Un Modelo de Propaganda
Enviado por einnatar • 6 de Marzo de 2013 • Trabajo • 2.080 Palabras (9 Páginas) • 410 Visitas
Capítulo I “Un Modelo de Propaganda”.
Los guardianes de la libertad se centra en el funcionamiento de los medios de comunicación (básicamente, en el ámbito estadounidense, que es el estudiado por los autores), y no en sus efectos. Un funcionamiento que, genera necesariamente un producto comunicativo y una cultura determinada (que, esta vez sí, tendrá influencia sobre el público, más allá del mecanismo de control informativo del que parten), y que es apuntado en el primer párrafo del encabezamiento “Un modelo de propaganda”.
Los medios de comunicación de masas actúan como sistema de transmisión de mensajes y símbolos para el ciudadano medio. Su función es la de divertir, entretener e informar, así como inculcar a los individuos los valores, creencias y códigos de comportamiento que les harán integrarse en las estructuras institucionales de la sociedad. En un mundo en el que la riqueza está concentrada y en el que existen grandes conflictos de intereses de clase, el cumplimiento de tal papel requiere una propaganda sistemática
El modelo de propaganda describe cinco «filtros» que determinan lo que son «noticias»; en otras palabras, lo que es impreso en los periódicos o transmitido por la radio y la televisión. El modelo de Herman y Chomsky también explica cómo la disidencia frente a los medios de comunicación convencionales de masas recibe poco o nada de cobertura, mientras que los gobiernos y el gran capital reciben fácil acceso al público para imponerle sus mensajes estatales-corporativos -por ejemplo, «el libre comercio es beneficioso», «la globalización es incontenible» y «nuestras políticas están tratando de resolver la pobreza». Como anteriormente mencionado “El modelo de propaganda” conformado por cinco filtros los cuales por medio se direccionan las noticias, entendiendo previamente a éstas como “lo que es impreso en los periódicos o transmitido por la radio y la televisión”.
En las democracias capitalistas contemporáneas, la alianza del poder político y el poder económico desliza propaganda de modo más encubierto que en regímenes totalitarios o dictatoriales; la pantalla de dicha propaganda radica en la “libertad” informativa y la “independencia” mediática. Tras las cortinas democráticas, la operativa generalizada de los medios de comunicación más importantes se basa en cinco “filtros”(ya mencionado principalmente), según Chomsky y Herman, que discriminan la información revelable y la que no lo es (discriminan, así, el interés público).
Por mencionar diminutos ejemplos:
1. El primer filtro radica en la “magnitud, propiedad y orientación de los beneficios de los medios de comunicación”; es decir, la configuración empresarial del mercado de los medios. Como consecuencia de la reciente fe neoliberal en el “mecanismo del mercado”, más las desregulaciones y privatizaciones del mundo de la comunicación, el panorama mediático se configura como un ámbito oligopolístico, basado en enormes concentraciones empresariales.
En cualquier caso, esto supone una barrera de entrada muy potente: los medios con escaso poder financiero son barridos o ignorados, y hoy hay que hablar de billones de dólares para poder entrar en el juego de la “libertad” informativa.
Chomsky y Herman registran otros elementos de esta configuración institucional como el gobierno, los grupos de presión, los nexos de las empresas mediáticas con otras industrias y poderes financieros, etc.
2. El segundo filtro se basa en el “beneplácito de la publicidad”. Desde el siglo XIX, la publicidad es el determinante por excelencia de la rentabilidad económica de los periódicos; un hecho que podemos comprobar, un siglo después, trasladado a la saturación publicitaria de la televisión (donde muchos programas, como determinadas teleseries, se hacen para la publicidad). Así exponen Chomsky y Herman esta dictadura secreta del imperativo comercial:
“Con anterioridad al auge de la publicidad, el precio de un periódico debía cubrir todos los costes”
Con el crecimiento de ésta, los periódicos que atraían anuncios podían permitirse un precio por ejemplar muy por debajo de los costes de producción. Ello representó una seria desventaja para los periódicos que carecían de anuncios: sus precios tendían a aumentar, reduciendo sus ventas y dejándoles un menor provecho para invertir y mejorar sus posibilidades de promoción. Por esta razón, un sistema basado en la publicidad llevaba a la disolución o a la marginación de las empresas y los géneros de comunicación que dependían exclusivamente de los beneficios obtenidos por las ventas. Con la publicidad, el mercado libre no ofrece un sistema neutral en el que finalmente decide el comprador. Las elecciones de los anunciantes son las que influyen en la prosperidad y la supervivencia de los medios.
La publicidad, además de constituir un modo indirecto de censura, ha provocado la obsesión por las audiencias, que tan nefastos resultados culturales genera en la televisión actual.
El reino del entretenimiento fácil y de todo aquello que sea comercial, vendible, alejado de profundidades abstrusas y visiones críticas molestas. Los anunciantes,suelen apoyar programas que concuerden ideológicamente con ellos (a saber, contenidos que no osen poner en tela de juicio la ideología corporativa dominante): “Las grandes empresas que se anuncian en la televisión”, dicen los autores, “raramente patrocinarán programas que aborden serias críticas a las actividades empresariales”
Se habla en el texto sobre las abundantes ilusiones necesarias, Chomsky cita al Economist londinense, el cual destaca que las “estaciones” y los “canales” han aprendido a llevarse bien con “las simpatías más delicadas de las grandes empresas”, y bien, como es el caso simplemente: si alguna información (especialmente antiempresarial) agrede a los anunciantes, la información desaparece como se puede destacar en la actualidad y la mayoría de los casos.
3. El tercer filtro se basa en el abastecimiento de noticias a los medios de comunicación. Originalmente, el modelo de propaganda funciona mediante la información generada por el gobierno, las administraciones públicas, las instituciones burocráticas y las corporaciones (de hecho, la clase empresarial es la única que puede producir información y propaganda al mismo nivel que el estado, y se plasma en sus enormes inversiones en publicidad política y relaciones públicas). La información que reciben los periodistas está cuidadosamente preparada por las burocracias o las empresas, con el fin de “facilitarles” el trabajo, sin contar con las frecuentes subvenciones económicas que reciben los medios. Resultado: información frecuentemente acrítica, y lógicamente al servicio
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