Una Reconstrucción Lejos De La Dominación

Una reconstrucción lejos de la dominación

La reconstrucción de la memoria que se hace después de la conquista un pueblo es de por si injusta, debido a que la dominación impide ser el protagonista de la propia historia.

Sometido a una violencia epistémica[i] el dominado o el subalterno, como lo señala la pensadora India Spivak se encuentra marginado y más aún invisible. Ya que éste es excluido de todo un proceso de construcción de nación, delegando esta tarea en nuestro caso a los cronistas letrados, nuestros colonialistas.

Quienes asumieron nuestra representación por su carácter letrado de intelectual de primer mundo, eliminando la capacidad el discurso de auto representación que posee el colonizado, o salvaje.

Sin embargo como el ejemplo de la Sati de la India, casos como los suicidios colectivos de más de 500 indios Pijaos, demuestran la trascendencia en su discurso a través de la lectura de su cuerpo que representa la acción misma del suicidio.

Al traer a colación términos como el de opacidad y relevancia que maneja Juan Luis Pintos[ii], encontramos que el discurso de los colonizadores, se presenta en la opacidad a muchos de los grupos que no eran dominantes.

De esta manera deben surgir la contra-historia, que es contraria a aquella que en la narrativa dominante se hace mostrar como el sujeto soberano en todas las historias, para dejar en claro su primacía, su linaje, por encima de la demografía indígena.

Lo que se debe lograr es invertir el esquema del dominador, y reconocer el discurso del otro para levantar uno nuevo como acto creativo, y de inclusión del espacio de quien la historia ha eliminado.

Promover la lectura de la versión de aquellos actores, que por su condición relegada no podían construir historia.

Un ejemplo claro de esto se dio más o menos desde 1827 en Colombia ya que por parte de nuestros libertadores, se gestó la propuesta de que el congreso aprobara una ley que pretendía el olvido perpetuo de lo acontecido hasta esta fecha, para la construcción de la nación Colombiana.

No debemos dejarnos envolver por el silencio que produce el olvido, al destruir las huellas de un pasado, lleno de ruidos que conducen a la memoria a la acción que no nos permite el perpetuo olvido.

Referente a esto el historiador Raúl Martínez Cleves[iii], hace una relación con el libro de Julio Cortázar, historias de Cronopios y famas, y el cuento relojes, en el que compara la memoria y el olvido con los relojes que el autor expone el del cronopio y la fama……

“El reloj de la fama no sirve para otra cosa distinta que la de mantener el orden, producto de la datación exacta del tiempo, de dársele cuerda con mayor eficacia, sin que para ello exista un camino sin caminar,”

Además

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