Vivienda Regionalizada, alternativa de sustentabilidad
Enviado por arqtero • 16 de Julio de 2017 • Ensayo • 2.378 Palabras (10 Páginas) • 217 Visitas
Revista Vivienda Infonavit.
Publicación del Centro de Investigación para el Desarrollo Sostenible (CIDS).
M. E. y Arq. Andrés Antonio Tépach Rodríguez.
Autor.
Vivienda Regionalizada, alternativa de sustentabilidad.
Tema.
Universidad Madero Campus Papaloapan.
Instituto.
Resumen.
En el desarrollo de esta investigación, encontrará una descripción breve de la manera en que se llega a difundir, una tipología de vivienda, que en algunos casos es rebasada por las necesidades o exigencias personales del usuario, su familia, la ciudad y su funcionalidad energética. Un efímero relato, pero apropiado acerca del proceso histórico de la adopción de tipologías específicas, que no siempre obedecen al impulso cultural, al establecimiento de identidad nacional, la creación de diálogos urbanos coordinados, entre la ciudad y el nuevo asentamiento.
La aplicación de modelos de vivienda, homogenizando la misma tipología en todas las regiones del país, nace como una respuesta a la necesidad de cubrir la demanda, de los trabajadores o derecho habientes, que se ven forzados de brindar a sus familias y a ellos mismos la seguridad de un hogar o un patrimonio familiar.
Las tipologías adoptadas, herencias de corrientes arquitectónicas internacionales, responden en un inicio, bajo una inclinación racional e industrializada, a la exigencia de un gobierno post revolucionario, que busca dar respuesta inmediata, a las demandas sociales, a las promesas de la revolución de equidad e igualdad, de progreso para las masas.
Bajo el proceso de industrialización del país, se fomenta la migración de los pobladores de las zonas rurales a las manchas urbanas, bajo la ilusión de una mejor calidad de vida y de oportunidades laborales. De esta manera promovida por arquitectos reconocidos como Mario Pani, Félix Tena, Antonio Serrato, Manuel Chacón, Juan O´Gorman, entre otros se da inicio a la teoría y conceptualización de cuál sería la mejor manera de abordar la vivienda social.
A más de un siglo, de superada la revolución, sigue experimentándose, la necesidad de una vivienda digna a los trabajadores, sumado a esto, encontramos nuevos paradigmas de sustentabilidad, hacinamiento, identidad, cohesión social, respeto al entorno urbano, ecológico, entre otros, que nos hacen evaluar y replantear los modelos existentes.
Entendemos a nuestro país como un mapa poli cultural, lleno de biodiversidad, rico en cada una de sus regiones de diferentes valores, que le dan identidad, forma y presencia, es imposible ignorar todos estos factores, en el momento de proponer nuevas propuestas arquitectónicas, que lo consideren en su concepción.
Regionalizar la vivienda, es una opción para establecer nuevos lenguajes, entre la vivienda, su entorno y el mismo usuario, permitiendo una nueva alternativa de sustentabilidad, adaptada al sitio, dócil con el medio ambiente, respetando procesos de diseño, constructivos, uso de materiales locales y fortalecimiento de identidad cultural para la cohesión y participación ciudadana. Con la regionalización de la vivienda, no se pretende crear un abanico de opciones, sino vincular el compromiso social de las instituciones y sectores de la construcción con la sociedad, desarrollar propuestas inteligentes, capaces de crear y tomar identidad del entorno, mejorar su eficiencia energética e integración con el medio regional y urbano.
Vivienda Regionalizada, alternativa de sustentabilidad.
Después de ser escenario de las dos contiendas mundiales bélicas en un corto periodo de tiempo, los países europeos, se dan a la tarea de reconstruir sus naciones, ante esto la eminente necesidad de proveer a sus ciudadanos de un espacio donde habitar; frente a esta situación llevan a nuevas tipologías de vivienda, marcadas por estereotipos y procesos racionales e industrializados. Mientras eso sucedía en el viejo continente, en nuestro país empujado por el pensamiento post revolucionario, los gobiernos aun motivados por la ideología de progreso e igualdad, promueven el desarrollo de la vivienda social, frente a la eminente problemática del crecimiento de las ciudades, sobre todo de la capital del país. La migración continua de los habitantes del campo a las urbes, la industrialización, y el crecimiento económico; Ayala A. Enrique y Álvarez, G. (2013), menciona que fue en 1925 cuando por medio de la Dirección de Pensiones Civiles, se inició el financiamiento habitacional mediante diversas modalidades, como respuesta a esta problemática.
En el proceso de diseño y adecuación de la nueva tipología de vivienda, al modelo de vida y cultura nacional, se atravesaron diferentes propuestas para el diseño y desarrollo del estereotipo de la casa generada para grupos que carecían de recursos y servicios, en el cual participaron arquitectos como Mario Pani, Félix Tena, Antonio Serrato, Manuel Chacón, entre otros, en los cuales destaca el discurso social de Juan O´Gorman, sus propuestas de vivienda, establecer la eliminación del apoyo en la tradición y sus planteamientos le permitieron coordinar un método de diseño que excluye las soluciones de diseño tradicionalmente aceptadas. México no fue la excepción, de los modelos europeos en apogeo, se adoptaron esquemas conceptualizados en la carta de Atenas emanada del IV Congreso Internacional de Arquitectura Moderna de 1933, (Kochen, 2016).
En 1972 con la creación de Instituto Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT), toma su lugar en la continuidad al desarrollo, financiamiento y construcción de viviendas para un sector determinado de la sociedad, Kochen J. (2016), comenta que entre 1925 y 1960 ya se habían construido 70 mil viviendas de este tipo. A lo largo de esta etapa se establecieron patrones y tipologías que fueron aplicados e incrustados en el desarrollo urbano, cultural e imagen de la ciudad.
En Latinoamérica 72 de cada 100 habitantes viven en las ciudades, y en algunos países llega a 85 por cada 100 (Jakob, 1994). La población total de América Latina y el Caribe en 2005 sumaba 561 millones de habitantes, de los cuales, 434 millones vivían en zonas urbanas (77,36%). (Jordán y Martínez, 2009)
El problema de la vivienda en México no es un tema de uso exclusivo de la capital del país, en el proceso de desarrollo económico, industrial y demográfico, se incrementa el número de habitantes en todas las ciudades importantes, demandando el uso de servicios y de vivienda. Se adoptan modelos ya establecidos, bajo procesos de industrialización, racionalidad y espacios mínimos, que la clase obrera demandante puede adquirir. Son una respuesta necesaria, para permitir un espacio digno a un sector determinado del país, en ese proceso nacen con ello problemas de descentralización de la mancha urbana, incremento en el uso, de transporte y servicios básicos (agua, drenaje, luz y gas), incrementando la demanda energética por vivienda.
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