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Un anillo para gobernarlos a todos


Enviado por   •  9 de Septiembre de 2021  •  Biografía  •  12.455 Palabras (50 Páginas)  •  112 Visitas

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¿Un anillo para gobernarlos a todos?: la diversidad de enfoques

sobre la economía

Contrariamente a lo que muchos economistas querrían hacernos creer, no

existe un solo tipo de economía, la economía neoclásica. En este capítulo

presentaré a los lectores no menos de nueve tipos diferentes o escuelas, como

suele llamárselas(21).

Aunque estas escuelas no son enemigas irreconciliables —las fronteras

que las separan son en realidad difusas[1]—, es importante reconocer que

existen maneras distintas de conceptualizar y explicar la economía o de

«hacer» economía, si al lector le parece mejor. Y ninguna de estas escuelas

puede proclamarse superior a las otras, ni mucho menos pretender el

monopolio de la verdad.

Una razón es la naturaleza misma de la teoría. Todas las teorías, incluidas

las ciencias naturales como la física, necesariamente implican abstracción, y

por lo tanto no pueden captar todos y cada uno de los aspectos que constituyen

la complejidad del mundo real[2]. Esto quiere decir que ninguna teoría sirve

para explicarlo todo. Cada una posee fortalezas y flaquezas particulares según

qué aspectos ilumine y cuáles ignore, cómo conceptualice las cosas y cómo

analice las relaciones entre ellas. No existe una teoría única que pueda

explicarlo todo mejor que las otras; o «un anillo para gobernarlos a todos»[3],

si es usted un fan de El señor de los anillos.

A esto se suma el hecho de que, a diferencia de las cosas que estudian los

científicos naturales, los seres humanos poseen imaginación y voluntad propia.

No se limitan a responder a condiciones externas. Intentan —y a menudo lo

consiguen— modificar esas condiciones imaginando una utopía, persuadiendo

a otros y organizando de otro modo la sociedad; en las elocuentes palabras de

Karl Marx: «Los hombres hacen su propia historia»(22). Cualquier disciplina

que estudie a los seres humanos, incluida la economía, debe ser humilde

respecto de sus poderes predictivos.

Además, a diferencia de las ciencias naturales, la economía implica

juicios de valor, aunque muchos economistas neoclásicos le dirán que ellos

practican una ciencia libre de valores. Como demostraré en los próximos

capítulos, bajo los conceptos técnicos y los números fríos subyacen toda clase

de juicios de valor: qué es una buena vida, cómo deben tratarse las posturas

minoritarias, cómo habría que definir las mejoras sociales, cuáles son las

maneras moralmente aceptables de alcanzar el «bien mayor»,

independientemente de cómo se lo defina[4]. Aunque una teoría quizá sea más

«correcta» desde algún punto de vista político o ético, puede no serlo desde

otro.

¿Un buen cóctel o todas las botellas de la estantería?: cómo leer

este capítulo

Si bien existen buenas razones para que el lector conozca las diferentes

escuelas económicas, soy consciente de que la propuesta repentina de probar

nueve sabores diferentes de helado cuando uno pensaba que solo existía el de

vainilla puede resultar un tanto abrumadora.

Aunque simplifico bastante las cosas, los lectores no obstante podrían

pensar que todo esto es demasiado complicado. Para ayudarlos, presento cada

escuela con una frase concisa y explicativa a manera de prefacio. Estos

prefacios son demasiado simplistas, por supuesto, pero al menos los ayudarán

a superar el temor inicial de estar internándose en una ciudad desconocida sin

un mapa o, mejor dicho, sin un smartphone.

Ingredientes: A, Co, C, D, I, K, M, N y S

o

austríaca, conductista, clásica, desarrollista, institucionalista, keynesiana, marxista, neoclásica y

schumpeteriana

Si desean conocer opiniones divergentes sobre la

viabilidad del capitalismo, beban CMSI.

Si buscan una buena manera de defender el libre

mercado, beban CAN.

Para descubrir diferentes maneras de

conceptualizar lo individual, beban NACo.

Si quieren saber por qué a veces es necesaria la

intervención estatal, beban, NDK.

Si quieren conocer teorías sobre los grupos,

especialmente sobre las clases, beban CMKI.

Para aprender que la economía es mucho más que

los mercados, beban MICo.

Para comprender los sistemas económicos en su

conjunto en vez de limitarse a sus componentes,

beban MDKI.

Para comprender el desarrollo de las tecnologías y

el aumento de la productividad, beban CMDS.

Si desean estudiar la interacción de los individuos y

la sociedad, beban ANICo.

Si quieren averiguar por qué existen las

corporaciones y cómo funcionan, beban SICo.

Para debates sobre desempleo y recesión, beban

CK.

Advertencia sanitaria: la ingesta de un solo ingrediente puede causar visión

de túnel, arrogancia y, muy probablemente, muerte cerebral.

Ahora bien, incluso los lectores dispuestos a conocer más de una escuela

pueden pensar que nueve son demasiadas. Estoy de acuerdo. En el cuadro

anterior presento varios «cócteles», compuestos por entre dos y cuatro

escuelas diferentes, sobre algunos temas particulares. Algunos de esos

cócteles, como el CMSI o el CK, son como un bloody mary con mucha salsa

Tabasco. Otros, como el MDKI o el CMDS, ofrecen una miríada de sabores

complementarios.

Albergo la esperanza de que, tras saborear un par de esos cócteles, el

lector sienta el deseo de probar todas las botellas del estante. Y, aunque no

desee probarlos todos, saborear uno o dos bastará para mostrarle que hay más

de una manera de «hacer» economía.

La escuela clásica

Síntesis: Mediante la competencia, el mercado mantiene a todos los

productores en estado de alerta para que no interfieran con él.

La escuela neoclásica domina la escena económica actual. Como ya habrán

...

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