Una excursión llena de diversión

Una excursión llena de diversión.

Siempre me ha gustado fotografiar paisajes. En esta ocasión, junto con mi equipo de trabajo, decidimos dirigirnos hacía las montañas. Un lugar donde sabíamos existirían las más hermosas flores, así como también diversas especies animales. Sabía que seguramente me enamoraría del lugar que por primera vez visitaba y, en efecto, así fue. No podía dejar de pensar en lo preciosa y mágica que era la naturaleza.

Luego de horas caminando entre los árboles y abriéndonos paso entre la vegetación del bosque, me llamó la atención el sonido del agua cayendo con fuerza a lo lejos. Como líder del equipo, les pedí que me siguieran. Iba con dirección hacía esa cascada que me imaginaba, siguiendo mi intuición sobre qué camino debía tomar. Finalmente, tras un recorrido de unos pocos minutos llegué a lo que pensé debía ser la octava maravilla del mundo. El paisaje era colorido y radiante, un arte verdadero.

Tal como lo pensé era una hermosa cascada, rodeada de árboles cuyas hojas eran de diversos tonos, predominaba el color rojizo y el naranja, que hacían un notable contraste con el verde del pasto que cubría la montaña. Respiré profundamente, llenando de aire mis pulmones. Acaricié la cámara que tenía entre mis manos, a la que consideraba como un valioso tesoro. Y mientras me dedicaba a fotografiar el hermoso paisaje frente a mis ojos, un delicioso olor a galletas de vainilla me invadió. Era mi amigo Simón que comía sentado debajo de un árbol, muy gustoso.

...