Unidad De Personalidad

Jeremy y su mujer empezaron terapia, en parte, porque a Jeremy le parecía que ella no lo apreciaba ni lo quería. Sus sentimientos negativos se habían intensificado desde que nació su primer hijo y empezó a reclamar la mayor parte de atención de la madre. Al preguntarle si antes se había sentido así alguna vez, Jeremy recordó que muchas veces había tenido la sensación que sus padres querían más a su hermanito Wylie que a él. Nunca les había dicho nada, pero muchas veces se había mostrado silencioso y hosco en su casa, lo mismo que hacía ahora con su mujer.

Al pedirle un ejemplo concreto de cómo sus padres habían favorecido a Wylie, contó que cuando era pequeño lo enviaron interno a un colegio. Odió el colegio, allí se sentía desdichado, asustado y echaba de menos su casa. Al año siguiente enviaron a Wylie también interno y le ocurrió lo mismo, pero Wylie llamó inmediatamente a sus padres para decirles que quería que lo llevasen a casa. Los padres acudieron al colegio a verlo y a darle ánimos. Esto sucedió varias veces durante el año escolar, y Jeremy se sintió herido porque sus padres se preocupaban por Wylie, e interpretó la situación como que a Wylie lo querían más.

No mucho tiempo después de que Jeremy hubiera contado su historia, sus padres vinieron de Inglaterra a visitarlo y el terapeuta le pidió que los invitara a una sesión. En ella el terapeuta preguntó como había sido su experiencia con sus dos hijos. Ambos hablaron de cuánto más responsable y competente era Jeremy que su hermano menor. Dijeron que Wylie siempre había sido un problema para ellos pero que con Jeremy se podía contar. Al pedirles un ejemplo, espontáneamente relataron la experiencia del internado. Jamás habían tenido ningún problema con Jeremy, que se adaptó fácilmente a la situación; en cambio Wylie se quejaba constantemente y ellos tenían que ir a verlo para ayudarle a superar los problemas. Procuraron ser comprensivos, pero en su fuero interno deseaban que su hijo menor fuera capaz de controlar la situación como Jeremy. Y añadieron que de mayor, Wylie seguía acudiendo a ellos con sus problemas, en busca de ayuda.

A Jeremy se le llenaron los ojos de lágrimas al oír esta versión de la historia. El nunca la había visto desde ese ángulo. Cuando le contó a su padre que durante el primer año se había sentido tan mal como Wylie, el padre dijo que jamás lo había imaginado. Ahí se empezó a aclarar que creía que la gente que lo quería, tenía que saber, sin que él lo dijera, cómo se sentía y qué necesitaba. El jamás había dicho lo que quería, se había limitado a mostrarse hosco..

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