The Paradigm Shift

The Paradigm Shift

Hace unos meses, lo que voy a contar me cambió la forma de pensar acerca de la gente que necesita pedir en la calle para poder comer. Verdaderamente esto hizo darme cuenta de lo mal que lo están pasando este colectivo de personas.

En mi barrio hay un McDonalds, al que suelo ir con mis amigos durante los fines de semana, se ha convertido en nuestro lugar de reunión. A éste sitio también suele venir una mujer con unas pintas muy extraña y la ropa desaliñada, la clase de persona que no te pararías a hablar con ella. Esta señora, por llamarle de alguna manera, ya que es madre soltera y sus años no alcanzan los 30, suele pedir dinero a los clientes que frecuentan este sitio, y a veces resulta muy molesto. Esta chica te cuenta una historia que aparentemente es verdad y es muy cameladora, pero cuando escuchas la misma historia todas las semanas te das cuenta de la falsedad de tal historia; y al igual que nosotros, el guardia de seguridad también se conoce la historia, y la chica al guardia, y el solo hecho de ver al guardia acercándose ya es suficiente para que la chica salga del restaurante por donde ha venido.

Esta chica, siempre nos ha dado un poco de asco, y siempre hemos dicho cosas como “el dinero que gana se lo gasta en droga” o “mira que pintas que lleva, no sé cómo la gente puede darla dinero” de las que ahora nos arrepentimos de haberlas dicho. Y en cierto modo lo veo normal, ya que no conocíamos su situación, y solo sabemos de la gente pobre lo que vemos en la televisión o en el periódico, por lo que somos muy ignorantes, y esto me duele reconocerlo.

Una tarde de sábado, cuando iba con mis amigos hablando y riéndonos, vimos a la misma mujer que siempre nos encontramos en el McDonalds, pero esta vez estaba en un parque, y no estaba sola. La mujer estaba dando de comer a su familia con el dinero que ganaba pidiendo, lo que para nosotros era “mentir a la gente”. Verdaderamente nos dimos de la buena fe de la señora, ya que solo trata de mantener a su familia, y que todos podíamos acabar en esa situación. También he de añadir que ninguno de nosotros todavía no hemos nada para ayudar a esta señora, ya que seguimos viéndola en el mismo restaurante todas las semanas y no hemos soltado ni un céntimo para ayudarla. Supongo que para llegar a este punto algo tiene que pasar en nuestras vidas, porque aunque somos conscientes de lo que pasa a nuestro alrededor, nadie hace nada para remediarlo. Cuando uso la palabra “nosotros” no me refiero a mi grupo de amigos, sino a toda sociedad en general, ¿o es que alguno hace lo contrario? La verdad es que es incomprensible observar como el egoísmo de la gente se acabe confundiendo con la ignorancia.

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