Trabajo, Consumo Y Nuevos Pobres
Enviado por DoctorDonJohan • 21 de Octubre de 2012 • 389 Palabras (2 Páginas) • 583 Visitas
Hay un punto en la vida de todo ser humano en que se pregunta, ¿por qué he de trabajar como un asno toda mi existencia si con hacerlo sólo una vez puedo vivir perfectamente?
Es posible que el principal problema sea lo que los magnates de personal en las multinacionales, empresas limitadas y pymes llaman “la ética del trabajo”. Un ataque constante a lo que el ser humano más valora: su orgullo y el valor de su trabajo. Un abuso de sus servicios y sus acciones disfrazado de un reto a su capacidad y a su vigor. Una auténtica alienación del trabajo (1) con un trabajador totalmente engañado y con una idolatría absurda a los símbolos del consumismo y a las clases privilegiadas. El ser humano, totalmente enajenado por un circuito eléctrico de medios (2), se convierte en un esclavo regido por estereotipos y obligado a la adquisición de productos por un mensaje incomprensible, insensato, innecesario y muchas veces irracional. ¿Dónde está el alma humana? ¿Dónde está el valor de la existencia individual sobre un mundo masificado, sobre una aldea global? (2) Se hace necesario combatir esa alienación, esa sugestión, esa mano invisible que controla las vidas cual títeres impulsando a un frenesí de consumo. Recuperar el libre albedrío que se nos fue otorgado cuando encontramos la conciencia y la desarrollamos. Para eso se hace necesario hacer que el mundo avance, que encuentre la mano de obra que necesita en un material desprovisto de carbono, que fabrique sus productos por medio de máquinas que resultarían obsoletas en un parpadeo y que requieren del ingenio y la investigación para continuar su avance. Requiere que se haga de la máquina la mano de obra, y del ser humano aquel que la desarrolla y le ayuda a innovar. Sólo así se dará el valor que merece al trabajo humano, a su conciencia maravillosa y a su capacidad de desarrollar un mundo donde la igualdad entre seres humanos no se vea rota por enajenados ni tercerizadores de mano de obra, ni estigmas ni estereotipos, ni mensajes inconclusos ni mentes de una sola idea. Solo entonces, el ser humano ha de recuperar su valor, su alma y su lugar en este mundo.
(1) Marx, K. (1844). Manuscritos económico-filosóficos . Moscú: Editorial Progreso.
(2) McLuhan, M. (1969). El medio es el mensaje. Un inventario de efectos. Buenos Aires: Paidos.
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