEZ JUAN

NÁRVAEZ DIXON

SECCIÓN: H

FACILITADOR:

ABOG. ANÍBAL LOZADA

Barquisimeto; Julio de 2011

La teoría de la ventana rota, escrita por George L. Kelling y Catherine Coles; es un libro de criminología y sociología urbana, publicado en 1996, que habla acerca del crimen y las estrategias para contenerlo o eliminarlo de vecindarios urbanos. El título del libro viene del siguiente ejemplo:

"Consideren un edificio con una ventana rota. Si la ventana no se repara, los vándalos tenderán a romper unas cuantas ventanas más. Finalmente, quizás hasta irrumpan en el edificio, y si está abandonado, es posible que sea ocupado por ellos o que prendan fuegos adentro, o consideren una acera o banqueta. Se acumula algo de basura. Pronto, más basura se va acumulando. Eventualmente, la gente comienza a dejar bolsas de basura de restaurantes de comida rápida o a asaltar coches." Resulta oportuno, mencionar el siguiente postulado, realizado por el Filósofo Aristóteles: “Si no quieres ser mentiroso, no digas la primera mentira, porque... la próxima vez será más fácil.

Desde nuestro punto de vista, se refleja el siguiente mensaje: se debe atacar, resarcir, buscar soluciones a los problemas, aun cuando consideremos sean pequeños o insignificantes. De lo leído anteriormente, se puede tomar las siguientes acciones: reparar las ventanas rotas en un período corto, y la tendencia será menos probable que los vándalos rompan más ventanas o hagan más daños. Limpiar las banquetas todos los días, y la tendencia será que la basura no se acumulará o que la basura acumulada sea mucho menor. Evidentemente, los problemas no se intensifican y se evita que los residentes emigren de la comunidad.

Significa entonces, que la teoría enuncia dos hipótesis: los crímenes menores y el comportamiento anti-social pueden ser disminuidos, y los crímenes de primer grado serán, como resultado, prevenidos.

Cabe destacar, que los índices de criminalidad en Venezuela, son bastante altos, debido a diferentes problemas sociales, como: consumo de drogas y alcohol, desempleo, familia disfuncional, prostitución, deserción escolar, carencia de valores éticos, entre otros. Referidos factores, son determinantes en cuanto al comportamiento de las personas que se involucran en actividades criminales. Sin embargo, la teoría de la ventana rota, nos dice que uno de los factores más relacionados con la criminalidad es epidémico y está directamente vinculado con el entorno de una ciudad, su limpieza y su ambiente en general.

Obviamente, si una persona frecuentemente pasa varias veces frente a un edificio o casa con una ventana que está rota, y nota que no se ha hecho nada para repararla, subconscientemente interpreta esto como un mensaje que dice que no importa el orden ni las reglas en ese lugar. De lo contrario, la ventana ya hubiera sido reparada; este sentimiento es contagioso, epidémico. Así mismo, se puede interpretar y decir que los criminales se sienten bastante más seguros de no ser capturados en ambientes descuidados y sucios. Estos ambientes no solo dan seguridad a los criminales ya existentes, invitan a personas que nunca han mostrado este tipo de comportamiento a cometer delitos.

En ese orden de ideas, es responsabilidad del soberano y del Estado crear conciencia, dirigir atención a comportamientos irregulares que observamos a diario, como personas arrojando desperdicios desde los autobuses, conductores que utilizan estaciones de servicios para realizar competencias automovilísticas, personas rayando paredes ajenas, entre otras.

Es competencia del Estado, implementar adecuadas políticas criminal; ya que sin ella no habrá orden, armonía, convivencia ciudadana y seguridad ciudadana; cumpliendo con lo establecido en el artículo 55º de la Constitución Bolivariana de Venezuela, que dice: “Toda persona tiene derecho a la protección por parte del Estado, a través de los órganos de seguridad ciudadana regulados por la ley, frente a situaciones que constituyan amenaza, vulnerabilidad o riesgo para la integridad física de las personas, sus propiedades, el disfrute de sus derechos y el cumplimiento de sus deberes…”.

Ahora bien, se define política criminal, el conjunto de principios fundados en la investigación científica del delito y de la eficacia de la pena, por medio de los cuales se lucha contra el crimen valiéndose tanto de los medios penales (pena) como de los de carácter asegurativo (medidas de seguridad). Coincidiendo con el término Criminología, que es la ciencia complementaria del Derecho Penal, que tiene por objeto la explicación de la criminalidad y de la conducta delictiva individual, a fin de lograr un mejor entendimiento de la personalidad del delincuente y la adecuada aplicación de una política criminal y de las sanciones penales.

En ese sentido, se hace necesario, sancionar ciudadanos que sean sorprendidos cometiendo las siguientes faltas: arrojar basura, transgresiones a la ley de tránsito y su reglamento, alterar el orden público, obstaculizar vías, actos inmorales en la vía pública, entre otras faltas; por cuanto se evidencia, que referidas actitudes asumidas por personas, es por carencia de valores éticos, no enseñados desde el hogar, ni consolidados en las escuelas; por cuanto se observa, que estamos llegando al punto donde impera la ley del más fuerte y donde la sociedad desconfía y teme a sus autoridades; considerando, que forman al criminal, ya que en muchas oportunidades privan de libertad ilegítimamente a ciudadanos, sólo por el hecho por poseer antecedente penal (delitos famélicos).

Las acciones delictuales en sus diferentes formas, como comportamiento violento, intencionalmente realizado y pluriofensivo, requiere de una mirada sostenida, por parte de la Política Criminal a fin de desarrollar desde este campo de las políticas Públicas, dentro del Estado Social, democrático, de Derecho y de Justicia, un sistema penal capaz de regular todas las expresiones criminógenas que operan, como fuentes de su conformación delictiva; lo que permitiría la generación de su sistema normativo preventivo punitivo e integral especial, con capacidad para actuar sobre la criminalidad y sus agentes con mayor eficacia.

Sin duda alguna, en nuestro país no se ha aplicado

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