UN FUTURO PARA MEXICO

México, su gente y su política conserva la huella del pasado, las crisis económicas más recientes, las movilizaciones sociales, el escándalo político.

México debe romper con su pasado y mirar al futuro, nos dice este ensayo penetrante y provocativo sobre el momento de irresolución que vive el país. Atado a sus mitos, no toma un rumbo claro; joven en su democracia, duda en dar los pasos necesarios. Se agita sin moverse, discute sin decidir. Los problemas están a la vista, y el futuro, más cerca de lo que parece. La disyuntiva es clara: o lo abrazamos con fuerza o iremos hacia atrás

México es preso de su historia. Ideas, sentimientos e intereses heredados le impiden moverse con rapidez al lugar que anhelan sus ciudadanos. La historia acumulada en la cabeza y en los sentimientos de la nación en sus leyes, en sus instituciones, en sus hábitos y fantasías obstruye su camino al futuro. Se ha dicho famosamente que los políticos suelen ser reos de las ideas de algún economista muerto.

La vida pública de México es presa de las decisiones de algunos de sus presidentes muertos: esa herencia política de estatismo y corporativismo que llamamos nacionalismo revolucionario, al que una eficaz pedagogía pública volvió algo parecido a la identidad nacional, bajo el amparo de una sigla mítica el PRI que es a la vez un partido hoy minoritario, y una cultura política mayoritaria.

DESARROLLO

Dentro de las mutaciones de los discursos populistas de la clase política, de las realidades y verdades inocultables, el PRI como heredero de la revolución mexicana ha llevado las riendas del país, transformándose en una lucha por la permanencia en el poder y la creación de un sistema económico basado en modelos que han fracasado en otros lugares del mundo y con recetas de ortodoxia económica que no superan ni la realidad del papel en que se escriben.

México tiene un pasado que lo hace retroceder, un pasado que viene desde la cultura mesoamericana, y de la mala cultura y viciosa de los españoles que colonizaron estas tierras, de la utilización de la religión que se moldeaba a las costumbres y ritos mesoamericanos para poder obligar a los nativos a someterse a aquellos conquistadores. La conquista es la peor herencia que nos ha tocado llevar, es la misma actitud de siempre la que prevalece, las ideas solo se visten de novias blancas y puras para luego dar a saber que son ideas retardadas, retrasadas y rescatadas de la incongruencia nacional.

No hay cambios en la vida política, son los mismos políticos de siempre, podemos observar en algún documental, etc., caras familiares, personajes que actualmente siguen en el mismo ambiente, el pasado es entonces: el presente que no camina hacia delante, solo permanece como recuerdo fotográfico de hace unas cuantas crisis

Romper con el pasado es algo que se debe hacer, las decisiones estratégicas que se mencionan en el ensayo un futuro para México me parecen adecuadas, pero también tenemos en otro lado de estas, que si bien sugieren un cambio gradual, sería bueno tener un cambio radical, que basaría en lo siguiente:

1. Reforma de la constitución en sus artículos obsoletos a una sociedad quimérica

2. Reforma política y electoral, camino bipartidista

3. Reforma fiscal, eliminación de privilegios fiscales

Claramente estas reformas atraerían una gran controversia y oposición, principalmente la fiscal, cabe mencionar que dentro de los países que tienen inversión extranjera México es uno de los que ofrece más exenciones fiscales que otros; al intentar una reforma como esta los empresarios presionarían al gobierno, pero podemos decir que esto abriría las puertas a los mercados externos, a inversiones de extranjeros que hoy no pueden entrar en México por los oligopolios y monopolios que se presentan.

La prosperidad económica no se ha dejado ver desde hace ya tiempo, las tantas reformas que se hacen se hacen para conveniencias gremiales, si bien la economía se globaliza, en México no ha pasado de ser una economía gremial y neofeudalista, los gremios son el verdadero peligro para la nación, uniones estratégicas de sindicatos son un doloroso tumor que hay que desechar, claro que sin olvidar que todos tenemos derechos elementales.

La acelerada tercerización de la economía ha creado una distorsión y es una de las principales consecuencias de depender solo del petróleo y no de producción en general, hemos visto en la historia que la crisis siempre viene por el petróleo, además de los shocks externos, y la dependencia de EEUU.

Depender de los demás es de hecho un problema cultural-social del pasado, el mismo gobierno crea esta dependencia del estado, hoy podemos ver que muchas personas su ingreso depende de su trabajo, pero otros depende del cheque o pago que reciban de los programas para combate a la pobreza, hace a la comunidad incapaz de buscar alternativas laborales para generar su ingreso.

Somos una cultura dependiente de lo demás, somos satélites en vez de ser soles, la falta de una identidad nacional verdadera nos lleva a dudar de quienes somos en realidad, vivimos más al norte de América que del sur, pero con tendencia al centro; y luego nos sentimos muy nacionalistas al repudiar a algún estadounidense cuando nuestra cultura de americaniza cada día más, comemos hamburguesas, tomamos Coca-Cola, dependemos de leche importada, de granos, etc.

La identidad nacional se suprime ante el mercado, si no sabemos quién somos sería mejor suprimirla y encontrarla vía mercado (pero competitivo).Claramente las condiciones de seguridad en el país no son las mejores, la lucha contra el narcotráfico se intensificó, pero también las ejecuciones, esto es una ola de violencia que ahuyenta a la inversión, al turismo, la seguridad misma de los ciudadanos.

Esto es un caos, la corrupción policiaca es evidente, los cuerpos de seguridad no están preparados, pensar en una policía nacional sería bueno, pero tendría que empezarse por fundar escuelas de policía con visones firmes y valores excepcionales, con castigo fuerte a la mala actuación de los mismos.

La sociedad urge a una modificación en el sistema de justicia, claro que la misma sociedad tendría que educarse y cambiar la aptitud, pues en su afán de no-pago, ofrece un si pago a media la mordida, la extorsión.

La educación es el pilar fundamental de la modernidad, encontramos que la formación de capital humano en nuestro país es escaso y algunas veces ineficiente.

Estamos de acuerdo que hay que evaluar a los educadores, hay que seleccionar lo mejor, porque si queremos lo mejor para México, entonces debemos empezar con lo mejor en educación, con personas que tengan iniciativa, y que vean en su trabajo una pasión que lleva a descubrir

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