Un día cualquiera en Venezuela

UN DÍA CUALQUIERA EN VENEZUELA: el criollo ..... Al venezolano se le fue el agua. Piensa: bueno carguemos agua todo el día y compremos un botellón de agua mineral para beber mientras llega. Cuando va a la bodega el botellón está tres veces más caro que la última vez. Sorprendido se dice: Tocara hervir un poco de la que busquemos para tomar. Hierbe las primeras ollas de agua y le da para ese día dormir tranquilo. Al día siguiente no tiene gas. Y el cilindro que llevó a la bodega no le ha llegado. El ticket de su bombona dice que es el número 60 y decide preguntar por dónde va la entrega. La encargada mira su ticket y se ríe... luego le dice que apenas van por el 20 porque hay retraso en la entrega. Conociendo como es todo, no le sorprende la respuesta en realidad. De hecho ya ha pensado en la opción B para poder cocinar ese día y decide sacar la cocinita eléctrica que tenía para estos casos de emergencia. Contento llega a la casa, y para montar la cocinita tiene que hacerle varios ajustes. Respira hondo y luego de varios chispazos comienza a calentar. Como todo venezolano mesmo monta su arroz y sus lentejas. Ya casi está listo y mientras se cocina eso se va a refrescar, se va a quitar todo el sudor y todo ese sucio acumulado por tanto caminar ese día para resolver. Rápido se da cuenta que solo tiene una taparita de agua para lograr quedar limpio. Que locura!! Respira hondo y agradece que por lo menos tiene algo de agua. Sale de ese baño de vaquero conteniendo la ira porque sabe que puede agarrarla con el primero que se le atraviese. Piensa: Bueno vamos a comer y a relajarnos porque no vale la pena. Apaga el arroz porque está listo y revisa las lentejas que le faltan poco. Se vas a vestir y nota la ropa sucia que se acumula. Decide no pensar en eso, porque todavía le queda ropa limpia que ponerse. Está buscando su ropa interior y lo que se pondrá y justo en ese momento se va la Luz. En ese momento por lo menos un golpe le mete al escaparate para desfogar la impotencia. Se viste rápidamente porque sabe que el problema eléctrico en Venezuela es pá rato. Manda a uno de los suyos que revise las lentejas y que le eche sal así mismo como estén porque no hay de otra. Mientras que él hace un mechero de esos que vio por Internet. Con la poquita luz que le queda de la batería del telefonito, logra agarrar su frasco, su aceite y su mecha y listo, ya puede ver y está preparado para cenar por fin con los suyos. Agarran su arroz y sus lentejas a medio cocinar y por fin se sientan juntos en paz a comer tranquilos. Cuando prueba las lentejas, no lo puede creer. Le echaron azúcar en vez de sal. ¡¡No lo puede creer!! Pero a pesar de todo esto, el venezolano termina riéndose junto a su familia de todo esto que les esta pasando. Terminan de comer, la luz nunca llega, conversan de como harán para el siguiente día cocinar y saben que les tocará recoger leña desde temprano. Solo desean que ese día se acabe y se acuestan temprano

...