UN BUEN DOCENTE

EL BUEN DOCENTE.

Enseñar, implica una gran responsabilidad por lo que se hace y un profundo respeto y afecto por los que se hace, los alumnos; de los que se recibe afecto multiplicado y una inmensa riqueza con una fuerza positiva permanente. Ambos aprenden de sí, por ello se actúa con premura y sin juzgar. Cada día con exacta precisión podemos ofrecer la enseñanza justa de lo que se pretende ser; todo un ético de la profesión.

Un buen docente no es el que se desgarra la garganta enseñando la lección del día; sino el que está comprometido consigo mismo para ofrecer a los demás el servicio humanitario conjugado con todo un buen desempeño profesional dentro y fuera del aula.

Cada día se aprende y cada momento se reflexiona sobre el arte de trabajar con ahínco, comprometiéndose a dar lo mejor de sí para que los resultados sean los mejores y lo recíproco sea la atención del escolapio de la comunidad y para que a la postre sea la sociedad la que te juzgue de ser a cabalidad el tipo de docente que ésta está deseando.

Aspectos valorales que me atrevo a incluir en esta misión para dar un servicio que necesita de tales.

Alegría, Amistad. Bondad, Decencia, Dignidad. Empatía, .Esfuerzo, Felicidad: Fidelidad, Franqueza, Generosidad, Gratitud, Honestidad, Independencia Integridad, Justicia, .Lealtad, Optimismo, Paciencia, Perseverancia, Prudencia, Respeto, Responsabilidad, .Sabiduría, .Sencillez, .Sensibilidad, Servicio, Sinceridad, Solidaridad, Tolerancia, cooperación.

En esta lista de valores que incluyo creo que estoy identificado como ser humano, como hijo, como padre y como prestador de un servicio profesional.

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