Familia Pedro Luro

Pedro Luro Oficialdegui fue un inmigrante vasco-francés, que llego a los 17 años de edad a Argentina debido a las crisis políticas y sociales como consecuentes de la “batalla de Francia” y la dominación de Alemania sobre Francia (que fue liberada en 1944). Además, las maquinarias reemplazaron en Europa la mano del hombre, provocando desocupación masiva y bajos salarios. Por otro lado también operaron los factores de atracción del país de destino: la Argentina ofrecía la promesa de grandes fuentes de trabajo, salarios más elevados, y otros beneficios como la existencia de una vigorosa educación pública y gratuita para los hijos y una sociedad dinámica en donde el ascenso social era posible. Así fue como Pedro, de ingresar sin fortuna, se hizo con su riqueza como comerciante y dueño de un saladero (ya que se producía tasajo con las carnes vacunas, el cual era uno de los principales productos exportados).

Pedro Luro fue uno de los propulsores del desarrollo de la ciudad de Mar del Plata. Su llegada en 1877 influyó positivamente: se encargó del saladero, la construcción de muelles y la grasería y la instalación de molinos (que proveía agua para el ganado), lo cual dio un decisivo impulso en la agricultura. Se dedicó a las estancias mixtas, obteniendo ganancias seguras a partir de la simbiosis que se logra entre el ganado vacuno mejorado y la práctica agrícola.

La actividad del saladero comenzó a declinar debido al éxito de los frigoríficos, que comenzaron a reemplazar la carne salada por la congelada y enfriada. Fue entonces cuando Pedro Luro decidió convertir a Mar del Plata de un pueblo agropecuario a un pueblo balneario. La población en torno al saladero comenzó a ser llamada Puerto de la Laguna de los Padres, y era el destino de verano de las familias ricas. Luego de que el establecimiento Grand Hotel se vea desbordado, su hijo José Luro formó la Sociedad Anónima Bristol Hotel, junto con su cuñado, con el objetivo de administrar un hospedaje a todo lujo, reservado para las familias de la élite gobernante y propietaria de extensas estancias en la Provincia de Buenos Aires, enormemente enriquecidas por el modelo agroexportador. El hotel Bristol se vio favorecido por el impulso ferroviario, siendo el medio de transporte que facilitaba la llegada de la población. Luego de esto, rápidamente fueron apareciendo hoteles sobre la costa, como así también los chalets y mansiones de la élite veraneante. Por su parte, su otra hija Maria Luro de Chevalier, propició la edificación de la Iglesia de San Pedro.

De a poco se fue gestando la llamada época de resplandor de Mar del Plata, donde se vieron beneficiados los hacendados y terratenientes.

Pedro Olegario Luro, noveno hijo de Pedro Luro, fue un importante estanciero y empresario argentino. Contrajo matrimonio en 1893 con Arminda Roca, hija de Ataliva Roca y sobrina de Julio Roca.

Este casamiento por conveniencia lo emparentó con una de las familias más ilustres y acaudaladas del país, proporcionándole acceso directo a la política. Luego de la denominada “Conquista del desierto”, que consistió en la expansión de las fronteras a través de la invasión a los indígenas, el militar Altiva recibió en premio un total de 180.000 hectáreas en el territorio pampeano. Hacia el año 1903, Altiva le cedió a su hija y a su yerno un total de 23.700 hectáreas, con las que formaron “San Huberto” (en honor al santo europeo de los cazadores): fundaron en la provincia de la pampa el primer coto de caza del país, donde se introdujo ciervos colorados y jabalíes europeos, entre otras especies. Luro mandó a construir una autentica y majestuosa casa de estilo Luis XVI, obra que concluyó en 1911, que entonara con el momento histórico y de abundancia que atravesada nuestro país agro-exportador, y que se correspondiera con los cánones afrancesados de la Belle époque argentina. Su objetivo sobre San Huberto fueron hacer de esta propiedad un establecimiento agropecuario modelo.  

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