¡YA SOY LICENCIADO EN DERECHO! ¿Y AHORA QUÉ HAGO? (Tal vez una alerta a tiempo)
Enviado por Miguel Enrique Alvarado Zetina • 14 de Noviembre de 2017 • Apuntes • 2.647 Palabras (11 Páginas) • 311 Visitas
¡YA SOY LICENCIADO EN DERECHO! ¿Y AHORA QUÉ HAGO?
(Tal vez una alerta a tiempo)
Miguel Alvarado*
Resumen:
En estas líneas se presenta una visión, (seguramente muy particular y subjetiva), del estudiante y del recién egresado promedio de la carrera de derecho, que le permitirá al lector, estudiante o no, apreciar los alcances que tiene el estudiar y el aprender, en el poco tiempo que dura su formación universitaria de licenciatura, así mismo se pondrá especial atención a lo que se enfrenta, (o debería enfrentarse), un licenciado en Derecho recién titulado, sin dejar fuera el origen de dicha problemática que es el tiempo de estudiante.
Introducción.-
Ante las recientes transformaciones jurídicas de los últimos años, (reformas en materia de derechos humanos, amparo, juicios orales en materia penal, energética, laboral, etcétera), se hace necesaria una trasformación del profesionista del derecho por lo menos en cuanto hace a la manera de estudiar, interpretar, argumentar y resolver problemas legales, y cobra mayor interés el ejercicio de la profesión, puesto que se transformó sistemáticamente el sistema jurídico mexicano y esto obliga al profesional del derecho a una necesaria y evidente transformación, pero, esta transformación no se da de la noche a la mañana, (pocos profesionistas somos tan reacios al cambio como los abogados, nos encanta el status quo), sin embargo aunque el cambio es gradual, si debe darse y lo refiero como una obligación no como opción, esto es así en virtud de que el profesionista del derecho que desatienda tal cosa, y parafraseando al prestigioso abogado y profesor uruguayo, considerado el procesalista más influyente del Derecho Continental en el siglo XX, Eduardo J. Couture, en la primera de sus máximas del decálogo del bogado que reza: “…Estudia. El Derecho se transforma constantemente. Si no sigues sus pasos serán cada día un poco menos Abogado…”, y ese precisamente el riesgo que se corre.
Y es así como la propuesta en esta ocasión no es solamente cambiar el paradigma que el abogado sigue y ha seguido siempre, sino que debemos retrotraernos a quienes no son abogados, pero que están o estarán en vías de serlo, y enfoco en especial mi tema a quien recientemente terminó su preparación profesional de licenciatura y hoy se encuentra frente a un mercado laboral para el que tal vez y solo tal vez, pudiera apreciar que no está preparado.
1.1.- El estudiante de Derecho.-
Usted que aspira a estudiar la licenciatura en Derecho, Usted que la estudia, me parece que por principio de cuentas debes tener en consideración algunos datos, por ejemplo; el Dr. Miguel Carbonell, en su artículo; ¿Cómo mejorar la abogacía?, publicado en el periódico El Universal con fecha 28 de Abril del 2015, nos comparte la siguiente información: “… Hay en México casi 300 mil estudiantes de derecho, distribuidos en poco menos de 2 mil instituciones públicas y privadas que ofrecen estudios de licenciatura y posgrado para quienes desean formarse en los conocimientos jurídicos. …” “… Se calcula que más de medio millón de egresados de la carrera de derecho ejercen actualmente la profesión en nuestro país, es decir, tenemos a un abogado por cada 220 personas que viven en el territorio nacional aproximadamente. …”, estos datos le permiten al lector observar que la competencia es vasta, y esto no lo presento con la intención de intimidar o desanimar a quien pretende ser Licenciado en Derecho, puesto que para mí es un orgullo ser abogado y representa un honor proponer que estudien Derecho, sino que solo lo presento con la única intención de que tome conciencia del reto que implican medio millón de abogados ejerciendo en nuestro país, reto que encuentro posible vencer y es aquí donde veo la necesidad de que el estudiante de derecho tome conciencia de que para sobresalir en un mundo tan competido, se debe, como se dice cotidianamente, “hacer la tarea”, pero ya no esa tarea que le permite al estudiante obtener una calificación aprobatoria, (aunque sea la más baja), y que pueda cumpliendo con ese requisito continuar con el siguiente curso, no, esto ya no es siquiera suficiente, pero el alumno que lleva a cabo esta práctica y se lo pongo de una vez de relieve, deberá tomar en consideración que al término de su carrera universitaria y una vez pasados los festejos y vanaglorias que la mayor parte de las veces acompañan a este evento, estará repitiendo el título del presente escrito, situación que pretendo evitar en Usted, pero que claro está, es usted quien decide, por otro lado cabe señalar que el estudiante de Derecho, como antes referí, ya no solo está obligado a cumplir con pasar materias y curso, está obligado a aprender, reaprender y meta aprender, lo que le lleva a un esfuerzo mayor claro está, pero aunque trillado, un mayor esfuerzo debe necesariamente tener un mejor resultado, tal vez usted observando mi sugerencia en estas líneas al culminar su licenciatura en Derecho, solamente se limite a repetir la mitad del título del presente trabajo y eso ya le estará dando ciertas herramientas que Usted se ganó en el camino para enfrentar a la cifra referida de medio millón de abogados que ejercen en el país.
En el mismo tenor, pero en un diverso orden de ideas, encuentro que ya establecida su obligación como estudiante de aprender, como una situación dada, se verá Usted compelido a combinar lo aprendido con el apoyo de su docente, catedrático, guía, facilitador, etcétera, con la praxis, esto le dará a Usted no herramientas académicas adicionales, sino más bien una mejor comprensión de lo que teóricamente está usted aprendiendo, en mis años de docente, mis exalumnos creo que no me dejaran mentir en cuanto que su servidor dentro de las muchas recomendaciones que les di, una en la que fui especialmente insistente, (por no decir necio), fue en que el estudiante debe estar en contacto con el mundo jurídico real, vean un litigio real, sean pasantes con un abogado litigante, sean meritorios en Juzgados y agencias del ministerio público, en fin pónganse en contacto con el derecho, con el litigio y con la administración de la justicia, pocos fueron realmente quienes hicieron caso de mi consejo, pero muchos de ellos me tocó verlos salir de la licenciatura, y con orgullo refiero a muy buenos litigantes, a secretarios proyectistas de Salas Civiles y Penales del Tribunal Superior de Justicia, inclusive con orgullo veo a quienes en otro momento fueran mis alumnos impartiendo cátedra, y aunque me encantaría decir que a quienes me refiero son la mayoría, lamentablemente esto no es así, decía un amigo, “no te causa curiosidad lo que no está en tu imaginario”, quien no pudo ver que es y como es el derecho realmente, sigue siendo un buen empleado que tal vez este mejor pagado por tener un título universitario, o sigue haciendo lo mismo que hacían sus antecesores y que fue, es y será su modus vivendi el resto del tiempo y su título profesional de Licenciado en Derecho en el mejor de los casos es solo un bonito ornato en la sala de sus padres o en la suya propia.
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