Todos Santos, Día de Muertos”

“Todos Santos, Día de Muertos”

“Todos Santos, Día de Muertos”, título del fragmento de un ensayo, contenido en el libro “El laberinto de la soledad”, mismo que retrata en síntesis la comunión que crea el pueblo mexicano en torno a sus festividades cívicas y religiosas, lo cual lo caracteriza en el mundo y tal es el enfoque que imprime en la presente obra su autor Octavio Paz, escritor e intelectual mexicano, ganador del premio nobel de literatura y celebre por su renuncia a la embajada mexicana en la India tras los sucesos ocurridos el 2 de octubre de 1968.

En este ensayo, Paz se recrea haciendo alarde de su dominio del lenguaje y de su estilo y técnica de redacción para literalmente retratar de forma implícita las distintas festividades del calendario cívico-religioso de nuestra nación mexicana, que tienen justificación en la idiosincrasia de una cultura fundida por las tradiciones, creencias y pretextos del mestizaje indígena-español que le ha dado origen, sostén e identidad singular, engalanándola con el despilfarro de toda clase de celebraciones en honor a los héroes que nos han dado patria, pero con mayor fervor a los santos patrones, que elevan nuestra fe y nuestra espiritualidad, ante la pobreza, complejos y vulnerada autoestima de nuestra identidad nacional.

En este ensayo Paz se esfuerza y se desborda por describir el sentido y significado que el mexicano da a sus celebraciones, como el antídoto a sus tristezas y lamentaciones; como el amparado y justificado Grito de Dolores que da a sus protestas; y lo más irónico, como la parte con que honra a esos seres que en vida representan la frustración y el fracaso de las causas por las que nuestros antepasados han luchado y ofrendado la vida, sin que hasta hoy alcancemos la definición certera de ser un país independiente, prospero, justo e igualitario; y lo mismo ocurre en cuanto a la fiesta de los santos, célibes a los que la iglesia ha entronizado en los altares, atribuyéndoles ser hacedores de toda clase de milagros, excepto del de librarnos como pueblo de la marginación, la pobreza e ignorancia que precisamente nos tiene sumidos y catalogados como un país tercermundista, subdesarrollado, cundidos por tres principales enfermedades: la corrupción, la impunidad y la inseguridad.

Tal vez no sean estas ideas expresadas por mí, el enfoque, la directriz o las hipótesis explicitas de este ensayo, como tampoco ha sido exacto su título “Todos Santos, Día de Muertos”, pues es claro que no ha sido tan especifico, sino más amplio, como diversos han sido los conceptos expuestos, esos sí, inspirados por tan rica y detallada descripción intelectual del significado de nuestras festividades mexicanas.              

3. Enlista los principales temas tratados por el autor y menciona cuál te parece más interesante y por qué.

R.

• Las fiestas patronales
• Las fiestas cívicas
• La vida y la muerte
• El derroche presupuestal
• La patria, la divinidad, los amigos y parientes

Al tenor de estar catalogados como como un pueblo fiestero y dicharachero, al que los gobernantes más que con desprendimiento, con alarde de derroche presupuestal, avientan al pueblo sus migajas para que no falte la fiesta anual en cada comunidad, me parece que es la parte que mejor retrata nuestro “valemadrismo” o “importamadrismo”^[1], es decir, la celebración de nuestra apatía ante la impunidad, la desigualdad, la pobreza, la corrupción y la violencia. Considero que entre tanta celebración se disimula, se disfraza, se omite y lo peor, se olvidan estos graves problemas sociales que de siempre han cundido y caracterizado a la nación mexicana.    

...