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Y DE ALCATRACES YA NI HABLAMOS


Enviado por   •  22 de Agosto de 2011  •  389 Palabras (2 Páginas)  •  1.391 Visitas

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“Y… ¿DE ALCATRACES YA NI HABLAMOS?”

Por Rafael Ramírez

Por ahí dicen que soñar o incluso regalar alcatraces blancos, significa amabilidad, compasión, sensibilidad, placer, belleza, perfección, espiritualidad, amor y hasta ganancias; en fin, el hedonismo puro. En nuestra cultura mexicana, también representan uno de los múltiples elementos que evocan nuestras raíces, (como el maíz, la religión, los ex–votos, la indumentaria típica, etc.), ellos manifiestan la riqueza artística de nuestro país, es difícil pensar en “la casa azul” de Frida Kahlo sin traer a la mente la imagen de un jardín que contiene éstas hermosas flores blancas de hojas perennes, no podemos hablar tampoco de Diego Rivera y sus obras, sin recordar de inmediato a las plantas y flores pertenecientes al grupo de “Zantedeschia Aethiopica” (nombre científico del alcatraz).

La mayoría de las personas, acostumbran regalar las típicas rosas, para manifestar un sentimiento o intención a la persona que las recibe, pero son pocos los que conocen e incluso regalan alcatraces para el mismo fin. Estimado lector, te comento que son mis flores favoritas, por ello, en el artículo de hoy vamos a reflexionar sobre las relaciones y los alcatraces.

Supongo que cuando muchos de nosotros comenzamos una relación, cuando festejamos un aniversario de pareja, cuando enfermamos, cumplimos años, o cuando nos sorprenden con un obsequio especial, siempre es muy lindo recibir flores y nos genera un gusto enorme (no obstante existen también personas que detestan éste tipo de detalles, aunque son los menos); incluso algunos, guardamos al interior de las páginas de libros o revistas, hojas o flores para que se deshidraten y mantenerlas en el presente de nuestra vida, por una causa especial, positiva o negativa. Al igual que la música, las flores siempre forman parte de las “atmósferas” de nuestro diario andar, para bien o para mal, ¿quién recuerda un diez de mayo sin flores?, ¿un velorio sin arreglos florales?, ¿una fiesta sin centros de mesa conteniendo dicho elemento?, ¿qué me dices de las bodas, bautizos, graduaciones, eventos familiares, religiosos o hasta profesionales? bueno, ¿quién no piensa en la periodista Lolita Ayala, sin recordar sus conclusiones tomando entre sus manos una flor?, ¿apuesto que nunca te habías tomado el tiempo para analizar lo profundo de la presencia de éstos elementos en nuestra cotidianidad?, incluso de manera virtual, encontramos los abrazos, los besos, y ¿adivina qué? pues también las flores, interesante ¿cierto?.

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