Un anillo para gobernarlos a todos
Enviado por Luisferoz • 9 de Septiembre de 2021 • Biografía • 12.455 Palabras (50 Páginas) • 115 Visitas
¿Un anillo para gobernarlos a todos?: la diversidad de enfoques
sobre la economía
Contrariamente a lo que muchos economistas querrían hacernos creer, no
existe un solo tipo de economía, la economía neoclásica. En este capítulo
presentaré a los lectores no menos de nueve tipos diferentes o escuelas, como
suele llamárselas(21).
Aunque estas escuelas no son enemigas irreconciliables —las fronteras
que las separan son en realidad difusas[1]—, es importante reconocer que
existen maneras distintas de conceptualizar y explicar la economía o de
«hacer» economía, si al lector le parece mejor. Y ninguna de estas escuelas
puede proclamarse superior a las otras, ni mucho menos pretender el
monopolio de la verdad.
Una razón es la naturaleza misma de la teoría. Todas las teorías, incluidas
las ciencias naturales como la física, necesariamente implican abstracción, y
por lo tanto no pueden captar todos y cada uno de los aspectos que constituyen
la complejidad del mundo real[2]. Esto quiere decir que ninguna teoría sirve
para explicarlo todo. Cada una posee fortalezas y flaquezas particulares según
qué aspectos ilumine y cuáles ignore, cómo conceptualice las cosas y cómo
analice las relaciones entre ellas. No existe una teoría única que pueda
explicarlo todo mejor que las otras; o «un anillo para gobernarlos a todos»[3],
si es usted un fan de El señor de los anillos.
A esto se suma el hecho de que, a diferencia de las cosas que estudian los
científicos naturales, los seres humanos poseen imaginación y voluntad propia.
No se limitan a responder a condiciones externas. Intentan —y a menudo lo
consiguen— modificar esas condiciones imaginando una utopía, persuadiendo
a otros y organizando de otro modo la sociedad; en las elocuentes palabras de
Karl Marx: «Los hombres hacen su propia historia»(22). Cualquier disciplina
que estudie a los seres humanos, incluida la economía, debe ser humilde
respecto de sus poderes predictivos.
Además, a diferencia de las ciencias naturales, la economía implica
juicios de valor, aunque muchos economistas neoclásicos le dirán que ellos
practican una ciencia libre de valores. Como demostraré en los próximos
capítulos, bajo los conceptos técnicos y los números fríos subyacen toda clase
de juicios de valor: qué es una buena vida, cómo deben tratarse las posturas
minoritarias, cómo habría que definir las mejoras sociales, cuáles son las
maneras moralmente aceptables de alcanzar el «bien mayor»,
independientemente de cómo se lo defina[4]. Aunque una teoría quizá sea más
«correcta» desde algún punto de vista político o ético, puede no serlo desde
otro.
¿Un buen cóctel o todas las botellas de la estantería?: cómo leer
este capítulo
Si bien existen buenas razones para que el lector conozca las diferentes
escuelas económicas, soy consciente de que la propuesta repentina de probar
nueve sabores diferentes de helado cuando uno pensaba que solo existía el de
vainilla puede resultar un tanto abrumadora.
Aunque simplifico bastante las cosas, los lectores no obstante podrían
pensar que todo esto es demasiado complicado. Para ayudarlos, presento cada
escuela con una frase concisa y explicativa a manera de prefacio. Estos
prefacios son demasiado simplistas, por supuesto, pero al menos los ayudarán
a superar el temor inicial de estar internándose en una ciudad desconocida sin
un mapa o, mejor dicho, sin un smartphone.
Ingredientes: A, Co, C, D, I, K, M, N y S
o
austríaca, conductista, clásica, desarrollista, institucionalista, keynesiana, marxista, neoclásica y
schumpeteriana
Si desean conocer opiniones divergentes sobre la
viabilidad del capitalismo, beban CMSI.
Si buscan una buena manera de defender el libre
mercado, beban CAN.
Para descubrir diferentes maneras de
conceptualizar lo individual, beban NACo.
Si quieren saber por qué a veces es necesaria la
intervención estatal, beban, NDK.
Si quieren conocer teorías sobre los grupos,
especialmente sobre las clases, beban CMKI.
Para aprender que la economía es mucho más que
los mercados, beban MICo.
Para comprender los sistemas económicos en su
conjunto en vez de limitarse a sus componentes,
beban MDKI.
Para comprender el desarrollo de las tecnologías y
el aumento de la productividad, beban CMDS.
Si desean estudiar la interacción de los individuos y
la sociedad, beban ANICo.
Si quieren averiguar por qué existen las
corporaciones y cómo funcionan, beban SICo.
Para debates sobre desempleo y recesión, beban
CK.
Advertencia sanitaria: la ingesta de un solo ingrediente puede causar visión
de túnel, arrogancia y, muy probablemente, muerte cerebral.
Ahora bien, incluso los lectores dispuestos a conocer más de una escuela
pueden pensar que nueve son demasiadas. Estoy de acuerdo. En el cuadro
anterior presento varios «cócteles», compuestos por entre dos y cuatro
escuelas diferentes, sobre algunos temas particulares. Algunos de esos
cócteles, como el CMSI o el CK, son como un bloody mary con mucha salsa
Tabasco. Otros, como el MDKI o el CMDS, ofrecen una miríada de sabores
complementarios.
Albergo la esperanza de que, tras saborear un par de esos cócteles, el
lector sienta el deseo de probar todas las botellas del estante. Y, aunque no
desee probarlos todos, saborear uno o dos bastará para mostrarle que hay más
de una manera de «hacer» economía.
La escuela clásica
Síntesis: Mediante la competencia, el mercado mantiene a todos los
productores en estado de alerta para que no interfieran con él.
La escuela neoclásica domina la escena económica actual. Como ya habrán
...